Consideramos que la canción ‘Las cuatro fiestas’ es la más emblemática de todas las que han sido inspiradas en la Navidad.
“Que linda la fiesta es en un ocho de diciembre”.
Consideramos que la canción ‘Las cuatro fiestas’ es la más emblemática de todas las que han sido inspiradas en la Navidad. Es una canción que tiene la particularidad que no obstante que incluye también la cuarta fiesta que es la de carnavales, no es considerada por la sabiduría popular como un canto carnavalero, y la verdad que por su bellísima narración se la traga completamente el mes de diciembre.
En esta canción está plasmado un arranque de genialidad de su autor en medio de una situación difícil que lo condujo a pedir a gritos que se la dejaran escuchar pues he sabido a través de relatos de gente que conoce a Adolfo Echeverría, quien en 1961 invirtió los sesenta pesos de la liquidación que recibió de su trabajo como vendedor de ropa, en la grabación de esa canción por su cuenta y riesgo.
Curiosamente la primera grabación no la hizo en un estudio de casa disquera con las correspondientes consolas y ayudas técnicas, sino con un pequeño grupo musical que actuaba como músicos de planta del Restaurante Mónaco en la ciudad de Barranquilla, por eso cuando programan ese disco lo anuncian los locutores como ‘El cuarteto de Mónaco con la voz de Nuris Borrás’. Me contaron que ese cuarteto estaba integrado por sus amigos Ángel Monsalvo, guitarrista; Rafael Guardo, baterista; Eugenio Ñeñe García, bajista, y Alex Acosta ‘Muñecón’, clarinetista, a ellos les propuso grabar la canción acompañados en la voz por una jovencita a quien había conocido en un concurso de cantantes aficionados en La Voz de la Patria que era entonces la emisora que mandaba la parada en Barranquilla por sus concursos y conciertos en un escenario que tenía especial para esos acontecimientos, ella además cantaba en las misas de una iglesia de la ciudad, haciéndose acreedora de la admiración de la gente.
En aquella ocasión grabaron dos canciones, esta y ‘Mi canción’ de la autoría de Ángel Monsalvo, con la cinta en la mano y sin que a nadie le interesara se desplazó Adolfo con serias limitaciones económicas hasta la ciudad de Medellín, donde la situación seguía siendo difícil, a las casas disqueras no le interesó ni a la radio tampoco y tuvo que regresar con las manos vacías y la cinta en el equipaje porque no se la quisieron comprar, el hombre no dio su brazo a torcer y así anduvo durante un año ofreciendo la canción hasta que hizo la propuesta a un paisa que tenía una discotienda en Barranquilla, a quien le propuso que financiara el prensaje del disco, a quien le sonó el negocio con la condición que de los cien su compositor debía vender cincuenta, así lo hicieron y ahí comenzó la historia.
Inicialmente visitó las emisoras y en ninguna quisieron poner el disco, no les gustaba, pero logró venderlos todos y tuvieron entonces que sacar otras porque la gente lo pedía, empezó a sonar por todas partes y entonces si empezaron a colocarlo en todas las emisoras de la ciudad y del país, prensaron entonces doscientas copias adicionales que se agotaron enseguida y terminaron vendiendo cinco mil; es decir, que de no ser por su fe de carbonero esa canción hubiera quedado en la oscuridad, y ha sido tan exitosa que la han grabado más de cien veces incluida una versión que existe en inglés.
Lástima grande que mientras todos la bailamos y la gozamos su autor vive apenas una vida digna, ha tenido serias dificultades económicas porque nunca le han reconocido lo que deberían reconocerle no solo por esta sino por más de trecientas canciones de similar calidad que le han grabado en el país y en el exterior, entre otras Celia Cruz, Bonny Cepeda, Billo’s Caracas Boys, Los Melódicos y Víctor Manuel. ‘Amaneciendo’, ‘Fantasía nocturna’, ‘La paloma’ que interpreta Jorge Oñate, ‘La Inmaculada’, ‘El bocachico’, ‘Gloria Peña’, ‘Perfume de gardenias’, ‘Julio Calderón’, ‘Sonia’, ‘El guayabo’, ‘Puya y hunde’, ‘El hombre del sombrerito’, ‘Me robaron el sombrero’, ‘La gota gorda’, ‘El cangrejo’, ‘Los gansos en la laguna’ y ‘Para Santa Marta’.
Mientras la gente prende velitas, echa maizena y disfruta a plenitud el reencuentro con los suyos, el intercambio de aguinaldos y las bienaventuranzas que llegan con las fiestas de la natividad en un barrio popular de la ciudad más alegre de Colombia, en la arenosa, Adolfo Echeverría ve apagar sus mejores días sin recibir el homenaje nacional que se merece, sin que le paguen el fruto de su trabajo y su genialidad musical pero afortunadamente rodeado del afecto de su familia.
