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Columnista - 12 enero, 2016

Las cabañuelas petroleras

Si nos atenemos a la tradición de las cabañuelas, que supuestamente sirven para pronosticar el estado del tiempo durante el año calendario con base en el comportamiento de los primeros días de enero, aplicadas esta vez al mercado petrolero, este será un año en el que los precios del crudo se mantendrán igual de deprimidos […]

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Si nos atenemos a la tradición de las cabañuelas, que supuestamente sirven para pronosticar el estado del tiempo durante el año calendario con base en el comportamiento de los primeros días de enero, aplicadas esta vez al mercado petrolero, este será un año en el que los precios del crudo se mantendrán igual de deprimidos a como comenzaron este año 2016. En efecto, en los primeros días transcurridos los precios del petróleo siguen sin encontrar su piso y siguen en picada, situándose por debajo de la barrera sicológica de los US $35 el barril, por primera vez desde 2004.

Son varios los factores determinantes de este comportamiento de los precios del crudo, siendo el más preponderante de ellos la sobreoferta del mismo, que ha venido gravitando sobre el mismo desde el año anterior. El gran detonador de la destorcida de los precios del petróleo fue la revolución de los esquistos en los EEUU, la cual le ha permitido elevar sus reservas en un solo año en 3.400 millones de barriles para completar los 39.900 millones, según el último reporte de la Agencia de la Energía estadounidense. Ello sitúa a los EEUU entre los Top 10 países con las mayores reservas petroleras en el mundo.

La producción de petróleo de esquistos en los EEUU ha aumentado sensiblemente, pasando de los 400 mil barriles/día en 2007 a los 4.5 millones de barriles/día en 2015, 11 veces más (¡!). Se pensó y se especuló que con la caída de los precios dicha producción declinaría, dado que el crudo proveniente de los yacimientos no convencionales, por ser más costosa su extracción, no podrían competir con los de los yacimientos convencionales y por ello saldrían rápidamente del mercado.

Los stocks de crudo en los EEUU se mantienen al tope y los inventarios superan los 482 millones de barriles, al punto que el Presidente Barack Obama no pudo resistir más la presión de los productores para que se les permitiera exportar sus excedentes de crudo, dado que la prohibición vigente desde 1975 lo impedía y ello se convertía en un freno a la producción. Después de 40 años, cuando en respuesta al embargo petrolero que le decretaron los países árabes productores de petróleo, el Congreso de los EEUU prohibió la exportación de crudo producido en su territorio, zarpó el primer buque tanquero de ConocoPhilips y NuStar Energy con destino a una refinería suiza. Ello gracias a la decisión tomada recientemente por el Presidente Obama de levantar la veda.

Pero la sobreoferta, que se calcula estaría rondando los dos millones de barriles/día, no sólo es atribuible a los EEUU, también obedece a la estrategia que se ha impuesto en la OPEP, liderada por Arabia Saudita, de privilegiar el control sobre sus nichos de mercado sobre los precios, lo cual ha impedido que se acuerden recortes en la producción, como lo ha pretendido Venezuela, para intentar frenar la caída de los precios. A ello se viene a sumar la inminencia de la entrada al mercado del crudo de Irán, país este que posee las mayores reservas de crudo del mundo y que ahora, merced al Acuerdo Nuclear alcanzado con Occidente, anunció el Presidente Obama el levantamiento de las sanciones impuestas y con ello Irán podrá exportar más de 500 mil barriles/día aumentando la presión a la baja de los precios.

Y si por el lado de la oferta llueve por el lado de la demanda no escampa, dado que desde tiempo atrás la demanda ha estado a la zaga de la oferta, afectada por la ralentización del crecimiento de la economía global, sobre todo por la desaceleración del crecimiento de las economías de la China y la India, consideradas hasta hace muy poco como las “aspiradoras” de materias primas.

Así las cosas, no se necesita ser un experto para prever que la tendencia hacia la baja de los precios se va a mantener por largo tiempo, en la medida que cada día se aleja más el día en que tengamos un reequilibrio de la oferta y la demanda de crudo.

