Los restos óseos de Sebastián Enrique Padilla Díaz, natural del municipio de Bosconia, Cesar, fueron entregados por el grupo de exhumaciones de la Dirección de Fiscalía Nacional Especializada de Justicia Transicional, despacho 80 delegado ante los Jueces Penales Especializados del Circuito. En el mismo doloroso acto, fueron entregados los restos de diez personas más, procedentes […]
Los restos óseos de Sebastián Enrique Padilla Díaz, natural del municipio de Bosconia, Cesar, fueron entregados por el grupo de exhumaciones de la Dirección de Fiscalía Nacional Especializada de Justicia Transicional, despacho 80 delegado ante los Jueces Penales Especializados del Circuito. En el mismo doloroso acto, fueron entregados los restos de diez personas más, procedentes de Bolívar y Sucre.
Desde el 18 de marzo, las familias de las víctimas, se encontraban en Cartagena con el acompañamiento de la Fiscalía General de la Nación, la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas y el Instituto Nacional de Medicina Legal; quienes estuvieron bajo un proceso jurídico, psicosocial y psicológico por parte de un equipo interinstitucional que los acompañó hasta el momento en que se desplazaron a sus lugares de origen para inhumar los cuerpos de sus parientes.
La desaparición forzada y el homicidio de Sebastián Enrique, es atribuida al bloque Montes de María Golfo de Morrosquillo, de las autodefensas, en hechos ocurridos el 16 de septiembre de 2005 en la Finca El Palmar, en zona rural del municipio de San Onofre, Sucre.
Según el relato de los servidores del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía, quienes realizaron la exhumación del cuerpo, “por motivo de la violencia que existía en el departamento del Cesar, para el año 2005, Sebastián se encontraba residenciado en el municipio de Sabaneta, Córdoba; el día de los hechos en horas de la noche; se presentó en el lugar donde vivía, un grupo de hombres vestidos de civil, pero armados, manifestando que necesitaban arreglar un asunto con él. En ese mismo momento se lo llevaron sin que los familiares tuvieran noticias del destino de Sebastián.
Las diligencias de exhumación fueron apoyadas por funcionarios de Policía Judicial adscritos al CTI en Barranquilla, Nivel Central, Santa Marta, Cartagena, Riohacha y la Dijín de la Policía Nacional; así mismo se realizó la necropsia, estudios forenses, antropológicos y odontológicos.
El laboratorio de genética del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses Regional Oriente y la Dijín, adelantaron la tipificación molecular y posterior cotejo de perfiles genéticos para lograr la plena identificación.
Junto al cesarense Sebastián Padilla, fueron entregados los restos de Élfido Contreras Pérez, Albeiro Porto Polanco, Baldomero Luis Vergara Villalba, Rosa Rebeca Villalba Bossio, Moisés Castellar Manjarrés de Bolívar; y Félix Antonio Rico Martínez, Miguel Ángel Martínez Yépez, Libardo de Jesús Gómez Guzmán, Luis Alberto Romero Arias, Pedro Manuel Sotelo Suárez de Sucre.
Redacción Judicial / EL PILÓN
Los restos óseos de Sebastián Enrique Padilla Díaz, natural del municipio de Bosconia, Cesar, fueron entregados por el grupo de exhumaciones de la Dirección de Fiscalía Nacional Especializada de Justicia Transicional, despacho 80 delegado ante los Jueces Penales Especializados del Circuito. En el mismo doloroso acto, fueron entregados los restos de diez personas más, procedentes […]
Los restos óseos de Sebastián Enrique Padilla Díaz, natural del municipio de Bosconia, Cesar, fueron entregados por el grupo de exhumaciones de la Dirección de Fiscalía Nacional Especializada de Justicia Transicional, despacho 80 delegado ante los Jueces Penales Especializados del Circuito. En el mismo doloroso acto, fueron entregados los restos de diez personas más, procedentes de Bolívar y Sucre.
Desde el 18 de marzo, las familias de las víctimas, se encontraban en Cartagena con el acompañamiento de la Fiscalía General de la Nación, la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas y el Instituto Nacional de Medicina Legal; quienes estuvieron bajo un proceso jurídico, psicosocial y psicológico por parte de un equipo interinstitucional que los acompañó hasta el momento en que se desplazaron a sus lugares de origen para inhumar los cuerpos de sus parientes.
La desaparición forzada y el homicidio de Sebastián Enrique, es atribuida al bloque Montes de María Golfo de Morrosquillo, de las autodefensas, en hechos ocurridos el 16 de septiembre de 2005 en la Finca El Palmar, en zona rural del municipio de San Onofre, Sucre.
Según el relato de los servidores del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía, quienes realizaron la exhumación del cuerpo, “por motivo de la violencia que existía en el departamento del Cesar, para el año 2005, Sebastián se encontraba residenciado en el municipio de Sabaneta, Córdoba; el día de los hechos en horas de la noche; se presentó en el lugar donde vivía, un grupo de hombres vestidos de civil, pero armados, manifestando que necesitaban arreglar un asunto con él. En ese mismo momento se lo llevaron sin que los familiares tuvieran noticias del destino de Sebastián.
Las diligencias de exhumación fueron apoyadas por funcionarios de Policía Judicial adscritos al CTI en Barranquilla, Nivel Central, Santa Marta, Cartagena, Riohacha y la Dijín de la Policía Nacional; así mismo se realizó la necropsia, estudios forenses, antropológicos y odontológicos.
El laboratorio de genética del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses Regional Oriente y la Dijín, adelantaron la tipificación molecular y posterior cotejo de perfiles genéticos para lograr la plena identificación.
Junto al cesarense Sebastián Padilla, fueron entregados los restos de Élfido Contreras Pérez, Albeiro Porto Polanco, Baldomero Luis Vergara Villalba, Rosa Rebeca Villalba Bossio, Moisés Castellar Manjarrés de Bolívar; y Félix Antonio Rico Martínez, Miguel Ángel Martínez Yépez, Libardo de Jesús Gómez Guzmán, Luis Alberto Romero Arias, Pedro Manuel Sotelo Suárez de Sucre.
Redacción Judicial / EL PILÓN