Las voces autorizadas para hablar sobre vallenato han enviado una alerta sobre la decadencia del folclor en manos de los nuevos exponentes. Esas voces, son de los músicos tradicionales, que hoy hacen un llamado para que se rescaten las raíces. El Festival Vallenato 48 ha abierto el debate nuevamente porque la dinastía a la que […]
Las voces autorizadas para hablar sobre vallenato han enviado una alerta sobre la decadencia del folclor en manos de los nuevos exponentes. Esas voces, son de los músicos tradicionales, que hoy hacen un llamado para que se rescaten las raíces.
El Festival Vallenato 48 ha abierto el debate nuevamente porque la dinastía a la que se le rinde homenaje es una muestra fehaciente del vallenato clásico. Los López son una muestra fiel del verdadero folclor y pueden ser el espejo de los músicos de hoy.
Que importante sería que los jóvenes acordeoneros rescaten la esencia del verdadero juglar, el que toca, compone y canta. Este Festival es un buen inicio. Que el vallenato vuelva por sus fueros.
“Hoy en día todos sacan los mismos pasecitos, parecen policías de tránsito con pitos y pitos; ahora se pueden contar con los dedos de las manos los buenos acordeoneros”. Esta sabia frase de Pablo López es un buen punto para reflexionar.
En los concursos, que se iniciaron desde el martes anterior, se ha visto creatividad entre los acordeoneros en las diferentes categorías. Los jurados han podido ver buenos concursantes, pero también han expresado su preocupación por que no se conservan las rutinas de los grandes acordeoneros.
Es bueno innovar, aunque no todo lo que se toca con acordeón es vallenato. No se puede entender como música vallenata todas las fusiones que hoy se dan, porque son esporádicas. Finalmente, las personas que vienen a Valledupar al Festival quieren escuchar los clásicos del vallenato, entendiendo que hay clásicos vallenatos y clásicos del Festival que solo se escuchan durante Festival, porque el resto del año ni las emisoras los hacen sonar.
Por los lados de la piqueria también hay preocupación. Hay caras nuevas, pero muchos concursantes no improvisan, sino que se aprenden de memoria tres o cuatro versos, que algunas veces acomodan de acuerdo con el rival de turno y con ellos pretenden impresionar al jurado.
Ayer el jurado de esta categoría pidió a los concursantes que improvisaran con diez versos libres para comprobar el nivel de improvisación y creación de mensajes repentinos y llenos de picardía. Muchos pasaron la prueba, pero un alto porcentaje se quedó en el intento, porque al parecer se aprendieron los versos. Por los lados de la canción inédita, la musa está escasa.
Los retos del Folclor Vallenato son muchos. Los exponentes, todos los que aman este folclor, y que se hacen llamar músicos vallenatos, deben asumirlos. Hay que aprender de los buenos. La dinastía López es un camino a seguir.
Las voces autorizadas para hablar sobre vallenato han enviado una alerta sobre la decadencia del folclor en manos de los nuevos exponentes. Esas voces, son de los músicos tradicionales, que hoy hacen un llamado para que se rescaten las raíces. El Festival Vallenato 48 ha abierto el debate nuevamente porque la dinastía a la que […]
Las voces autorizadas para hablar sobre vallenato han enviado una alerta sobre la decadencia del folclor en manos de los nuevos exponentes. Esas voces, son de los músicos tradicionales, que hoy hacen un llamado para que se rescaten las raíces.
El Festival Vallenato 48 ha abierto el debate nuevamente porque la dinastía a la que se le rinde homenaje es una muestra fehaciente del vallenato clásico. Los López son una muestra fiel del verdadero folclor y pueden ser el espejo de los músicos de hoy.
Que importante sería que los jóvenes acordeoneros rescaten la esencia del verdadero juglar, el que toca, compone y canta. Este Festival es un buen inicio. Que el vallenato vuelva por sus fueros.
“Hoy en día todos sacan los mismos pasecitos, parecen policías de tránsito con pitos y pitos; ahora se pueden contar con los dedos de las manos los buenos acordeoneros”. Esta sabia frase de Pablo López es un buen punto para reflexionar.
En los concursos, que se iniciaron desde el martes anterior, se ha visto creatividad entre los acordeoneros en las diferentes categorías. Los jurados han podido ver buenos concursantes, pero también han expresado su preocupación por que no se conservan las rutinas de los grandes acordeoneros.
Es bueno innovar, aunque no todo lo que se toca con acordeón es vallenato. No se puede entender como música vallenata todas las fusiones que hoy se dan, porque son esporádicas. Finalmente, las personas que vienen a Valledupar al Festival quieren escuchar los clásicos del vallenato, entendiendo que hay clásicos vallenatos y clásicos del Festival que solo se escuchan durante Festival, porque el resto del año ni las emisoras los hacen sonar.
Por los lados de la piqueria también hay preocupación. Hay caras nuevas, pero muchos concursantes no improvisan, sino que se aprenden de memoria tres o cuatro versos, que algunas veces acomodan de acuerdo con el rival de turno y con ellos pretenden impresionar al jurado.
Ayer el jurado de esta categoría pidió a los concursantes que improvisaran con diez versos libres para comprobar el nivel de improvisación y creación de mensajes repentinos y llenos de picardía. Muchos pasaron la prueba, pero un alto porcentaje se quedó en el intento, porque al parecer se aprendieron los versos. Por los lados de la canción inédita, la musa está escasa.
Los retos del Folclor Vallenato son muchos. Los exponentes, todos los que aman este folclor, y que se hacen llamar músicos vallenatos, deben asumirlos. Hay que aprender de los buenos. La dinastía López es un camino a seguir.