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Sur - 17 mayo, 2010

Serpiente de dos metros mató a un campesino de San Martín

Como de costumbre, el campesino Isidro Hernández Moreno, de 54 años, salió de su residencia ubicada en la vereda Santa Paula, y antes de llegar a los potreros de la finca La Esperanza, una venenosa serpiente, conocida en la región como ‘Talla X’, lo atacó en la vera del camino, mordiéndolo en dos oportunidades en […]

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Como de costumbre, el campesino Isidro Hernández Moreno, de 54 años, salió de su residencia ubicada en la vereda Santa Paula, y antes de llegar a los potreros de la finca La Esperanza, una venenosa serpiente, conocida en la región como ‘Talla X’, lo atacó en la vera del camino, mordiéndolo en dos oportunidades en el tobillo del pie izquierdo.
Una vez sintió los punzones llenos de veneno, Hernández Moreno, como pudo llegó hasta la finca de un vecino y en cuestión de segundos se desplomó inconsciente, por lo que sus conocidos corrieron al potrero, ensillaron un caballo y lo condujeron a todo galope al hospital ‘Álvaro Ramírez González’, donde los galenos de turno le aplicaron varias dosis de suero antiofídico, pero no lograron estabilizarlo.
Pasaban las horas y el campesino no mostraba mejoría; entonces la parte administrativa del hospital de San Martín comenzó a buscarle cupo en clínicas de Aguachica y Bucaramanga, pero ninguna de las entidades de salud solicitadas tenían convenio con la EPS Coomeva y además, tampoco contaban con el antídoto.
Según los familiares del labriego, cada segundo que pasaba era un segundo menos de vida que tenía su pariente, por lo que pidieron a empleados del hospital ‘Álvaro Ramírez González’, que lo remitieran al centro médico ‘Carlos Ardila Lülle’, de Bucaramanga, para que allí le aplicaran las dosis de suero antiofídico requeridas, así fuera de manera particular ante la negativa de Coomeva de ubicarlo en una clínica que tuviera ese medicamento.
El hospital de San Martín, en efecto lo remitió a Bucaramanga en una ambulancia de la institución, la misma que paseó por todas las clínicas y hospitales de la capital santandereana, pero en ninguna tenían convenio con Coomeva y tampoco contaban con Suero Antiofídico, por lo que lo llevaron a un centro asistencial particular, pero cuando iba a ser tratado, el paciente murió.
La indignación de los familiares de Isidro Hernández no se hizo esperar y cuestionaron duramente la falta de apoyo oportuno de Coomeva, y exigieron que se investigue este tipo de hechos que en el sur del Cesar son innumerables, en el sentido que los pacientes mueren esperando ser recibidos en clínicas de mayor complejidad.

Sur
17 mayo, 2010

Serpiente de dos metros mató a un campesino de San Martín

Como de costumbre, el campesino Isidro Hernández Moreno, de 54 años, salió de su residencia ubicada en la vereda Santa Paula, y antes de llegar a los potreros de la finca La Esperanza, una venenosa serpiente, conocida en la región como ‘Talla X’, lo atacó en la vera del camino, mordiéndolo en dos oportunidades en […]


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Como de costumbre, el campesino Isidro Hernández Moreno, de 54 años, salió de su residencia ubicada en la vereda Santa Paula, y antes de llegar a los potreros de la finca La Esperanza, una venenosa serpiente, conocida en la región como ‘Talla X’, lo atacó en la vera del camino, mordiéndolo en dos oportunidades en el tobillo del pie izquierdo.
Una vez sintió los punzones llenos de veneno, Hernández Moreno, como pudo llegó hasta la finca de un vecino y en cuestión de segundos se desplomó inconsciente, por lo que sus conocidos corrieron al potrero, ensillaron un caballo y lo condujeron a todo galope al hospital ‘Álvaro Ramírez González’, donde los galenos de turno le aplicaron varias dosis de suero antiofídico, pero no lograron estabilizarlo.
Pasaban las horas y el campesino no mostraba mejoría; entonces la parte administrativa del hospital de San Martín comenzó a buscarle cupo en clínicas de Aguachica y Bucaramanga, pero ninguna de las entidades de salud solicitadas tenían convenio con la EPS Coomeva y además, tampoco contaban con el antídoto.
Según los familiares del labriego, cada segundo que pasaba era un segundo menos de vida que tenía su pariente, por lo que pidieron a empleados del hospital ‘Álvaro Ramírez González’, que lo remitieran al centro médico ‘Carlos Ardila Lülle’, de Bucaramanga, para que allí le aplicaran las dosis de suero antiofídico requeridas, así fuera de manera particular ante la negativa de Coomeva de ubicarlo en una clínica que tuviera ese medicamento.
El hospital de San Martín, en efecto lo remitió a Bucaramanga en una ambulancia de la institución, la misma que paseó por todas las clínicas y hospitales de la capital santandereana, pero en ninguna tenían convenio con Coomeva y tampoco contaban con Suero Antiofídico, por lo que lo llevaron a un centro asistencial particular, pero cuando iba a ser tratado, el paciente murió.
La indignación de los familiares de Isidro Hernández no se hizo esperar y cuestionaron duramente la falta de apoyo oportuno de Coomeva, y exigieron que se investigue este tipo de hechos que en el sur del Cesar son innumerables, en el sentido que los pacientes mueren esperando ser recibidos en clínicas de mayor complejidad.