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Columnista - 19 febrero, 2016

Algún día

“… Ahora es el tiempo aceptable; ahora es el día de salvación”. 2 Corintios 6,2. Todos queremos vivir la vida con entusiasmo y proyectarnos al futuro con esperanza; sin embargo, mientras algunas personas lo logran y toman el control de su futuro, para otras no funciona. Las personas contentas, exitosas y plenamente satisfechas son aquellas […]

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“… Ahora es el tiempo aceptable; ahora es el día de salvación”. 2 Corintios 6,2.

Todos queremos vivir la vida con entusiasmo y proyectarnos al futuro con esperanza; sin embargo, mientras algunas personas lo logran y toman el control de su futuro, para otras no funciona.

Las personas contentas, exitosas y plenamente satisfechas son aquellas que han aprendido a vivir su mejor vida ahora; son aquellas que no temen tomar el riesgo de equivocarse y valientemente se lanzan en pos de sus metas sin importar dónde se encuentren o cuáles sean los retos que tengan que enfrentar en el camino.

La mala imagen de nosotros mismos, viendo siempre lo negativo y sintiéndonos inferiores o inadecuados, es una de las razones por la que no podemos estar contentos. Pero la principal razón tiene que ver con los pensamientos de aplazamiento constante, el pensar que las cosas de me van a dar, pero no ahora, sino más adelante; el pensamiento perverso de “algún día”: Algún día, las cosas mejorarán en mi vida. Algún día, me actualizaré con mi trabajo. Algún día, tendré más ingresos y pagaré todas mis deudas. Algún día, haré dieta y ejercicios para mejorar mi salud. Algún día, tendré una mejor relación con Dios y disfrutaré más de su presencia.

Lamentablemente, ese algún día, se corre cada vez más en el tiempo, amenazando con nunca llegar.

Amados amigos lectores, ahora, el hoy es el único tiempo que tenemos. No podemos hacer nada con respecto al pasado y tampoco sabemos lo que nos deparará el futuro, pero si podemos tomar la responsabilidad de vivir y desarrollar todo nuestro potencial en el presente; siendo conscientes que toda decisión que tomemos en el presente afectará nuestro futuro y a las generaciones venideras.

Mi invitación, entonces, es a tener sueños más grandes ahora, a ensanchar nuestra visión y a vivir una vida llena de expectativas. A hacer un lugar ahora en nuestra manera de pensar para las grandes cosas que Dios quiere hacer ahora.

Sin importar nuestro nivel actual de éxito, debemos ahora tomar la decisión de vivir nuestra vida siendo positivos en la manera de pensar y creer que Dios nos tiene un mejor futuro.

Posiblemente, hayamos experimentado adversidad y pruebas en el pasado, que nos hace escépticos en el presente, o quizá hayamos tenido más contratiempos y dolor de lo normal, ¡pero hoy es un nuevo día! ¡Decidamos vivir felices y realizados desde hoy, desde ahora!

Renunciemos a los pensamientos negativos y a la mentalidad de derrota, a ese sentimiento de “apenas puedo”; y que las motivaciones, y conductas orientadas por la excelencia, dejen de ser lo escaso y extraordinario y se conviertan en lo normal y ordinario de nuestras vidas.

Desistamos de todo aquello que pueda detenernos en el avance de una mejor vida ahora. ¡Es hora de comenzar a vivir! No es mañana, no es cuando no tengamos la fuerza o el deleite para disfrutar la vida, ¡Es ahora! “Ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas apocada; alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas”. ¡Adelante, es ahora el tiempo aceptable!

Abrazos y muchas bendiciones…

Columnista
19 febrero, 2016

Algún día

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Valerio Mejía Araújo

“… Ahora es el tiempo aceptable; ahora es el día de salvación”. 2 Corintios 6,2. Todos queremos vivir la vida con entusiasmo y proyectarnos al futuro con esperanza; sin embargo, mientras algunas personas lo logran y toman el control de su futuro, para otras no funciona. Las personas contentas, exitosas y plenamente satisfechas son aquellas […]


“… Ahora es el tiempo aceptable; ahora es el día de salvación”. 2 Corintios 6,2.

Todos queremos vivir la vida con entusiasmo y proyectarnos al futuro con esperanza; sin embargo, mientras algunas personas lo logran y toman el control de su futuro, para otras no funciona.

Las personas contentas, exitosas y plenamente satisfechas son aquellas que han aprendido a vivir su mejor vida ahora; son aquellas que no temen tomar el riesgo de equivocarse y valientemente se lanzan en pos de sus metas sin importar dónde se encuentren o cuáles sean los retos que tengan que enfrentar en el camino.

La mala imagen de nosotros mismos, viendo siempre lo negativo y sintiéndonos inferiores o inadecuados, es una de las razones por la que no podemos estar contentos. Pero la principal razón tiene que ver con los pensamientos de aplazamiento constante, el pensar que las cosas de me van a dar, pero no ahora, sino más adelante; el pensamiento perverso de “algún día”: Algún día, las cosas mejorarán en mi vida. Algún día, me actualizaré con mi trabajo. Algún día, tendré más ingresos y pagaré todas mis deudas. Algún día, haré dieta y ejercicios para mejorar mi salud. Algún día, tendré una mejor relación con Dios y disfrutaré más de su presencia.

Lamentablemente, ese algún día, se corre cada vez más en el tiempo, amenazando con nunca llegar.

Amados amigos lectores, ahora, el hoy es el único tiempo que tenemos. No podemos hacer nada con respecto al pasado y tampoco sabemos lo que nos deparará el futuro, pero si podemos tomar la responsabilidad de vivir y desarrollar todo nuestro potencial en el presente; siendo conscientes que toda decisión que tomemos en el presente afectará nuestro futuro y a las generaciones venideras.

Mi invitación, entonces, es a tener sueños más grandes ahora, a ensanchar nuestra visión y a vivir una vida llena de expectativas. A hacer un lugar ahora en nuestra manera de pensar para las grandes cosas que Dios quiere hacer ahora.

Sin importar nuestro nivel actual de éxito, debemos ahora tomar la decisión de vivir nuestra vida siendo positivos en la manera de pensar y creer que Dios nos tiene un mejor futuro.

Posiblemente, hayamos experimentado adversidad y pruebas en el pasado, que nos hace escépticos en el presente, o quizá hayamos tenido más contratiempos y dolor de lo normal, ¡pero hoy es un nuevo día! ¡Decidamos vivir felices y realizados desde hoy, desde ahora!

Renunciemos a los pensamientos negativos y a la mentalidad de derrota, a ese sentimiento de “apenas puedo”; y que las motivaciones, y conductas orientadas por la excelencia, dejen de ser lo escaso y extraordinario y se conviertan en lo normal y ordinario de nuestras vidas.

Desistamos de todo aquello que pueda detenernos en el avance de una mejor vida ahora. ¡Es hora de comenzar a vivir! No es mañana, no es cuando no tengamos la fuerza o el deleite para disfrutar la vida, ¡Es ahora! “Ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas apocada; alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas”. ¡Adelante, es ahora el tiempo aceptable!

Abrazos y muchas bendiciones…