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Columnista - 27 mayo, 2010

Reflexión antes que emotividad

MEDIO AMBIENTE Por: Hernán Maestre Martínez Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos  las cuencas de los ríos Guatapurí  y Cesar. Hay quienes se emborrachan con una cerveza, sin duda existen personas así y también hay quienes pueden beber cantidades fuera de lo común sin sufrir  los efectos característicos. Lo anterior como introito para […]

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MEDIO AMBIENTE

Por: Hernán Maestre Martínez

Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos  las cuencas de los ríos Guatapurí  y Cesar.

Hay quienes se emborrachan con una cerveza, sin duda existen personas así y también hay quienes pueden beber cantidades fuera de lo común sin sufrir  los efectos característicos. Lo anterior como introito para decir que aquí en Colombia, algunos se han dejado emborrachar desde las primeras de cambio por las incongruencias y superficialidad de los planteamientos de un candidato pintado de verde que sin duda ocasiona errores graves y retrocesos peligrosos, esta candidatura encontró que en lo verde, estaba una cantera inexplotada para obtener dividendos de la política pública, concluyendo que lo verde era la salida exitosa como lo ha sido para muchas empresas al considerar que lo verde vende aunque sea por disfraz.
Nada de lo que comienza es peor que lo que termina, con Antanas hablan de cambio, ¿será del cambio que empeora la situación colombiana? Teniendo en cuenta que este señor no tiene formación presidenciable y no por ser inteligente debe saber administrar, obviamente tiene habilidades histriónicas o cantinflescas que no son las que necesitamos los colombianos.
No se aprovecha lo que se come sino lo que se digiere, es obligatorio conocer a fondo y mucho de aquello que nos preocupa, este político con apariencia de verde hace uso de la demagogia para confundir a cierto número de colombianos con  interpretaciones confusas, tiene gran habilidad para escabullirse y pedir perdón, pero fíjense ustedes, que el mismo Dios, perdona el presente pero no el pasado, y la verdad que tiene un pasado, bastante negro, perdón rojo, así vimos su aureola  cuando nos mostró el trasero.
Cada vez que escuchamos al susodicho candidato más nos confundimos; en la política tenemos que tener plataforma en piso firme no en el aire como la casa que  imaginó el maestro Escalona, la política debe tener una valoración externa y otra interna, la primera es algo que no debe quedarse en el campo de la especulación, de la ideología, de la ciencia, de la teoría. La política es hacer, debe ser medible y valorable, debe ser cualitativa y cuantitativa la fijación de objetivos y metas. No se puede decir: quise hacer esto maravilloso y no pude, se me debe aplaudir y vanagloriar porque el intento de montar un mundo ideal fue grande. No señores, la política es resultado, pero tampoco vale cualquier resultado, como el que obtuvo Mockus en su momento como alcalde de Bogotá, claro, porque no tiene condiciones de estadista, es decir, no está preparado en lo administrativo y lo político como para ser presidente.
En política no solo  se valoran los resultados sino los caminos que uno va trazando, no interesa solo el objeto sino el sujeto, no se busca solo la obra, también los materiales y las formas de esculpirlas, cada acción marca la personalidad de cada uno en su obrar político, cada decisión fija unos puntos  en la meritocracia.
El político verde no puede acogerse a justificaciones  como “era la única forma”, “debemos suavizar el mensaje”, “esta es la única solución para lograrlo” y “es lo más oportuno”. Para ser presidente de Colombia hay que conocer los caminos para dirigirla  pero también ser capaz de manejar el vehículo de las soluciones. Es muy fácil ser crítico y teórico como lo hace el “candidato  verde” dice como hacer una cosa que él es incapaz de hacer.
Los colombianos necesitamos un gobierno y una administración que haga reinar la gobernabilidad, en el entendido, que gobernabilidad es un matrimonio indisoluble de seguridad, confianza y participación. Seamos reflexivos no nos dejemos llevar por los caminos de la emotividad, no vaya a ser que caigamos en la posición de aquellos sordos convencidos que los que bailan es porque están locos.
Hay que ser pragmáticos y no sigamos pensando que por ser inteligente sabemos administrar la difícil situación que vive el país, hay que mirar el futuro.
Ah, me falta algo, decir por quien votaré el domingo muy temprano, como liberal por convicción y reflexivo, lo haré por Rafael Pardo, y, para la segunda vuelta, veremos cómo será la coalición que haga nuestro partido. Gracias, se nos acabó el espacio, restándonos por ahora decirles, rechacemos las apariencias, con la seguridad que el futuro será mejor.