Por Luis Eduardo Acosta Medina
Consideramos que la canción ‘Las cuatro fiestas’ es la más emblemática de todas las que han sido inspiradas en la Navidad.
“Que linda la fiesta es en un ocho de diciembre”.
Consideramos que la canción ‘Las cuatro fiestas’ es la más emblemática de todas las que han sido inspiradas en la Navidad. Es una canción que tiene la particularidad que no obstante que incluye también la cuarta fiesta que es la de carnavales, no es considerada por la sabiduría popular como un canto carnavalero, y la verdad que por su bellísima narración se la traga completamente el mes de diciembre.
En esta canción está plasmado un arranque de genialidad de su autor en medio de una situación difícil que lo condujo a pedir a gritos que se la dejaran escuchar pues he sabido a través de relatos de gente que conoce a Adolfo Echeverría, quien en 1961 invirtió los sesenta pesos de la liquidación que recibió de su trabajo como vendedor de ropa, en la grabación de esa canción por su cuenta y riesgo.
Curiosamente la primera grabación no la hizo en un estudio de casa disquera con las correspondientes consolas y ayudas técnicas, sino con un pequeño grupo musical que actuaba como músicos de planta del Restaurante Mónaco en la ciudad de Barranquilla, por eso cuando programan ese disco lo anuncian los locutores como ‘El cuarteto de Mónaco con la voz de Nuris Borrás’. Me contaron que ese cuarteto estaba integrado por sus amigos Ángel Monsalvo, guitarrista; Rafael Guardo, baterista; Eugenio Ñeñe García, bajista, y Alex Acosta ‘Muñecón’, clarinetista, a ellos les propuso grabar la canción acompañados en la voz por una jovencita a quien había conocido en un concurso de cantantes aficionados en La Voz de la Patria que era entonces la emisora que mandaba la parada en Barranquilla por sus concursos y conciertos en un escenario que tenía especial para esos acontecimientos, ella además cantaba en las misas de una iglesia de la ciudad, haciéndose acreedora de la admiración de la gente.
En aquella ocasión grabaron dos canciones, esta y ‘Mi canción’ de la autoría de Ángel Monsalvo, con la cinta en la mano y sin que a nadie le interesara se desplazó Adolfo con serias limitaciones económicas hasta la ciudad de Medellín, donde la situación seguía siendo difícil, a las casas disqueras no le interesó ni a la radio tampoco y tuvo que regresar con las manos vacías y la cinta en el equipaje porque no se la quisieron comprar, el hombre no dio su brazo a torcer y así anduvo durante un año ofreciendo la canción hasta que hizo la propuesta a un paisa que tenía una discotienda en Barranquilla, a quien le propuso que financiara el prensaje del disco, a quien le sonó el negocio con la condición que de los cien su compositor debía vender cincuenta, así lo hicieron y ahí comenzó la historia.
Inicialmente visitó las emisoras y en ninguna quisieron poner el disco, no les gustaba, pero logró venderlos todos y tuvieron entonces que sacar otras porque la gente lo pedía, empezó a sonar por todas partes y entonces si empezaron a colocarlo en todas las emisoras de la ciudad y del país, prensaron entonces doscientas copias adicionales que se agotaron enseguida y terminaron vendiendo cinco mil; es decir, que de no ser por su fe de carbonero esa canción hubiera quedado en la oscuridad, y ha sido tan exitosa que la han grabado más de cien veces incluida una versión que existe en inglés.
Lástima grande que mientras todos la bailamos y la gozamos su autor vive apenas una vida digna, ha tenido serias dificultades económicas porque nunca le han reconocido lo que deberían reconocerle no solo por esta sino por más de trecientas canciones de similar calidad que le han grabado en el país y en el exterior, entre otras Celia Cruz, Bonny Cepeda, Billo’s Caracas Boys, Los Melódicos y Víctor Manuel. ‘Amaneciendo’, ‘Fantasía nocturna’, ‘La paloma’ que interpreta Jorge Oñate, ‘La Inmaculada’, ‘El bocachico’, ‘Gloria Peña’, ‘Perfume de gardenias’, ‘Julio Calderón’, ‘Sonia’, ‘El guayabo’, ‘Puya y hunde’, ‘El hombre del sombrerito’, ‘Me robaron el sombrero’, ‘La gota gorda’, ‘El cangrejo’, ‘Los gansos en la laguna’ y ‘Para Santa Marta’.
Mientras la gente prende velitas, echa maizena y disfruta a plenitud el reencuentro con los suyos, el intercambio de aguinaldos y las bienaventuranzas que llegan con las fiestas de la natividad en un barrio popular de la ciudad más alegre de Colombia, en la arenosa, Adolfo Echeverría ve apagar sus mejores días sin recibir el homenaje nacional que se merece, sin que le paguen el fruto de su trabajo y su genialidad musical pero afortunadamente rodeado del afecto de su familia.
Por Luis Eduardo Acosta Medina