En relativa tranquilidad, paz y orden transcurrió ayer la primera vuelta en el proceso de elecciones para la Presidencia de la República. La información del Ejército y de la Policía Nacional fue de relativa normalidad y de allí que el Ministerio del Interior y de Justicia considerara a la de ayer una de las jornadas […]
En relativa tranquilidad, paz y orden transcurrió ayer la primera vuelta en el proceso de elecciones para la Presidencia de la República. La información del Ejército y de la Policía Nacional fue de relativa normalidad y de allí que el Ministerio del Interior y de Justicia considerara a la de ayer una de las jornadas electorales más tranquilas en la historia del país.
Lo primero que hay que resaltar es, precisamente, el comportamiento de la ciudadanía, que acudió a las urnas en paz, armonía y tolerancia dando un ejemplo de civilidad ante el mundo que esperamos sea resaltado por los distintos medios de comunicación que cubrieron informativamente este proceso electoral.
A pesar de que la participación no fue la esperada, ya que el mismo Registrador Nacional del Estado Civil, hablaba de superar los 16 millones de votos, la abstención está en los niveles históricos del país y – en realidad- en bien de la democracia colombiana hubiera sido mucho mejor que más ciudadanos se hubieran expresado en las urnas.
En segundo término, es de destacar, también, el comportamiento de la Registraduría Nacional del Estado Civil que, a diferencia de las elecciones parlamentarias del pasado 14 de marzo, entregó de manera oportuna, clara y transparente los resultados de esta primera vuelta. Esta institución volvió a recuperar la confianza de la ciudadanía y esta es clave en la construcción de nuestra democracia, a pesar de todas las imperfecciones que tiene nuestro sistema electoral y cuya fragilidad reconoce el propio Registrador.
En el aspecto eminentemente político el resultado de ayer, con el abultado triunfo de Juan Manuel Santos, candidato del partido de la U, por encima del 46 por ciento; sobre Antanas Mockus, candidato del Partido Verde, con el 21 por ciento, y el tercer lugar para Germán Vargas Lleras, del Partido Cambio Radical, con el 10,13% muestran la vigencia del Uribismo y el apoyo de la gran mayoría de la población a las políticas concentradas en los temas de seguridad democrática, confianza inversionista y cohesión social.
No obstante lo anterior; de acuerdo a las normas electorales, establecidas en la misma Constitución Política, habrá segunda vuelta y esta se tendrá que realizar el próximo domingo 20 de junio; y a la misma pasarán los candidatos Santos y Mockus.
Es de analizar con cuidado el fenómeno de Antanas Mockus- Sergio Fajardo, y en general del movimiento generado en torno al Partido Verde, quienes canalizaron buena parte del voto de opinión y de la gente joven, con una nueva forma en la manera de hacer política y con mensajes claros de transparencia, juego limpio en el manejo de los asuntos del Estado, en particular del tema del conflicto armado y la administración de los recursos públicos.
Consideramos que gane quien gane en esa segunda vuelta, la ciudadanía exigirá del próximo gobierno una mayor transparencia en temas en los cuales durante la administración Uribe hubo manejos oscuros y dudosos, como fue el caso de los falsos positivos, las interceptaciones desde el DAS, el Agro Ingreso Seguros y otros temas. La gente está cansada de tanta corrupción, abuso de poder y manejos oscuros del Estado y que luego no pase nada.
En cuanto a las firmas encuestadoras, se puede decir que estas tienen un balance mixto: acertaron en señalar a los dos ganadores en la primera vuelta, pero se rajaron y con una gran diferencia entre esas dos primera votaciones. Mientras hablaban de unos resultados reñidos, la gente le dio un triunfo contundente en la primera vuelta a Juan Manuel Santos, quien prácticamente duplicó al candidato Mockus. Además, en el tercer lugar quedó fue Vargas Lleras y en cuarto Gustavo Petro, según los resultados al cierre de esta edición, muy por encima de la candidata del Partido Conservador, quien quedó en un quinto lugar.
Los grandes derrotados de las elecciones de ayer fueron los partidos tradicionales: el conservador y el liberal, organizaciones que tendrán que replantear sus propuestas y estrategias tanto para la segunda vuelta como para el futuro. A pesar de tener candidatos conocidos, con experiencia en los asuntos del Estado, como Sanín y Pardo, las bases liberales que votaron por los candidatos de estas divisas al Congreso de la República no respaldaron a sus respectivos candidatos a la Presidencia de la República.
Para la segunda vuelta, como es lo tradicional, habrá alianzas en torno a los dos candidatos que pasan a esa instancia. No obstante, lo importante es que estas alianzas se hagan sobre programas y propuestas y de cara al país y no sobre acuerdos de participación meramente burocrática.
A pesar de estos resultados, no todo está cantado para la segunda vuelta y la palabra la tiene el pueblo. Por lo pronto, Colombia le ha reiterado al mundo que tiene una democracia y unas instituciones sólidas, a pesar de algunos defectos. A esperar la segunda vuelta.