Columnista
12 enero, 2016

Las cabañuelas petroleras

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Amylkar D. Acosta

Si nos atenemos a la tradición de las cabañuelas, que supuestamente sirven para pronosticar el estado del tiempo durante el año calendario con base en el comportamiento de los primeros días de enero, aplicadas esta vez al mercado petrolero, este será un año en el que los precios del crudo se mantendrán igual de deprimidos […]


Si nos atenemos a la tradición de las cabañuelas, que supuestamente sirven para pronosticar el estado del tiempo durante el año calendario con base en el comportamiento de los primeros días de enero, aplicadas esta vez al mercado petrolero, este será un año en el que los precios del crudo se mantendrán igual de deprimidos a como comenzaron este año 2016. En efecto, en los primeros días transcurridos los precios del petróleo siguen sin encontrar su piso y siguen en picada, situándose por debajo de la barrera sicológica de los US $35 el barril, por primera vez desde 2004.

Son varios los factores determinantes de este comportamiento de los precios del crudo, siendo el más preponderante de ellos la sobreoferta del mismo, que ha venido gravitando sobre el mismo desde el año anterior. El gran detonador de la destorcida de los precios del petróleo fue la revolución de los esquistos en los EEUU, la cual le ha permitido elevar sus reservas en un solo año en 3.400 millones de barriles para completar los 39.900 millones, según el último reporte de la Agencia de la Energía estadounidense. Ello sitúa a los EEUU entre los Top 10 países con las mayores reservas petroleras en el mundo.

La producción de petróleo de esquistos en los EEUU ha aumentado sensiblemente, pasando de los 400 mil barriles/día en 2007 a los 4.5 millones de barriles/día en 2015, 11 veces más (¡!). Se pensó y se especuló que con la caída de los precios dicha producción declinaría, dado que el crudo proveniente de los yacimientos no convencionales, por ser más costosa su extracción, no podrían competir con los de los yacimientos convencionales y por ello saldrían rápidamente del mercado.

Los stocks de crudo en los EEUU se mantienen al tope y los inventarios superan los 482 millones de barriles, al punto que el Presidente Barack Obama no pudo resistir más la presión de los productores para que se les permitiera exportar sus excedentes de crudo, dado que la prohibición vigente desde 1975 lo impedía y ello se convertía en un freno a la producción. Después de 40 años, cuando en respuesta al embargo petrolero que le decretaron los países árabes productores de petróleo, el Congreso de los EEUU prohibió la exportación de crudo producido en su territorio, zarpó el primer buque tanquero de ConocoPhilips y NuStar Energy con destino a una refinería suiza. Ello gracias a la decisión tomada recientemente por el Presidente Obama de levantar la veda.

Pero la sobreoferta, que se calcula estaría rondando los dos millones de barriles/día, no sólo es atribuible a los EEUU, también obedece a la estrategia que se ha impuesto en la OPEP, liderada por Arabia Saudita, de privilegiar el control sobre sus nichos de mercado sobre los precios, lo cual ha impedido que se acuerden recortes en la producción, como lo ha pretendido Venezuela, para intentar frenar la caída de los precios. A ello se viene a sumar la inminencia de la entrada al mercado del crudo de Irán, país este que posee las mayores reservas de crudo del mundo y que ahora, merced al Acuerdo Nuclear alcanzado con Occidente, anunció el Presidente Obama el levantamiento de las sanciones impuestas y con ello Irán podrá exportar más de 500 mil barriles/día aumentando la presión a la baja de los precios.

Y si por el lado de la oferta llueve por el lado de la demanda no escampa, dado que desde tiempo atrás la demanda ha estado a la zaga de la oferta, afectada por la ralentización del crecimiento de la economía global, sobre todo por la desaceleración del crecimiento de las economías de la China y la India, consideradas hasta hace muy poco como las “aspiradoras” de materias primas.

Así las cosas, no se necesita ser un experto para prever que la tendencia hacia la baja de los precios se va a mantener por largo tiempo, en la medida que cada día se aleja más el día en que tengamos un reequilibrio de la oferta y la demanda de crudo.