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Editorial - 29 febrero, 2016

Lo que tenemos y no valoramos

En la Feria de Turismo que realizó la Anato -Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo, una entidad que agremia 607 agencias de toda Colombia- en la ciudad de Bogotá con la presencia de la oferta turística de todos los departamentos del país, el Cesar mostró su riqueza turística y su potencial en este […]

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En la Feria de Turismo que realizó la Anato -Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo, una entidad que agremia 607 agencias de toda Colombia- en la ciudad de Bogotá con la presencia de la oferta turística de todos los departamentos del país, el Cesar mostró su riqueza turística y su potencial en este negocio.

Los stand donde exhibieron las bondades del Cesar transmitían un solo mensaje: visitemos ese departamento. Los operadores de turismo que asistieron mostraron las pocas iniciativas que hoy sacan la cara por el Cesar. Hostales, recorridos, clima, ríos, cultura y folclor.

Cada sitio promocionado hacía sentir atracción por el territorio cesarense. EL PILÓN envío a la periodista Annelise Barriga a cubrir el evento, previa invitación de la Anato, y fue ella quien confirmó que todos los visitantes a los stand del Cesar quedaban con ganas de venir a conocer esta tierra o volver para recorrer lo que no habían alcanzado a recorrer.

Así como esta feria, se han hecho muchas más y se seguirán haciendo, y seguirán diciendo que es un departamento con muchos sitios turísticos hermosos por conocer y visitar. Pero de nada servirá seguir asistiendo a estas ferias, si no nos preparamos para hacer turismo, para consolidar una verdadera oferta turística, como lo hacen departamentos como Antioquia, Quindío, Risaralda y Caldas, que comprenden la zona del Eje Cafetero.

Allí se puede ir y se consigue de todo: alojamiento, comida, guías, transporte y productos que reflejan la cultura, la laboriosidad de la gente de esa zona y las expresiones sociales del territorio. Aquí en el Cesar falta mucha infraestructura, comenzando por que no tenemos una oferta cultural que permita al visitante conseguir un conjunto vallenata de manera fácil.

Por ejemplo, un grupo de turistas visitó el corregimiento de La Mina, norte de Valledupar, y luego de extasiarse con las hermosas piedras blancas, símbolo de esta parte del país, decidieron almorzar, pero con la sorpresa que nadie vende comida en el lugar, a menos que se lo encarguen. Este es un ejemplo de lo que pasa en muchos lugares del Cesar que tienen algo que conocer.

Si a los gobernantes que están apenas haciendo sus planes de desarrollo, les interesa vender turismo, deben incluir este componente de manera amplia en ese documento, sin tacañería, sin negarle la inversión que se necesita, apoyando a los operadores de turismo y generando una oferta más amplia con la que se pueda hacer de este sector una palanca de la economía cesarense. Del sur, del centro y de norte, hay sitios para conocer.

Y para comenzar, la promoción del turismo de este departamento debe comenzar por los propios cesarenses, que no conocen su territorio.

Editorial
29 febrero, 2016

Lo que tenemos y no valoramos

En la Feria de Turismo que realizó la Anato -Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo, una entidad que agremia 607 agencias de toda Colombia- en la ciudad de Bogotá con la presencia de la oferta turística de todos los departamentos del país, el Cesar mostró su riqueza turística y su potencial en este […]


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En la Feria de Turismo que realizó la Anato -Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo, una entidad que agremia 607 agencias de toda Colombia- en la ciudad de Bogotá con la presencia de la oferta turística de todos los departamentos del país, el Cesar mostró su riqueza turística y su potencial en este negocio.

Los stand donde exhibieron las bondades del Cesar transmitían un solo mensaje: visitemos ese departamento. Los operadores de turismo que asistieron mostraron las pocas iniciativas que hoy sacan la cara por el Cesar. Hostales, recorridos, clima, ríos, cultura y folclor.

Cada sitio promocionado hacía sentir atracción por el territorio cesarense. EL PILÓN envío a la periodista Annelise Barriga a cubrir el evento, previa invitación de la Anato, y fue ella quien confirmó que todos los visitantes a los stand del Cesar quedaban con ganas de venir a conocer esta tierra o volver para recorrer lo que no habían alcanzado a recorrer.

Así como esta feria, se han hecho muchas más y se seguirán haciendo, y seguirán diciendo que es un departamento con muchos sitios turísticos hermosos por conocer y visitar. Pero de nada servirá seguir asistiendo a estas ferias, si no nos preparamos para hacer turismo, para consolidar una verdadera oferta turística, como lo hacen departamentos como Antioquia, Quindío, Risaralda y Caldas, que comprenden la zona del Eje Cafetero.

Allí se puede ir y se consigue de todo: alojamiento, comida, guías, transporte y productos que reflejan la cultura, la laboriosidad de la gente de esa zona y las expresiones sociales del territorio. Aquí en el Cesar falta mucha infraestructura, comenzando por que no tenemos una oferta cultural que permita al visitante conseguir un conjunto vallenata de manera fácil.

Por ejemplo, un grupo de turistas visitó el corregimiento de La Mina, norte de Valledupar, y luego de extasiarse con las hermosas piedras blancas, símbolo de esta parte del país, decidieron almorzar, pero con la sorpresa que nadie vende comida en el lugar, a menos que se lo encarguen. Este es un ejemplo de lo que pasa en muchos lugares del Cesar que tienen algo que conocer.

Si a los gobernantes que están apenas haciendo sus planes de desarrollo, les interesa vender turismo, deben incluir este componente de manera amplia en ese documento, sin tacañería, sin negarle la inversión que se necesita, apoyando a los operadores de turismo y generando una oferta más amplia con la que se pueda hacer de este sector una palanca de la economía cesarense. Del sur, del centro y de norte, hay sitios para conocer.

Y para comenzar, la promoción del turismo de este departamento debe comenzar por los propios cesarenses, que no conocen su territorio.