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Columnista - 24 diciembre, 2015

Una semana extraordinaria

Pasé siete días de vacaciones con mi familia, fue una semana maravillosa sin ningún tipo de noticias. El 16 de diciembre, en un agradable restaurante campestre de Sincelejo, celebramos el cumpleaños de mi hija Marta Tere, de veras fue un momento de inmensa felicidad, en el cual, por la carencia de champaña, brindamos con cerveza […]

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Pasé siete días de vacaciones con mi familia, fue una semana maravillosa sin ningún tipo de noticias. El 16 de diciembre, en un agradable restaurante campestre de Sincelejo, celebramos el cumpleaños de mi hija Marta Tere, de veras fue un momento de inmensa felicidad, en el cual, por la carencia de champaña, brindamos con cerveza helada, comimos deliciosa torta y bailamos al son de la música de una afinada y entusiasta banda papayera que contratamos por una hora.

Después de apetitoso almuerzo seguimos a Coveñas, donde nos alojamos en moderno hotel, dotado de confortables habitaciones, cabañas, apartamentos, limpia piscina, amplia terraza al mar, gimnasio, kioscos con chinchorros, bar, restaurante con servicio de diferentes comidas y bebidas, en fin, con todas las comodidades posibles y por las noches dormíamos plácidamente por el cansancio debido al retozo del baño bajo radiante sol durante varias horas que rematábamos en la cristalina piscina.

Fuimos al volcán de lodo, cercano a San Antero, pueblo donde se celebra el festival del burro. Es un cráter de lodo burbujeante, sin mal olor y calientico, meterse en él es reconfortante y divertido, lástima que a este sitio turístico lo tengan tan descuidado sin la infraestructura adecuada, su explotación está a cargo de un hombre que cobra cinco mil pesos por usuario y unas mujeres que reciben lo que les den por lavar a quienes se entierran en el lodo.

Hicimos una travesía por varias islas aledañas, rodeadas de playas bellísimas, estuvimos un rato en la isla Santa Cruz del Islote, de la cual se dice es el lugar más poblado del mundo, en verdad, tiene menos de una hectárea habitada por casi 500 personas en 110 casas pintadas con diferentes colores, además de las áreas comunales. Su gente, toda pobre, emigra porque ya no tiene más espacio para construir viviendas.

Pasamos al frente de varios palafitos cercanos a una encantadora isla, uno de estos lujosos palafitos es propiedad de Jorge Pretelt, el magistrado de la Corte Constitucional sindicado por la Cámara de Representantes como responsable del delito de concusión, cuyo juicio político continuará en la Comisión de Instrucción del Senado, que aún no ha sido conformada.

En vista que en el Congreso ya se terminaron las sesiones de este año, el juzgamiento del magistrado de marras queda aplazado para el año entrante, después de marzo, mes en el cual el Congreso reinicia labores ordinarias, ya que el nuevo procedimiento procesal requiere de varias etapas, como la de que los partidos políticos postulen a los senadores para conformar la Comisión en comento, que según la ley debe tener siete miembros, todos abogados con reconocido conocimiento en derecho penal. Por ende, es incierto que se le pueda probar al magistrado Jorge Pretelt la exigencia de 500 millones de pesos para favorecer una tutela que buscaba salvar a la empresa Fidupetrol del reintegro de 25 mil millones de pesos a la gobernación de Casanare.

Lo más seguro es que dentro de poco el magistrado Pretelt estará divirtiéndose con francachelas en su flamante palafito en compañía de sus amigotes que lo ayudaron a sortear las acusaciones en su contra.

Al regresar, entre las noticias que leí en El Pilón me agradó la elección del doctor Jesualdo Morelli Socarrás como nuevo miembro de la Federación Colombiana de Fútbol, en representación del fútbol profesional. Mi satisfacción es mayor porque al doctor José Antonio Larrazabal Parodi lo designaron como presidente del Valledupar FC, en remplazo de Morelli Socarrás.

Antes que todo, estos nuevos dirigentes deben comprometerse con la terminación del estadio Armando Maestre Pavajeau. Sin duda alguna así será. El segundo objetivo es clasificar al equipo local a la primera división del fútbol profesional colombiano. El espíritu de estos ilustres dirigentes convertirá en realidad el sueño de los vallenatos amantes del buen fútbol.

