El campesino José Alcides Chinchilla de 54 años, ingirió un veneno todavía no identificado que acabó con su vida. Según sus familiares él lo hizo porque se encontraba muy aburrido y sin ganas de vivir.
Otro suicidio en el Cesar
En el Hospital Regional de Aguachica, se realizó el levantamiento del cadáver del campesino José Alcides Chinchilla, de 54 años, quien murió horas después de ingerir un veneno hasta ahora no identificado por las autoridades.
Sus familiares indicaron que la tarde del martes anterior, observaron a José Alcides pálido y corto de respiración, lo que les hizo pensar que algo grave de salud le estaba pasando.
Al interrogarlo para establecer que era lo que sentía, confesó que se había tomado un frasco de veneno y que lo hizo porque se encontraba muy aburrido y sin ganas de vivir.
La confesión del agricultor obligó a los familiares a buscar un vehículo expreso para trasladarlo a un centro asistencial, pero en lugar de llevarlo al Hospital San José de La Gloria, lo condujeron hasta el Regional de Aguachica, en busca de que los médicos especialistas lograran salvarlo. Sin embargo, todo el esfuerzo resultó infructuoso, porque los fuertes componentes venenosos del producto ingerido le ocasionaron la destrucción de su estómago y demás órganos internos.
El campesino José Alcides Chinchilla de 54 años, ingirió un veneno todavía no identificado que acabó con su vida. Según sus familiares él lo hizo porque se encontraba muy aburrido y sin ganas de vivir.
Otro suicidio en el Cesar
En el Hospital Regional de Aguachica, se realizó el levantamiento del cadáver del campesino José Alcides Chinchilla, de 54 años, quien murió horas después de ingerir un veneno hasta ahora no identificado por las autoridades.
Sus familiares indicaron que la tarde del martes anterior, observaron a José Alcides pálido y corto de respiración, lo que les hizo pensar que algo grave de salud le estaba pasando.
Al interrogarlo para establecer que era lo que sentía, confesó que se había tomado un frasco de veneno y que lo hizo porque se encontraba muy aburrido y sin ganas de vivir.
La confesión del agricultor obligó a los familiares a buscar un vehículo expreso para trasladarlo a un centro asistencial, pero en lugar de llevarlo al Hospital San José de La Gloria, lo condujeron hasta el Regional de Aguachica, en busca de que los médicos especialistas lograran salvarlo. Sin embargo, todo el esfuerzo resultó infructuoso, porque los fuertes componentes venenosos del producto ingerido le ocasionaron la destrucción de su estómago y demás órganos internos.