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General - 17 mayo, 2015

Nuevos aires en Aguas Blancas

Aguas Blancas es un pueblo del norte de Cesar azotado por la violencia que trata de ‘reverdecer’. Sus habitantes superaron las secuelas del conflicto armado y ahora recuperan sus territorios a través de la reforestación.

Después de ser objeto de asesinatos, la plaza 'La Concepción' de Aguas Blancas recibió la siembra de 20 árboles para su cobertura vegetal. EL PILÓN / Jaider Santana.
Después de ser objeto de asesinatos, la plaza 'La Concepción' de Aguas Blancas recibió la siembra de 20 árboles para su cobertura vegetal. EL PILÓN / Jaider Santana.

Las balas que algún día silenciaron más de una vida en el corregimiento de Aguas Blancas dejaron una huella imborrable en sus pobladores, ahora tratan borrarla con la plantación de árboles en honor a los caídos en medio del conflicto armado.

La mañana de ayer, en una actividad de la Secretaría de Ambiente del Cesar, estudiantes de la Institución Educativa Media de Aguas Blancas por medio de un proyecto que busca sembrar 20.000 árboles en las fuentes abastecedoras de agua de 19 municipios del departamento, con el fin de responder a la urgencia de preservar el recurso hídrico.

A las 6:00 de la mañana, los educandos atendieron la cita con José Zapata Miranda, líder de la Asociación de Productores de Aguas Blancas, y así esperaron la llegada del secretario de Ambiente, Andrés Felipe Meza, con el comité de ambientalistas que llevó 400 árboles; 200 de mango y 200 cítricos, para entregarlos a la comunidad y sembrarlos en los sectores más afectados por la sequía.

La primera actividad se realizó en la plaza La Concepción, sitio en el que fueron asesinadas muchas personas por los hombres del frente ‘Mártires del Cesar’. Del 2001 al 2004 fue la época en que más habitantes dejaron esta población por presiones de los paramilitares. El desplazamiento en Aguas Blancas llegó al 80 %, indicó su inspector de Policía Rural, José Manuel Ospino.

Fueron 20 plantas de mango sembradas en ‘La Concepción’, equipada en primer lugar por árboles de uvito brasilero, algarrobillo y corazón fino, que perdieron su vitalidad y a la postre están viejos y desgastados.

Y aunque a la localidad de unos 8.000 ciudadanos la conocen como “El pueblo de los santos”, porque tiene cuatro barrios y todos llevan nombres religiosos: San Rafael, San Martín, El Carmen, y La Concepción, ninguno pudo hacer el milagro de frenar la escalada terrorista de los grupos armados ilegales.

Este corregimiento de vocación agropecuaria, lleva la bandera de ser la población rural más grande de Valledupar y busca quedarse con el título del ‘corregimiento más verde’, luego de comenzar el proceso de adoptar plantas para casas, plazas principales y orillas de los ríos Pesquería y Aguas Blancas.

“Lastimosamente el corregimiento de Aguas Blancas ha sufrido el flagelo de la violencia como casi todo el país, pero la gente aquí es muy positiva, ya hay un deseo grande de salir adelante”, declaró José Zapata Miranda, quien vive hace 39 años en el lugar y además asegura que lo más crítico por la violencia insurgente fue entre el año 2000 y 2006.

Agregó que “hubo un desplazamiento casi que total del pueblo. Fue algo muy duro porque muchas familias perdieron sus seres queridos, algunos han superado, otros no”.
Se habla que seis millones de víctimas deja el conflicto en Colombia, de esas según la Unidad de Atención y Reparación Integral a Víctimas hay 326.359 víctimas en el Cesar de distintos hechos como desplazamiento, homicidio, pérdida de bienes, desaparición, secuestro, entre otros.

Aguas Blancas está más que lacerado por la violencia, “en horas del día y la noche este era un pueblo fantasma, casi que la gente no salía de sus casas. En ese entonces vivían unas cuatro mil o cinco mil personas, pero hubo un desplazamiento de casi el 70 % de las familias, ya te puedes imaginar cómo quedó esto”, rememora Zapata Mirada.

