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Editorial - 7 mayo, 2016

Se perdieron los $1.253 millones de las ciclorrutas

Es inaudito que en Valledupar se esté perdiendo la inversión de 1.297 millones de pesos que hace menos de cinco meses hizo el exalcalde Fredys Socarrás en la construcción de 3.1 kilómetros de ciclorrutas en la carrera novena y calle 17, así como en la señalización y demarcación vial. La obra no tuvo un final […]

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Es inaudito que en Valledupar se esté perdiendo la inversión de 1.297 millones de pesos que hace menos de cinco meses hizo el exalcalde Fredys Socarrás en la construcción de 3.1 kilómetros de ciclorrutas en la carrera novena y calle 17, así como en la señalización y demarcación vial.

La obra no tuvo un final feliz porque una tutela interpuesta por el congresista Alfredo Cuello Baute suspendió la construcción y dejó en manos del juez Gabriel Lascarro Pereira el futuro de las ciclorrutas. Es lamentable que hayan pasado más de cuatro meses y esta inversión se esfume ante la mirada impávida de las autoridades y la ciudadanía.

Así como en su momento el representante Cuello fue tan eficaz para acoger las voces de los comerciantes y escuchar su clamor de rechazo a la obra, también debería ahora velar para que esta inversión pública que está en un 70 % por ciento deteriorada por cuenta de manos de personas desadaptadas, no se pierda en su totalidad.

Es una lástima que por diferencias políticas esta millonaria inversión no cumpla su objetivo, porque una obra hecha con dinero público debe ser protegida por la administración municipal. Sin embargo, también entra en juego la posición del alcalde Augusto Uhía Ramírez que desde antes de posesionarse dijo que la ciclorruta no le gustaba como la habían diseñado y aunque prometió cuidarla y preservarla, ha pasado todo lo contrario.

Por eso, esta obra está sin doliente e infortunadamente el alcalde Uhía tiene la excusa perfecta para no hacer nada por conservarla, el limbo jurídico de la construcción no le permite hacer nada.

Es lamentable como lucen hoy las ciclorrutas de la calle 17 que va desde la carrera cuarta hasta la calle 16 y de la carrera novena que abarca desde la calle 17 hasta la intersección con la carrera 11. Infortunadamente todas las inversiones hechas en los meses anteriores para mejorar la movilidad, como los cierres de intersecciones en varios puntos neurálgicos, caso calle 18 con carrera 18, antigua intersección del Seguro Social, barrio Villalba al norte de Valledupar, avenida Simón Bolívar con calle 9D, carrera séptima con calle 19C, han sido destruidos. Ayer al medio día ocurrió el último atentado contra la infraestructura vial de la ciudad, justo en la carrera séptima con calle 20, por la zona conocida como ‘El Boliche’, donde un hombre con martillo en mano destruyó los bolardos que impedían el paso de un carril a otro. Lo mismo pasó con las intersecciones mencionadas arriba.

Fueron dañadas por personas inescrupulosas que lo único que hacen es afectar el erario porque estos daños deben ser asumidos por la administración.

Nos guste o no, las ciclorrutas se construyeron con el dinero de todos los vallenatos y por lo tanto a todos nos debe doler que se pierda de esta manera la plata.

¿Alcalde Uhía qué va a pasar con esta obra? ¿Señor Juez hasta cuándo estará esta obra en el limbo jurídico?

Editorial
7 mayo, 2016

Se perdieron los $1.253 millones de las ciclorrutas

Es inaudito que en Valledupar se esté perdiendo la inversión de 1.297 millones de pesos que hace menos de cinco meses hizo el exalcalde Fredys Socarrás en la construcción de 3.1 kilómetros de ciclorrutas en la carrera novena y calle 17, así como en la señalización y demarcación vial. La obra no tuvo un final […]


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Es inaudito que en Valledupar se esté perdiendo la inversión de 1.297 millones de pesos que hace menos de cinco meses hizo el exalcalde Fredys Socarrás en la construcción de 3.1 kilómetros de ciclorrutas en la carrera novena y calle 17, así como en la señalización y demarcación vial.

La obra no tuvo un final feliz porque una tutela interpuesta por el congresista Alfredo Cuello Baute suspendió la construcción y dejó en manos del juez Gabriel Lascarro Pereira el futuro de las ciclorrutas. Es lamentable que hayan pasado más de cuatro meses y esta inversión se esfume ante la mirada impávida de las autoridades y la ciudadanía.

Así como en su momento el representante Cuello fue tan eficaz para acoger las voces de los comerciantes y escuchar su clamor de rechazo a la obra, también debería ahora velar para que esta inversión pública que está en un 70 % por ciento deteriorada por cuenta de manos de personas desadaptadas, no se pierda en su totalidad.

Es una lástima que por diferencias políticas esta millonaria inversión no cumpla su objetivo, porque una obra hecha con dinero público debe ser protegida por la administración municipal. Sin embargo, también entra en juego la posición del alcalde Augusto Uhía Ramírez que desde antes de posesionarse dijo que la ciclorruta no le gustaba como la habían diseñado y aunque prometió cuidarla y preservarla, ha pasado todo lo contrario.

Por eso, esta obra está sin doliente e infortunadamente el alcalde Uhía tiene la excusa perfecta para no hacer nada por conservarla, el limbo jurídico de la construcción no le permite hacer nada.

Es lamentable como lucen hoy las ciclorrutas de la calle 17 que va desde la carrera cuarta hasta la calle 16 y de la carrera novena que abarca desde la calle 17 hasta la intersección con la carrera 11. Infortunadamente todas las inversiones hechas en los meses anteriores para mejorar la movilidad, como los cierres de intersecciones en varios puntos neurálgicos, caso calle 18 con carrera 18, antigua intersección del Seguro Social, barrio Villalba al norte de Valledupar, avenida Simón Bolívar con calle 9D, carrera séptima con calle 19C, han sido destruidos. Ayer al medio día ocurrió el último atentado contra la infraestructura vial de la ciudad, justo en la carrera séptima con calle 20, por la zona conocida como ‘El Boliche’, donde un hombre con martillo en mano destruyó los bolardos que impedían el paso de un carril a otro. Lo mismo pasó con las intersecciones mencionadas arriba.

Fueron dañadas por personas inescrupulosas que lo único que hacen es afectar el erario porque estos daños deben ser asumidos por la administración.

Nos guste o no, las ciclorrutas se construyeron con el dinero de todos los vallenatos y por lo tanto a todos nos debe doler que se pierda de esta manera la plata.

¿Alcalde Uhía qué va a pasar con esta obra? ¿Señor Juez hasta cuándo estará esta obra en el limbo jurídico?