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Editorial - 14 abril, 2016

¿Hay bacrim en el Cesar?

Esa pregunta se la hacen muchos ciudadanos que no saben qué está pasando en el departamento del Cesar. Hace tiempo que las Farc no cometen ningún tipo de hecho que desestabilice el orden público, el Eln sí, pues sigue en los municipios del centro y sur cesarense, y en el norte no hay reporte de […]

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Esa pregunta se la hacen muchos ciudadanos que no saben qué está pasando en el departamento del Cesar. Hace tiempo que las Farc no cometen ningún tipo de hecho que desestabilice el orden público, el Eln sí, pues sigue en los municipios del centro y sur cesarense, y en el norte no hay reporte de grupo armado ni de bandas criminales.

Lo que desestabiliza a los cesarenses en general son los grupos delincuenciales que comenten sus fechorías de manera aislada y aunque hace unos días el país se atemorizó por el paro armado de la banda criminal llamada Clan Úsuga, en el Cesar las cosas fueron diferentes.

Afortunadamente el Ejército y la Policía Nacional tienen bajo control a estas estructuras criminales, que en otros departamentos costeños como Córdoba y Magdalena si han hecho mella. Y no por esto deben bajar la guardia, especialmente cuando ayer la Defensoría del Pueblo, con su Sistema de Alertas Tempranas (SAT) publicó un informe en el que dan cuenta de la presencia del Clan Úsuga en 22 departamentos del país y entre esos aparece el Cesar.

Si bien es cierto, que ya no se escucha de extorsiones en el Mercado Pública o en las tiendas de barrio, en Valledupar sí ocurren algunos hechos que preocupan y que no deben las autoridades dejar crecer. La tranquilidad que han vivido los vallenatos y los cesarenses en general, tanto que los índices de homicidios han bajado, no debe perderse. Es oportuno reconocer cómo la comunidad ha apoyado a la Fuerza Pública y los intentos de fortalecimiento de las bandas criminales se han neutralizado a tiempo. La respuesta que se espera tanto de los organismos de seguridad como de la ciudadanía es la de unión y cooperación, con denuncias y reacciones oportunas cuando se conozca algún hecho que distorsione la seguridad.

Compartimos la preocupación de la Defensoría del Pueblo por la presencia de estos grupos criminales, pero hay que tener cuidado con el tratamiento que le den a los grupos posdesmovilizados. ¿Son delitos comunes? O por el contrario, ¿se pueden considerar como hechos en el marco del conflicto armado?

Lo único cierto es que en las zonas donde están presentes estos grupos, ya hay personas amenazadas, desplazadas, asesinadas, y eso es lo que se quiere que no llegue al Cesar.

Editorial
14 abril, 2016

¿Hay bacrim en el Cesar?

Esa pregunta se la hacen muchos ciudadanos que no saben qué está pasando en el departamento del Cesar. Hace tiempo que las Farc no cometen ningún tipo de hecho que desestabilice el orden público, el Eln sí, pues sigue en los municipios del centro y sur cesarense, y en el norte no hay reporte de […]


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Esa pregunta se la hacen muchos ciudadanos que no saben qué está pasando en el departamento del Cesar. Hace tiempo que las Farc no cometen ningún tipo de hecho que desestabilice el orden público, el Eln sí, pues sigue en los municipios del centro y sur cesarense, y en el norte no hay reporte de grupo armado ni de bandas criminales.

Lo que desestabiliza a los cesarenses en general son los grupos delincuenciales que comenten sus fechorías de manera aislada y aunque hace unos días el país se atemorizó por el paro armado de la banda criminal llamada Clan Úsuga, en el Cesar las cosas fueron diferentes.

Afortunadamente el Ejército y la Policía Nacional tienen bajo control a estas estructuras criminales, que en otros departamentos costeños como Córdoba y Magdalena si han hecho mella. Y no por esto deben bajar la guardia, especialmente cuando ayer la Defensoría del Pueblo, con su Sistema de Alertas Tempranas (SAT) publicó un informe en el que dan cuenta de la presencia del Clan Úsuga en 22 departamentos del país y entre esos aparece el Cesar.

Si bien es cierto, que ya no se escucha de extorsiones en el Mercado Pública o en las tiendas de barrio, en Valledupar sí ocurren algunos hechos que preocupan y que no deben las autoridades dejar crecer. La tranquilidad que han vivido los vallenatos y los cesarenses en general, tanto que los índices de homicidios han bajado, no debe perderse. Es oportuno reconocer cómo la comunidad ha apoyado a la Fuerza Pública y los intentos de fortalecimiento de las bandas criminales se han neutralizado a tiempo. La respuesta que se espera tanto de los organismos de seguridad como de la ciudadanía es la de unión y cooperación, con denuncias y reacciones oportunas cuando se conozca algún hecho que distorsione la seguridad.

Compartimos la preocupación de la Defensoría del Pueblo por la presencia de estos grupos criminales, pero hay que tener cuidado con el tratamiento que le den a los grupos posdesmovilizados. ¿Son delitos comunes? O por el contrario, ¿se pueden considerar como hechos en el marco del conflicto armado?

Lo único cierto es que en las zonas donde están presentes estos grupos, ya hay personas amenazadas, desplazadas, asesinadas, y eso es lo que se quiere que no llegue al Cesar.