Aseguró que “antes no teníamos la capacidad ni el liderazgo, hace un año iniciamos un proceso de organización de la comunidad, aquí se organizó la Junta Administradora de Aseo y Alcantarillado registrada ante la Cámara de Comercio y todas las comisiones de regulación, eso va a permitir jalonar recursos, así mismo organizamos la Asociación de Productores, a través de esta figura obtuvimos unos cuatro proyectos, y hoy (ayer) estamos con la Secretaría de Ambiente para hacer la primera fase de forestación con frutales, se van a sembrar árboles de mango y cítricos, para mejorar la condiciones ambientales del corregimiento”.
“Si analizan la inversión del municipio no se ha hecho un solo proyecto en esta administración para mejorar las condiciones, gracias a Dios con la gobernación hemos venido avanzando en varios frentes y eso no llena de aliento”, sostuvo Magalis Gutiérrez, habitante de ese pueblo.

Después de casi nueve años Aguas Blancas pasó de vivir en la zozobra y la miseria, a ser un pueblo envuelto en la alegría de sus habitantes, que día a día se levantan con la esperanza de olvidar lo que un día empañó sus sueños, la violencia.

Árboles, respiro al ecosistema
Los afluentes que bañan a Aguas Blancas son Pesquería y Aguas Blancas están con bajo caudal y casi al punto de secarse por la falta de lluvias en la zona.

Elisama García Mendoza, estudiante de décimo grado de la Institución Educativa Media de Aguas Blancas, fue la primera en sembrar un árbol de mango en la plaza La Concepción.

“Lo hago porque es primordial darle ayuda a nuestro ambiente y que mas que con plantar árboles en un espacio libre y amplio como este”, dijo la alumna de 16 años.
Bajo el lema “Aguas Blancas tierra de paz, tierra verde”, los pobladores del corregimiento iniciaron la actividad a partir de las 8:30 de la mañana. Esta acción va unida al proyecto que inició en el municipio de El Copey y posteriormente se desarrollará en las fuentes abastecedoras de agua en Valledupar, San Alberto, Aguachica, Becerril, Codazzi, La Paz, González, San Diego, Curumaní, Pailitas, Pelaya, San Martín y Pueblo Bello.

“Con cada árbol que se siembra gana el ecosistema, se fija mejor CO2 y produce oxígeno al ambiente. Ahora el trabajo es de los pobladores de esta población, quienes deben cuidar los árboles, estar en permanentes acciones de riego y una que otra ocasión aplicar abono natural. Es una gran labor que los estudiantes se vinculen, porque son ellos los que adoptan un árbol y así pueden ayudarlo a crecer sano y salvo”, explicó el ingeniero forestal, Héctor Segura.

En esta ocasión el secretario de Ambiente, Andrés Felipe Meza, se encargó de limpiar, hacer el hueco y abonar el terreno para que los estudiantes sembraron las especies de mangos alrededor de la plaza.
“Continuamos con la meta de sembrar 20.000 árboles en el departamento, por supuesto Aguas Blancas está en un proceso de renacer, teniendo en cuenta los problemas que tuvieron por el conflicto armado”, dijo Meza.

El funcionario explicó que Aguas Blancas “carece de mucha cobertura vegetal, que favorece a la captura del CO2 y a la generación de oxígeno, eso hace falta para el buen funcionamiento como tal en el corregimiento. Ese ejercicio de árboles de mango como cítricos se quiere hacer por todas las casas, se adquirió un compromiso de quienes recibieron los árboles de cuidar y mantener vigilancia mensualmente a estas especies”.

Así como en la plaza ‘La Concepción’, la Secretaría de Ambiente sembró árboles en los barrios de Aguas Blancas y envió algunos a las fuentes abastecedoras de agua, que en los próximos días recibirán más especies con el fin de generar más oxígeno en las cuencas.

Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
[email protected]

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17 mayo, 2015

Nuevos aires en Aguas Blancas

Aguas Blancas es un pueblo del norte de Cesar azotado por la violencia que trata de ‘reverdecer’. Sus habitantes superaron las secuelas del conflicto armado y ahora recuperan sus territorios a través de la reforestación.


Después de ser objeto de asesinatos, la plaza 'La Concepción' de Aguas Blancas recibió la siembra de 20 árboles para su cobertura vegetal. EL PILÓN / Jaider Santana.
Después de ser objeto de asesinatos, la plaza 'La Concepción' de Aguas Blancas recibió la siembra de 20 árboles para su cobertura vegetal. EL PILÓN / Jaider Santana.

Las balas que algún día silenciaron más de una vida en el corregimiento de Aguas Blancas dejaron una huella imborrable en sus pobladores, ahora tratan borrarla con la plantación de árboles en honor a los caídos en medio del conflicto armado.

La mañana de ayer, en una actividad de la Secretaría de Ambiente del Cesar, estudiantes de la Institución Educativa Media de Aguas Blancas por medio de un proyecto que busca sembrar 20.000 árboles en las fuentes abastecedoras de agua de 19 municipios del departamento, con el fin de responder a la urgencia de preservar el recurso hídrico.

A las 6:00 de la mañana, los educandos atendieron la cita con José Zapata Miranda, líder de la Asociación de Productores de Aguas Blancas, y así esperaron la llegada del secretario de Ambiente, Andrés Felipe Meza, con el comité de ambientalistas que llevó 400 árboles; 200 de mango y 200 cítricos, para entregarlos a la comunidad y sembrarlos en los sectores más afectados por la sequía.

La primera actividad se realizó en la plaza La Concepción, sitio en el que fueron asesinadas muchas personas por los hombres del frente ‘Mártires del Cesar’. Del 2001 al 2004 fue la época en que más habitantes dejaron esta población por presiones de los paramilitares. El desplazamiento en Aguas Blancas llegó al 80 %, indicó su inspector de Policía Rural, José Manuel Ospino.

Fueron 20 plantas de mango sembradas en ‘La Concepción’, equipada en primer lugar por árboles de uvito brasilero, algarrobillo y corazón fino, que perdieron su vitalidad y a la postre están viejos y desgastados.

Y aunque a la localidad de unos 8.000 ciudadanos la conocen como “El pueblo de los santos”, porque tiene cuatro barrios y todos llevan nombres religiosos: San Rafael, San Martín, El Carmen, y La Concepción, ninguno pudo hacer el milagro de frenar la escalada terrorista de los grupos armados ilegales.

Este corregimiento de vocación agropecuaria, lleva la bandera de ser la población rural más grande de Valledupar y busca quedarse con el título del ‘corregimiento más verde’, luego de comenzar el proceso de adoptar plantas para casas, plazas principales y orillas de los ríos Pesquería y Aguas Blancas.

“Lastimosamente el corregimiento de Aguas Blancas ha sufrido el flagelo de la violencia como casi todo el país, pero la gente aquí es muy positiva, ya hay un deseo grande de salir adelante”, declaró José Zapata Miranda, quien vive hace 39 años en el lugar y además asegura que lo más crítico por la violencia insurgente fue entre el año 2000 y 2006.

Agregó que “hubo un desplazamiento casi que total del pueblo. Fue algo muy duro porque muchas familias perdieron sus seres queridos, algunos han superado, otros no”.
Se habla que seis millones de víctimas deja el conflicto en Colombia, de esas según la Unidad de Atención y Reparación Integral a Víctimas hay 326.359 víctimas en el Cesar de distintos hechos como desplazamiento, homicidio, pérdida de bienes, desaparición, secuestro, entre otros.

Aguas Blancas está más que lacerado por la violencia, “en horas del día y la noche este era un pueblo fantasma, casi que la gente no salía de sus casas. En ese entonces vivían unas cuatro mil o cinco mil personas, pero hubo un desplazamiento de casi el 70 % de las familias, ya te puedes imaginar cómo quedó esto”, rememora Zapata Mirada.

