Frente a los diversos conflictos de orden social que vive Colombia es meritorio que las personas preocupadas por esta situación, promovamos una trasformación que genere rechazo a los actos anómalos; iniciativa que requiere mucha voluntad y apoyo. Y debe ser una posición coherente con la visión de un gobierno equilibrado y pluralista; en otras palabras […]
Frente a los diversos conflictos de orden social que vive Colombia es meritorio que las personas preocupadas por esta situación, promovamos una trasformación que genere rechazo a los actos anómalos; iniciativa que requiere mucha voluntad y apoyo. Y debe ser una posición coherente con la visión de un gobierno equilibrado y pluralista; en otras palabras estamos motivando a los ciudadanos en general a incorporar criterios de decisión, sensibles a las consecuencias; de tal manera que podamos salir de la mentalidad anclada en el pasado.
Para ello es vital acelerar el trámite de actitudes que se conciben mediante un modelo de administración que garantice independencia y prosperidad, que abra espacios interactivos y que explore la posibilidad de implementar alcances innovadores y sobre todo socializar acuerdos temáticos bajo una misión pedagógica.
Todo lo anterior con la finalidad de no caer en la intolerancia social, entendida esta como el irrespeto ético al compromiso de los ciudadanos entorno al cumplimiento enfocado de bienestar social, donde lo justo y coherente se constituye en el objetivo sustancial, no al atropello, no a la intransigencia. Bajo estas premisas el individuo y la sociedad deben proceder con una mirada neutral entorno a las circunstancias; igualmente instruirse alrededor de mecanismos de seguimientos confiables que eviten actos intolerantes. Es menester tener pudor en extremo, excelencia y confianza, inducir a los jóvenes profesionales o no bajo una nueva ética fundada en la dignidad del oficio; enfoques sensatos que confronten la oferta y la demanda. Todas estas iniciativas y propuestas abordan la percepción social de lo que está sucediendo en la actualidad bajo una metamorfosis integral y radical que nos permita declinar a ideas que a nada conllevan.
Antagónicamente es nuestro deber mostrar un liderazgo servidor y no como el que actualmente vemos que se abre a codo limpio, agrediendo y es algo pasajero; esto como una opción que busca maximizar el potencial de la sociedad. Lo referente si se tiene en cuenta que el cambio se produce en el momento mismo que se enfrenta un aumento de la competencia; pues resulta esencialmente valido llevar a la práctica un gobierno ético que sea responsable en el campo social, donde los debates, las confrontaciones tengan como constante la lucha por intereses en privilegiar el beneficio de los más necesitados. En alcanzar igualmente un notable grado de estructuración social que acabe con la miseria, que siembra inseguridad y visualiza elementos y componentes del pensamiento crítico para formar ciudadanos competentes que respondan retos de esta sociedad convulsionada.
Concluyendo es de vital interés afianzar identidades que aúnen relaciones interpersonales para fomentar el crecimiento humano y el fortalecimiento de acciones a la dirección de desarrollo.
[email protected]
Frente a los diversos conflictos de orden social que vive Colombia es meritorio que las personas preocupadas por esta situación, promovamos una trasformación que genere rechazo a los actos anómalos; iniciativa que requiere mucha voluntad y apoyo. Y debe ser una posición coherente con la visión de un gobierno equilibrado y pluralista; en otras palabras […]
Frente a los diversos conflictos de orden social que vive Colombia es meritorio que las personas preocupadas por esta situación, promovamos una trasformación que genere rechazo a los actos anómalos; iniciativa que requiere mucha voluntad y apoyo. Y debe ser una posición coherente con la visión de un gobierno equilibrado y pluralista; en otras palabras estamos motivando a los ciudadanos en general a incorporar criterios de decisión, sensibles a las consecuencias; de tal manera que podamos salir de la mentalidad anclada en el pasado.
Para ello es vital acelerar el trámite de actitudes que se conciben mediante un modelo de administración que garantice independencia y prosperidad, que abra espacios interactivos y que explore la posibilidad de implementar alcances innovadores y sobre todo socializar acuerdos temáticos bajo una misión pedagógica.
Todo lo anterior con la finalidad de no caer en la intolerancia social, entendida esta como el irrespeto ético al compromiso de los ciudadanos entorno al cumplimiento enfocado de bienestar social, donde lo justo y coherente se constituye en el objetivo sustancial, no al atropello, no a la intransigencia. Bajo estas premisas el individuo y la sociedad deben proceder con una mirada neutral entorno a las circunstancias; igualmente instruirse alrededor de mecanismos de seguimientos confiables que eviten actos intolerantes. Es menester tener pudor en extremo, excelencia y confianza, inducir a los jóvenes profesionales o no bajo una nueva ética fundada en la dignidad del oficio; enfoques sensatos que confronten la oferta y la demanda. Todas estas iniciativas y propuestas abordan la percepción social de lo que está sucediendo en la actualidad bajo una metamorfosis integral y radical que nos permita declinar a ideas que a nada conllevan.
Antagónicamente es nuestro deber mostrar un liderazgo servidor y no como el que actualmente vemos que se abre a codo limpio, agrediendo y es algo pasajero; esto como una opción que busca maximizar el potencial de la sociedad. Lo referente si se tiene en cuenta que el cambio se produce en el momento mismo que se enfrenta un aumento de la competencia; pues resulta esencialmente valido llevar a la práctica un gobierno ético que sea responsable en el campo social, donde los debates, las confrontaciones tengan como constante la lucha por intereses en privilegiar el beneficio de los más necesitados. En alcanzar igualmente un notable grado de estructuración social que acabe con la miseria, que siembra inseguridad y visualiza elementos y componentes del pensamiento crítico para formar ciudadanos competentes que respondan retos de esta sociedad convulsionada.
Concluyendo es de vital interés afianzar identidades que aúnen relaciones interpersonales para fomentar el crecimiento humano y el fortalecimiento de acciones a la dirección de desarrollo.
[email protected]