El pasado 11 de marzo los concejales recibieron el proyecto del segundo Plan de Ordenamiento Territorial de Valledupar, última instancia para convertirse en acuerdo municipal y comenzar a regir.

Los miembros del Concejo Municipal se han cuidado de aprobar a pupitrazo limpio este proyecto que está consignado en más de dos mil páginas, por eso buscaron a un experto en planeación para que les explicara en detalle fortalezas y debilidades del POT propuesto. Pero parece que el tema es más complejo de lo que se pensaba, que decidieron convocar a un Cabildo Abierto para que los sectores comunitarios y sociales de la ciudad tuvieran una última oportunidad para discutir y analizar este proyecto que pretende ser la guía de Valledupar en los próximos 15 años en materia de planeación urbanística.

Llama la atención que de manera sugestiva el Concejo esté mandando mensajes a través de su cuenta de tuiter a manera de advertencia. “Nuevo POT de Valledupar propone expansión de 2.100 hectáreas, más las 3.900 existentes. Preocupa el agua”. Ese mensaje es uno de los puntos que se deben discutir y abordar de manera seria y responsable en el Cabildo Abierto que se realizará el jueves 23 de abril y en el seno del Concejo antes de aprobar el proyecto y convertirlo en un acuerdo municipal.

La semana que pasó fue una prueba ácida para el servicio de acueducto en Valledupar. ¿Qué pasará con una ciudad con un suelo urbano de 6.000 hectáreas, podrá responder a sus habitantes con buenos servicios públicos?
Aunque existen otros temas importantes que definir en el POT, el de expansión urbana es muy delicado porque si se comienza a construir sin la adecuada infraestructura de servicios públicos, la ciudad a la vuelta de cinco años colapsará. Ojalá no sean ciertos los rumores que dan por hecho que la expansión urbana propuesta en el POT es para pagar favores políticos. Sería lamentable e irresponsable que el futuro de una ciudad dependa de los intereses particulares y no obedezca al bienestar general de una ciudad que siempre se ha caracterizado por su orden urbanístico.

El alcalde Fredys Socarrás y los concejales vallenatos tienen en sus manos el futuro de la ciudad. De su honestidad y su lealtad con los ciudadanos que representan, depende el desarrollo de Valledupar.