Columnista
24 diciembre, 2015

Una semana extraordinaria

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

Pasé siete días de vacaciones con mi familia, fue una semana maravillosa sin ningún tipo de noticias. El 16 de diciembre, en un agradable restaurante campestre de Sincelejo, celebramos el cumpleaños de mi hija Marta Tere, de veras fue un momento de inmensa felicidad, en el cual, por la carencia de champaña, brindamos con cerveza […]


Pasé siete días de vacaciones con mi familia, fue una semana maravillosa sin ningún tipo de noticias. El 16 de diciembre, en un agradable restaurante campestre de Sincelejo, celebramos el cumpleaños de mi hija Marta Tere, de veras fue un momento de inmensa felicidad, en el cual, por la carencia de champaña, brindamos con cerveza helada, comimos deliciosa torta y bailamos al son de la música de una afinada y entusiasta banda papayera que contratamos por una hora.

Después de apetitoso almuerzo seguimos a Coveñas, donde nos alojamos en moderno hotel, dotado de confortables habitaciones, cabañas, apartamentos, limpia piscina, amplia terraza al mar, gimnasio, kioscos con chinchorros, bar, restaurante con servicio de diferentes comidas y bebidas, en fin, con todas las comodidades posibles y por las noches dormíamos plácidamente por el cansancio debido al retozo del baño bajo radiante sol durante varias horas que rematábamos en la cristalina piscina.

Fuimos al volcán de lodo, cercano a San Antero, pueblo donde se celebra el festival del burro. Es un cráter de lodo burbujeante, sin mal olor y calientico, meterse en él es reconfortante y divertido, lástima que a este sitio turístico lo tengan tan descuidado sin la infraestructura adecuada, su explotación está a cargo de un hombre que cobra cinco mil pesos por usuario y unas mujeres que reciben lo que les den por lavar a quienes se entierran en el lodo.

Hicimos una travesía por varias islas aledañas, rodeadas de playas bellísimas, estuvimos un rato en la isla Santa Cruz del Islote, de la cual se dice es el lugar más poblado del mundo, en verdad, tiene menos de una hectárea habitada por casi 500 personas en 110 casas pintadas con diferentes colores, además de las áreas comunales. Su gente, toda pobre, emigra porque ya no tiene más espacio para construir viviendas.

Pasamos al frente de varios palafitos cercanos a una encantadora isla, uno de estos lujosos palafitos es propiedad de Jorge Pretelt, el magistrado de la Corte Constitucional sindicado por la Cámara de Representantes como responsable del delito de concusión, cuyo juicio político continuará en la Comisión de Instrucción del Senado, que aún no ha sido conformada.

En vista que en el Congreso ya se terminaron las sesiones de este año, el juzgamiento del magistrado de marras queda aplazado para el año entrante, después de marzo, mes en el cual el Congreso reinicia labores ordinarias, ya que el nuevo procedimiento procesal requiere de varias etapas, como la de que los partidos políticos postulen a los senadores para conformar la Comisión en comento, que según la ley debe tener siete miembros, todos abogados con reconocido conocimiento en derecho penal. Por ende, es incierto que se le pueda probar al magistrado Jorge Pretelt la exigencia de 500 millones de pesos para favorecer una tutela que buscaba salvar a la empresa Fidupetrol del reintegro de 25 mil millones de pesos a la gobernación de Casanare.

Lo más seguro es que dentro de poco el magistrado Pretelt estará divirtiéndose con francachelas en su flamante palafito en compañía de sus amigotes que lo ayudaron a sortear las acusaciones en su contra.

Al regresar, entre las noticias que leí en El Pilón me agradó la elección del doctor Jesualdo Morelli Socarrás como nuevo miembro de la Federación Colombiana de Fútbol, en representación del fútbol profesional. Mi satisfacción es mayor porque al doctor José Antonio Larrazabal Parodi lo designaron como presidente del Valledupar FC, en remplazo de Morelli Socarrás.

Antes que todo, estos nuevos dirigentes deben comprometerse con la terminación del estadio Armando Maestre Pavajeau. Sin duda alguna así será. El segundo objetivo es clasificar al equipo local a la primera división del fútbol profesional colombiano. El espíritu de estos ilustres dirigentes convertirá en realidad el sueño de los vallenatos amantes del buen fútbol.