En EL PILÓN se realizó el debate inicial entre senadores y especialistas en conflicto y construcción de paz.
La paz no solo se construye en los diálogos entre el Gobierno y las Farc en Cuba, ni con la firma del proceso; eso solo es un comienzo porque donde realmente se construye la paz es en las regiones del país y con el denominado postconflicto, aquello que se llama paz territorial.
Así se dejó claro en el entretenido debate que se llevó a cabo en EL PILÓN ayer entre los senadores Eloy Barreras, Claudia López, Jhon Sudarsky, David Barguil, Sofía Gaviria, el consejero de derechos humanos Guillermo Rivera, el exministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, y la analista alemana Sabine Kurtenbach. Todos, incluyendo al director del DNP Simón Gaviria y el representante Rodrigo Lara vinieron a hablar de paz en Valledupar.
“La paz se construye al menos de tres maneras: desde las regiones, la exigencia primera para cualquier idea de gobernar en el territorio es comprometerse. Nosotros queremos gobernadores y alcaldes comprometidos con este proceso de paz, porque sin esa siembra en las regiones es imposible el postconflicto, lo que significa que después de firmada la paz lo que hay que hacer es garantizar que sea real, que se de el DDR, es decir, la desmovilización, el desarme, la reintegración social, la reparación a las víctimas, la restitución de tierras; todo eso ocurre es en el territorio y eso durará si nos va bien, una década”, afirmó Roy Barreras.
El segundo elemento, dijo el senador, es que si no se tiene éxito en esa medida lo que ocurrirá es que las Farc serán reemplazadas por otros grupos ilegales y el Estado tiene que prepararse. Es la exigencia que han hecho de presupuesto para el postconflicto, porque aún no lo ven reflejado en el plan de desarrollo y es lo que causa preocupación.
“No se trata de la firma de la paz, sino de la construcción de una institucionalidad que cobije a todos los colombianos en el tema agrario, en la política, equidad social, justicia transicional y responsabilidad penal que cobije a los cesarenses y a todos los vallenatos que bastante han sufrido”, concluyó.
Por su parte, el alto consejero presidencial para los derechos humanos, Guillermo Rivera, manifestó que los puntos que se discuten en Cuba son acordes con el objetivo de preservar la paz en los territorios después del conflicto. Incluso dio el ejemplo de la negociación con el M19, una de las reconocidas como exitosa que no solamente se desmovilizó, sino que sus integrantes más destacados participan aun en la vida institucional, “es un ejemplo para decir que esto sí es posible. Fue impecable la negociación y el proceso de reincorporación del M19, pero lo que sí no fue impecable es la realidad que tienen hoy los territorios en los que ellos operaron, si se fijan en uno de esos departamentos, justamente en el que firmaron la paz: Cauca, no solamente no mejoraron sino que empeoraron y hoy su situación es mucho peor que lo que era en los finales de los 80, por eso este proceso no solamente busca unas garantías y una reincorporación a la vida civil sino también busca que los territorios en los que vivieron el conflicto con mayor intensidad realmente se transformen y por eso la agenda que se planteó en La Habana tiene que ver con el desarrollo rural, la participación política, la superación del narcotráfico, y las garantías para las víctimas”, dijo.
La senadora Claudia López enfatizó que la paz territorial no solamente es desmovilizar al ilegal sino reemplazarlo por ciudadanía, “que pueda ejercer sus derechos, levantar su voz, organizarse, protestar, participar en política sin que la maten, que les den seguridad, justicia e inclusión, es decir, salud, educación y oportunidades de ingreso”.
Esto apenas fue un pequeño ejercicio de lo que todos los fines de semana vivirán los participantes de la Escuela Vallenata de Paz, que gestionó la Alcaldía de Valledupar bajo la organización de la periodista y politóloga Natalia Springer.
Por Tatiana Orozco Mazzilli
[email protected]
En EL PILÓN se realizó el debate inicial entre senadores y especialistas en conflicto y construcción de paz.
La paz no solo se construye en los diálogos entre el Gobierno y las Farc en Cuba, ni con la firma del proceso; eso solo es un comienzo porque donde realmente se construye la paz es en las regiones del país y con el denominado postconflicto, aquello que se llama paz territorial.
Así se dejó claro en el entretenido debate que se llevó a cabo en EL PILÓN ayer entre los senadores Eloy Barreras, Claudia López, Jhon Sudarsky, David Barguil, Sofía Gaviria, el consejero de derechos humanos Guillermo Rivera, el exministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, y la analista alemana Sabine Kurtenbach. Todos, incluyendo al director del DNP Simón Gaviria y el representante Rodrigo Lara vinieron a hablar de paz en Valledupar.
“La paz se construye al menos de tres maneras: desde las regiones, la exigencia primera para cualquier idea de gobernar en el territorio es comprometerse. Nosotros queremos gobernadores y alcaldes comprometidos con este proceso de paz, porque sin esa siembra en las regiones es imposible el postconflicto, lo que significa que después de firmada la paz lo que hay que hacer es garantizar que sea real, que se de el DDR, es decir, la desmovilización, el desarme, la reintegración social, la reparación a las víctimas, la restitución de tierras; todo eso ocurre es en el territorio y eso durará si nos va bien, una década”, afirmó Roy Barreras.
El segundo elemento, dijo el senador, es que si no se tiene éxito en esa medida lo que ocurrirá es que las Farc serán reemplazadas por otros grupos ilegales y el Estado tiene que prepararse. Es la exigencia que han hecho de presupuesto para el postconflicto, porque aún no lo ven reflejado en el plan de desarrollo y es lo que causa preocupación.
“No se trata de la firma de la paz, sino de la construcción de una institucionalidad que cobije a todos los colombianos en el tema agrario, en la política, equidad social, justicia transicional y responsabilidad penal que cobije a los cesarenses y a todos los vallenatos que bastante han sufrido”, concluyó.
Por su parte, el alto consejero presidencial para los derechos humanos, Guillermo Rivera, manifestó que los puntos que se discuten en Cuba son acordes con el objetivo de preservar la paz en los territorios después del conflicto. Incluso dio el ejemplo de la negociación con el M19, una de las reconocidas como exitosa que no solamente se desmovilizó, sino que sus integrantes más destacados participan aun en la vida institucional, “es un ejemplo para decir que esto sí es posible. Fue impecable la negociación y el proceso de reincorporación del M19, pero lo que sí no fue impecable es la realidad que tienen hoy los territorios en los que ellos operaron, si se fijan en uno de esos departamentos, justamente en el que firmaron la paz: Cauca, no solamente no mejoraron sino que empeoraron y hoy su situación es mucho peor que lo que era en los finales de los 80, por eso este proceso no solamente busca unas garantías y una reincorporación a la vida civil sino también busca que los territorios en los que vivieron el conflicto con mayor intensidad realmente se transformen y por eso la agenda que se planteó en La Habana tiene que ver con el desarrollo rural, la participación política, la superación del narcotráfico, y las garantías para las víctimas”, dijo.
La senadora Claudia López enfatizó que la paz territorial no solamente es desmovilizar al ilegal sino reemplazarlo por ciudadanía, “que pueda ejercer sus derechos, levantar su voz, organizarse, protestar, participar en política sin que la maten, que les den seguridad, justicia e inclusión, es decir, salud, educación y oportunidades de ingreso”.
Esto apenas fue un pequeño ejercicio de lo que todos los fines de semana vivirán los participantes de la Escuela Vallenata de Paz, que gestionó la Alcaldía de Valledupar bajo la organización de la periodista y politóloga Natalia Springer.
Por Tatiana Orozco Mazzilli
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