Desde hace mucho tiempo, Germán Vargas Lleras anda en campaña política para llegar a la presidencia del país, en lo mismo anda el Procurador General de la República, Alejandro Ordóñez Maldonado. También el Ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, por sus actuaciones y frecuentes declaraciones en los diferentes medios, pareciera que anduviera detrás del primer cargo de Colombia.

En caso tal que el Ministro de marras tenga aspiración presidencial, es de presumir que sería para la década del 2020 porque para el próximo cuatrienio la tendría muy difícil (para no decir imposible), aunque es uno de los posibles candidatos que el Centro Democrático pondría a disputar el remplazo de Juan Manuel santos Calderón.
Germán Vargas Lleras, que pretende remplazar al presidente Santos, en el Congreso tiene bastantes opositores, los cuales no le han dado paso al artículo que en el proyecto de acto legislativo de equilibrio de poderes le facilitaría su aspiración de ocupar la Casa de Nariño. Si sus antagonistas del órgano legislativo siguen siendo mayoría, le tocará renunciar a la vicepresidencia un año antes, aún dispone más de dos años para iniciar y culminar obras, con las cuales conquistaría votos, ya que su osco temperamento en nada le ayuda.

A Alejandro Ordóñez Maldonado, por su edad de 60 años, al terminarse el segundo mandato de Juan Manuel santos, prácticamente le queda el único chance de vivir en el palacio presidencial, que le hubiera sido accesible si Colombia estuviera gobernada por el régimen de la Constitución de 1886, pero la constituyente de 1991 convirtió a nuestro país totalmente pluralista, condición desfavorable a este personaje, que como jefe del Ministerio Público ha descubierto su idealismo discriminatorio, contra el cual luchó el alcalde Gustavo Petro, cuando lo destituyó e inhabilitó para ocupar cargos públicos durante 15 años.

A todas luces, la decisión de Ordoñez contra Petro fue desproporcionada, que el propósito era sacarlo del camino para contener su fulgurante carrera política que ya lo tenía como alcalde de Bogotá, el segundo puesto más importante de Colombia, de lo contrario pronto sería el gobernante del país.
Sin embargo, este Procurador, enemigo de la democracia, del pluralismo político, de la diversidad de opiniones, sigue en campaña política sin que ninguna otra autoridad lo detenga, afortunadamente, si llega a ser candidato presidencial el pueblo no lo respaldará porque sería un retroceso del bienestar social.