Columnista
27 mayo, 2010

Reflexión antes que emotividad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

MEDIO AMBIENTE Por: Hernán Maestre Martínez Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos  las cuencas de los ríos Guatapurí  y Cesar. Hay quienes se emborrachan con una cerveza, sin duda existen personas así y también hay quienes pueden beber cantidades fuera de lo común sin sufrir  los efectos característicos. Lo anterior como introito para […]


MEDIO AMBIENTE

Por: Hernán Maestre Martínez

Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos  las cuencas de los ríos Guatapurí  y Cesar.

Hay quienes se emborrachan con una cerveza, sin duda existen personas así y también hay quienes pueden beber cantidades fuera de lo común sin sufrir  los efectos característicos. Lo anterior como introito para decir que aquí en Colombia, algunos se han dejado emborrachar desde las primeras de cambio por las incongruencias y superficialidad de los planteamientos de un candidato pintado de verde que sin duda ocasiona errores graves y retrocesos peligrosos, esta candidatura encontró que en lo verde, estaba una cantera inexplotada para obtener dividendos de la política pública, concluyendo que lo verde era la salida exitosa como lo ha sido para muchas empresas al considerar que lo verde vende aunque sea por disfraz.
Nada de lo que comienza es peor que lo que termina, con Antanas hablan de cambio, ¿será del cambio que empeora la situación colombiana? Teniendo en cuenta que este señor no tiene formación presidenciable y no por ser inteligente debe saber administrar, obviamente tiene habilidades histriónicas o cantinflescas que no son las que necesitamos los colombianos.
No se aprovecha lo que se come sino lo que se digiere, es obligatorio conocer a fondo y mucho de aquello que nos preocupa, este político con apariencia de verde hace uso de la demagogia para confundir a cierto número de colombianos con  interpretaciones confusas, tiene gran habilidad para escabullirse y pedir perdón, pero fíjense ustedes, que el mismo Dios, perdona el presente pero no el pasado, y la verdad que tiene un pasado, bastante negro, perdón rojo, así vimos su aureola  cuando nos mostró el trasero.
Cada vez que escuchamos al susodicho candidato más nos confundimos; en la política tenemos que tener plataforma en piso firme no en el aire como la casa que  imaginó el maestro Escalona, la política debe tener una valoración externa y otra interna, la primera es algo que no debe quedarse en el campo de la especulación, de la ideología, de la ciencia, de la teoría. La política es hacer, debe ser medible y valorable, debe ser cualitativa y cuantitativa la fijación de objetivos y metas. No se puede decir: quise hacer esto maravilloso y no pude, se me debe aplaudir y vanagloriar porque el intento de montar un mundo ideal fue grande. No señores, la política es resultado, pero tampoco vale cualquier resultado, como el que obtuvo Mockus en su momento como alcalde de Bogotá, claro, porque no tiene condiciones de estadista, es decir, no está preparado en lo administrativo y lo político como para ser presidente.
En política no solo  se valoran los resultados sino los caminos que uno va trazando, no interesa solo el objeto sino el sujeto, no se busca solo la obra, también los materiales y las formas de esculpirlas, cada acción marca la personalidad de cada uno en su obrar político, cada decisión fija unos puntos  en la meritocracia.
El político verde no puede acogerse a justificaciones  como “era la única forma”, “debemos suavizar el mensaje”, “esta es la única solución para lograrlo” y “es lo más oportuno”. Para ser presidente de Colombia hay que conocer los caminos para dirigirla  pero también ser capaz de manejar el vehículo de las soluciones. Es muy fácil ser crítico y teórico como lo hace el “candidato  verde” dice como hacer una cosa que él es incapaz de hacer.
Los colombianos necesitamos un gobierno y una administración que haga reinar la gobernabilidad, en el entendido, que gobernabilidad es un matrimonio indisoluble de seguridad, confianza y participación. Seamos reflexivos no nos dejemos llevar por los caminos de la emotividad, no vaya a ser que caigamos en la posición de aquellos sordos convencidos que los que bailan es porque están locos.
Hay que ser pragmáticos y no sigamos pensando que por ser inteligente sabemos administrar la difícil situación que vive el país, hay que mirar el futuro.
Ah, me falta algo, decir por quien votaré el domingo muy temprano, como liberal por convicción y reflexivo, lo haré por Rafael Pardo, y, para la segunda vuelta, veremos cómo será la coalición que haga nuestro partido. Gracias, se nos acabó el espacio, restándonos por ahora decirles, rechacemos las apariencias, con la seguridad que el futuro será mejor.