La propuesta del contralor General de la República, Edgardo Maya Villazón, de hacer un revolcón en el tema carcelario, especialmente en el tema de infraestructura debe darse de inmediato. Las cárceles de Colombia, entre ellas la Judicial y la de Alta y Mediana Seguridad de Valledupar, necesitan con urgencia la intervención del Gobierno Nacional.

La parte física de estos dos centros de reclusión en especial no es la mejor. La primera es la más antigua y el hacinamiento que registra hace peor la situación de las personas que allí están internas, mientras que la segunda, aunque es relativamente más nueva y no tiene problemas de hacinamiento, si registra problemas en los servicios públicos, lo que genera pésimas condiciones para los presos.

Maya Villazón dijo que la “Contraloría considera que ante el creciente y preocupante fenómeno del hacinamiento carcelario, es necesaria la implementación del Plan Maestro de Reposición, Rehabilitación y Mantenimiento de la Infraestructura Penitenciaria y Carcelaria”, y para ello se requiere la asignación y ejecución de los dineros suficientes para la construcción de nuevos cupos carcelarios y las labores de mantenimiento de los existentes.

La semana anterior, la Defensoría del Pueblo en el Cesar denunció la delicada situación que viven los internos de la Cárcel de Alta y Mediana Seguridad de Valledupar, donde en la torre seis torturaban a los presos en la llamada ‘Celda del infierno’. Una de las maneras de torturar es dejando a los internos en la celda que no tiene baños y los obligan a hacer sus necesidades fisiológicas en el mismo lugar.

La Defensoría del Pueblo acudió la herramienta ‘Mecanismo de Denuncia’ con la que pudieron documentar los casos de tortura denunciados por los presos que han sido víctimas. Esas visitas realizadas por el Ministerio Público permitieron detectar que el problema del agua y del buen funcionamiento de las baterías sanitarias es un verdadero dolor de cabeza, lo que finalmente provoca emergencia sanitaria.

El Contralor recordó que no se puede aplazar la puesta en marcha de una política criminal y penitenciaria coherente con los principios internacionales que ha suscrito Colombia sobre la materia, como es el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Es hora del revolcón del tema carcelario en Colombia. Si los internos tienen cárceles dignas, su resocialización será posible, mientras tanto con los escenarios de hoy, el panorama será cada vez peor.