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Columnista - 15 febrero, 2016

Otra vez La Guajira

Otra vez La Guajira es portada en los periódicos, titulares de los noticieros y es centro de atención nacional por la tragedia que viven sus niños, quienes mueren de hambre y sed; otra vez campañas de solidaridad por la incuestionable desnutrición de los menores wayúu, la gente enviando recursos y agua; otra vez afloran problemas sobre […]

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Otra vez La Guajira es portada en los periódicos, titulares de los noticieros y es centro de atención nacional por la tragedia que viven sus niños, quienes mueren de hambre y sed; otra vez campañas de solidaridad por la incuestionable desnutrición de los menores wayúu, la gente enviando recursos y agua; otra vez afloran problemas sobre diagnosticados: el olvido del Estado que por años no ha mirado el departamento para hacer inversiones serias.

Por citar solo un ejemplo, la represa del Ranchería, abandonada por el gobierno Santos, pese a que puede solucionar parte del problema de escasez de agua, pero no se sigue por falta de voluntad política. Políticos locales corruptos, y no lo digo yo, lo dijo el Obispo y lo dice toda Colombia, la actual gobernadora Oneida Pinto hizo candidato a su chofer para que la remplazara en la alcaldía de Albania, hoy ese chofer está huyendo y ya hay varios capturados por corrupción soltando la lengua; Claudia Gómez, ex alcaldesa de Villanueva, con un pie en la cárcel y su hermano Carlos Arturo, también procesado por corrupción cuando fue Secretario de Salud; lo mismo que Kika Freyle, en Manaure, y Cielo Redondo, en Uribia.

A La Guajira le está pasando como a Venezuela donde desperdiciaron la bonanza petrolera, aquí se despilfarró la bonaza de las regalías en proyectos de papel, tanques elevados, parques inservibles y fiestas, también en grandes obras sin planificación como el hospital de Maicao, cerrado por inviable y carcomido por la corrupción o el terminal de San Juan, abandonado por años. La Guajira va directo a ‘ley de quiebra’, entre otras porque el ex gobernador José Luis González, preso, se embarcó en un préstamo, dizque para la revolución del agua, se robaron la plata y se deben 90 millones de dólares al Banco Mundial, que sí sabe cobrar intereses; el ICBF está tomado por los políticos que ponen directores, los directores contratan Fundaciones, las Fundaciones dan una galleta y media mazamorra y se quedan con una tajada del contrato, mientras los niños siguen muriendo.

En el departamento no hay estabilidad institucional, cayó Kiko Gómez por vínculos a bandas criminales, pero impuso a Chemita Ballesteros, quien se ganó la nominación por ser hijo de Jorge Ballesteros, ex senador y parte del problema histórico en La Guajira, Chemita gobernó por escasos dos años y mostró muy poco, ahora está Oneida Pinto, quien enfrenta una demanda en el Consejo de Estado que terminará por tumbarla antes de seis meses y otra vez elecciones y otra vez compra de votos y otra vez los mismos con las mismas, Jorge Pérez de Nueva Guajira, que esta riquísimo, pondrá su candidato y lo mismo hará Oneida para mantener el poder y llegarán los contratistas como Dekar Solano a poner plata para después recibir contratos y La Guajira desangrándose con su inmenso potencial de recursos naturales.

Se necesita un plan integral, el documento Conpes que aprobó la Presidencia es solo un paso, ese dinero no puede ser manejado por los mismos políticos, hay que tener en cuenta que la alta Guajira necesita vías que saquen del aislamiento a las comunidades wayúu y reconstruir la forma de hacer política con nuevos liderazgos, solo así La Guajira podrá ver alguna la luz al final del túnel.

@JACOBOSOLANOC

Columnista
15 febrero, 2016

Otra vez La Guajira

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

Otra vez La Guajira es portada en los periódicos, titulares de los noticieros y es centro de atención nacional por la tragedia que viven sus niños, quienes mueren de hambre y sed; otra vez campañas de solidaridad por la incuestionable desnutrición de los menores wayúu, la gente enviando recursos y agua; otra vez afloran problemas sobre […]


Otra vez La Guajira es portada en los periódicos, titulares de los noticieros y es centro de atención nacional por la tragedia que viven sus niños, quienes mueren de hambre y sed; otra vez campañas de solidaridad por la incuestionable desnutrición de los menores wayúu, la gente enviando recursos y agua; otra vez afloran problemas sobre diagnosticados: el olvido del Estado que por años no ha mirado el departamento para hacer inversiones serias.

Por citar solo un ejemplo, la represa del Ranchería, abandonada por el gobierno Santos, pese a que puede solucionar parte del problema de escasez de agua, pero no se sigue por falta de voluntad política. Políticos locales corruptos, y no lo digo yo, lo dijo el Obispo y lo dice toda Colombia, la actual gobernadora Oneida Pinto hizo candidato a su chofer para que la remplazara en la alcaldía de Albania, hoy ese chofer está huyendo y ya hay varios capturados por corrupción soltando la lengua; Claudia Gómez, ex alcaldesa de Villanueva, con un pie en la cárcel y su hermano Carlos Arturo, también procesado por corrupción cuando fue Secretario de Salud; lo mismo que Kika Freyle, en Manaure, y Cielo Redondo, en Uribia.

A La Guajira le está pasando como a Venezuela donde desperdiciaron la bonanza petrolera, aquí se despilfarró la bonaza de las regalías en proyectos de papel, tanques elevados, parques inservibles y fiestas, también en grandes obras sin planificación como el hospital de Maicao, cerrado por inviable y carcomido por la corrupción o el terminal de San Juan, abandonado por años. La Guajira va directo a ‘ley de quiebra’, entre otras porque el ex gobernador José Luis González, preso, se embarcó en un préstamo, dizque para la revolución del agua, se robaron la plata y se deben 90 millones de dólares al Banco Mundial, que sí sabe cobrar intereses; el ICBF está tomado por los políticos que ponen directores, los directores contratan Fundaciones, las Fundaciones dan una galleta y media mazamorra y se quedan con una tajada del contrato, mientras los niños siguen muriendo.

En el departamento no hay estabilidad institucional, cayó Kiko Gómez por vínculos a bandas criminales, pero impuso a Chemita Ballesteros, quien se ganó la nominación por ser hijo de Jorge Ballesteros, ex senador y parte del problema histórico en La Guajira, Chemita gobernó por escasos dos años y mostró muy poco, ahora está Oneida Pinto, quien enfrenta una demanda en el Consejo de Estado que terminará por tumbarla antes de seis meses y otra vez elecciones y otra vez compra de votos y otra vez los mismos con las mismas, Jorge Pérez de Nueva Guajira, que esta riquísimo, pondrá su candidato y lo mismo hará Oneida para mantener el poder y llegarán los contratistas como Dekar Solano a poner plata para después recibir contratos y La Guajira desangrándose con su inmenso potencial de recursos naturales.

Se necesita un plan integral, el documento Conpes que aprobó la Presidencia es solo un paso, ese dinero no puede ser manejado por los mismos políticos, hay que tener en cuenta que la alta Guajira necesita vías que saquen del aislamiento a las comunidades wayúu y reconstruir la forma de hacer política con nuevos liderazgos, solo así La Guajira podrá ver alguna la luz al final del túnel.

@JACOBOSOLANOC