En relativa tranquilidad, paz y orden transcurrió ayer la primera vuelta en el proceso de elecciones para la Presidencia de la República. La información del Ejército y de la Policía Nacional fue de relativa normalidad y de allí que el Ministerio del Interior y de Justicia considerara a la de ayer una de las jornadas […]
En relativa tranquilidad, paz y orden transcurrió ayer la primera vuelta en el proceso de elecciones para la Presidencia de la República. La información del Ejército y de la Policía Nacional fue de relativa normalidad y de allí que el Ministerio del Interior y de Justicia considerara a la de ayer una de las jornadas electorales más tranquilas en la historia del país.
Lo primero que hay que resaltar es, precisamente, el comportamiento de la ciudadanía, que acudió a las urnas en paz, armonía y tolerancia dando un ejemplo de civilidad ante el mundo que esperamos sea resaltado por los distintos medios de comunicación que cubrieron informativamente este proceso electoral.
A pesar de que la participación no fue la esperada, ya que el mismo Registrador Nacional del Estado Civil, hablaba de superar los 16 millones de votos, la abstención está en los niveles históricos del país y – en realidad- en bien de la democracia colombiana hubiera sido mucho mejor que más ciudadanos se hubieran expresado en las urnas.
En segundo término, es de destacar, también, el comportamiento de la Registraduría Nacional del Estado Civil que, a diferencia de las elecciones parlamentarias del pasado 14 de marzo, entregó de manera oportuna, clara y transparente los resultados de esta primera vuelta. Esta institución volvió a recuperar la confianza de la ciudadanía y esta es clave en la construcción de nuestra democracia, a pesar de todas las imperfecciones que tiene nuestro sistema electoral y cuya fragilidad reconoce el propio Registrador.
En el aspecto eminentemente político el resultado de ayer, con el abultado triunfo de Juan Manuel Santos, candidato del partido de la U, por encima del 46 por ciento; sobre Antanas Mockus, candidato del Partido Verde, con el 21 por ciento, y el tercer lugar para Germán Vargas Lleras, del Partido Cambio Radical, con el 10,13% muestran la vigencia del Uribismo y el apoyo de la gran mayoría de la población a las políticas concentradas en los temas de seguridad democrática, confianza inversionista y cohesión social.
No obstante lo anterior; de acuerdo a las normas electorales, establecidas en la misma Constitución Política, habrá segunda vuelta y esta se tendrá que realizar el próximo domingo 20 de junio; y a la misma pasarán los candidatos Santos y Mockus.
Es de analizar con cuidado el fenómeno de Antanas Mockus- Sergio Fajardo, y en general del movimiento generado en torno al Partido Verde, quienes canalizaron buena parte del voto de opinión y de la gente joven, con una nueva forma en la manera de hacer política y con mensajes claros de transparencia, juego limpio en el manejo de los asuntos del Estado, en particular del tema del conflicto armado y la administración de los recursos públicos.
Consideramos que gane quien gane en esa segunda vuelta, la ciudadanía exigirá del próximo gobierno una mayor transparencia en temas en los cuales durante la administración Uribe hubo manejos oscuros y dudosos, como fue el caso de los falsos positivos, las interceptaciones desde el DAS, el Agro Ingreso Seguros y otros temas. La gente está cansada de tanta corrupción, abuso de poder y manejos oscuros del Estado y que luego no pase nada.
En cuanto a las firmas encuestadoras, se puede decir que estas tienen un balance mixto: acertaron en señalar a los dos ganadores en la primera vuelta, pero se rajaron y con una gran diferencia entre esas dos primera votaciones. Mientras hablaban de unos resultados reñidos, la gente le dio un triunfo contundente en la primera vuelta a Juan Manuel Santos, quien prácticamente duplicó al candidato Mockus. Además, en el tercer lugar quedó fue Vargas Lleras y en cuarto Gustavo Petro, según los resultados al cierre de esta edición, muy por encima de la candidata del Partido Conservador, quien quedó en un quinto lugar.
Los grandes derrotados de las elecciones de ayer fueron los partidos tradicionales: el conservador y el liberal, organizaciones que tendrán que replantear sus propuestas y estrategias tanto para la segunda vuelta como para el futuro. A pesar de tener candidatos conocidos, con experiencia en los asuntos del Estado, como Sanín y Pardo, las bases liberales que votaron por los candidatos de estas divisas al Congreso de la República no respaldaron a sus respectivos candidatos a la Presidencia de la República.
Para la segunda vuelta, como es lo tradicional, habrá alianzas en torno a los dos candidatos que pasan a esa instancia. No obstante, lo importante es que estas alianzas se hagan sobre programas y propuestas y de cara al país y no sobre acuerdos de participación meramente burocrática.
A pesar de estos resultados, no todo está cantado para la segunda vuelta y la palabra la tiene el pueblo. Por lo pronto, Colombia le ha reiterado al mundo que tiene una democracia y unas instituciones sólidas, a pesar de algunos defectos. A esperar la segunda vuelta.