Aseguró que “antes no teníamos la capacidad ni el liderazgo, hace un año iniciamos un proceso de organización de la comunidad, aquí se organizó la Junta Administradora de Aseo y Alcantarillado registrada ante la Cámara de Comercio y todas las comisiones de regulación, eso va a permitir jalonar recursos, así mismo organizamos la Asociación de Productores, a través de esta figura obtuvimos unos cuatro proyectos, y hoy (ayer) estamos con la Secretaría de Ambiente para hacer la primera fase de forestación con frutales, se van a sembrar árboles de mango y cítricos, para mejorar la condiciones ambientales del corregimiento”.
“Si analizan la inversión del municipio no se ha hecho un solo proyecto en esta administración para mejorar las condiciones, gracias a Dios con la gobernación hemos venido avanzando en varios frentes y eso no llena de aliento”, sostuvo Magalis Gutiérrez, habitante de ese pueblo.

Después de casi nueve años Aguas Blancas pasó de vivir en la zozobra y la miseria, a ser un pueblo envuelto en la alegría de sus habitantes, que día a día se levantan con la esperanza de olvidar lo que un día empañó sus sueños, la violencia.

Árboles, respiro al ecosistema
Los afluentes que bañan a Aguas Blancas son Pesquería y Aguas Blancas están con bajo caudal y casi al punto de secarse por la falta de lluvias en la zona.

Elisama García Mendoza, estudiante de décimo grado de la Institución Educativa Media de Aguas Blancas, fue la primera en sembrar un árbol de mango en la plaza La Concepción.

“Lo hago porque es primordial darle ayuda a nuestro ambiente y que mas que con plantar árboles en un espacio libre y amplio como este”, dijo la alumna de 16 años.
Bajo el lema “Aguas Blancas tierra de paz, tierra verde”, los pobladores del corregimiento iniciaron la actividad a partir de las 8:30 de la mañana. Esta acción va unida al proyecto que inició en el municipio de El Copey y posteriormente se desarrollará en las fuentes abastecedoras de agua en Valledupar, San Alberto, Aguachica, Becerril, Codazzi, La Paz, González, San Diego, Curumaní, Pailitas, Pelaya, San Martín y Pueblo Bello.

“Con cada árbol que se siembra gana el ecosistema, se fija mejor CO2 y produce oxígeno al ambiente. Ahora el trabajo es de los pobladores de esta población, quienes deben cuidar los árboles, estar en permanentes acciones de riego y una que otra ocasión aplicar abono natural. Es una gran labor que los estudiantes se vinculen, porque son ellos los que adoptan un árbol y así pueden ayudarlo a crecer sano y salvo”, explicó el ingeniero forestal, Héctor Segura.

En esta ocasión el secretario de Ambiente, Andrés Felipe Meza, se encargó de limpiar, hacer el hueco y abonar el terreno para que los estudiantes sembraron las especies de mangos alrededor de la plaza.
“Continuamos con la meta de sembrar 20.000 árboles en el departamento, por supuesto Aguas Blancas está en un proceso de renacer, teniendo en cuenta los problemas que tuvieron por el conflicto armado”, dijo Meza.

El funcionario explicó que Aguas Blancas “carece de mucha cobertura vegetal, que favorece a la captura del CO2 y a la generación de oxígeno, eso hace falta para el buen funcionamiento como tal en el corregimiento. Ese ejercicio de árboles de mango como cítricos se quiere hacer por todas las casas, se adquirió un compromiso de quienes recibieron los árboles de cuidar y mantener vigilancia mensualmente a estas especies”.

Así como en la plaza ‘La Concepción’, la Secretaría de Ambiente sembró árboles en los barrios de Aguas Blancas y envió algunos a las fuentes abastecedoras de agua, que en los próximos días recibirán más especies con el fin de generar más oxígeno en las cuencas.

Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
[email protected]