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Columnista - 20 marzo, 2015

La minería, la salvación de La Guajira

¡Acho!, como exclaman los europeos (léase urumiteros) cuando se sorprenden con algo. Esa es mucha cáscara la mía que a estas horas de la vida no conociera la famosa Mina del Cerrejón, emporio de riqueza y núcleo definitivo del desarrollo guajiro, pero como ahora me quieren meter a periodista, una profesión tan compleja, por el […]

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¡Acho!, como exclaman los europeos (léase urumiteros) cuando se sorprenden con algo. Esa es mucha cáscara la mía que a estas horas de la vida no conociera la famosa Mina del Cerrejón, emporio de riqueza y núcleo definitivo del desarrollo guajiro, pero como ahora me quieren meter a periodista, una profesión tan compleja, por el sólo hecho de escribir una columna en EL PILÓN, fui invitado por sus directivas en días pasados y gustoso asistí en compañía de quince o más, eso sí periodistas a ver a que se debía la gentil e importante invitación.

Querían explicarnos por intermedio de personas profesionales y altamente calificadas con argumentos válidos y convincentes, sobre el propósito de la empresa de construir en línea recta, evitando las curvas, un tramo de 700 metros del arroyo o caño Bruno (¿de donde vendría ese Bruno?) dentro de unos terrenos de su propiedad, en donde no hay asentamiento humano por ninguna parte; la verdad es que fueron claros y precisos en su explicación, confirmadas cuando nos llevaron al terreno donde se van a desarrollar los trabajos y pudimos constatar que el arroyo o caño Bruno es un cauce profundo paralelo al río Ranchería de 24 kilómetros de longitud, que tiene agua en invierno en su mayoría del mismo río cuando se desborda y recoge la de otros arroyos pequeños, pero en verano se tuesta por espacio de casi ocho meses y en los 700 metros que se proponen hacerlo en línea recta, nos informaron que existen tres millones de toneladas de carbón a corto plazo y 13 millones a largo plazo y que con su explotación se generarían 600 buenos empleos a corto plazo y el doble a mediano plazo y si no se ejecuta, se dejarán de recibir un total de 3.5 billones de pesos y finalmente en compras y contratos se dejarían de realizar la bicoca de 600 mil millones. Cantidades nada despreciables que en una u otra forma generan desarrollo para el departamento de La Guajira.

Yo creo que para opinar con certeza y propiedad sobre el tema del arroyo Bruno, hay que ir al terreno y ver lo que se proponen hacer como lo hice yo en compañía de un selecto grupo de periodistas que salimos convencidos de lo que el Cerrejón va a hacer en ese caño con todos los requisitos legales, estudios ambientales, geológicos, sísmicos y cuanto perendengue le hayan exigido, le conviene a La Guajira.

Qué hubiera sido de la suerte de los guajiros si no existiesen las minas carboníferas ¿sería que el whisky, los cigarrillos y alimentos de contrabando los hubiera puesto a vivir con las comodidades que tienen hoy en el norte y el algodón desaparecido, el arroz en vía de extinción y la ganadería golpeada en el sur y centro, harían lo mismo?

Lo dudo, y afirmo con certeza que la minería ha sido la salvación con sus prerrogativas, buenos sueldos y estabilidad laboral que ha permitido que todos los pueblos desde la bella Jagua del Pilar hasta el lejano y también lindo Nazaret se encuentren en óptimas condiciones y si a algunos les hace falta algo, no es por culpa de ellos, sino de administradores inescrupulosos, que aumentaron sus bolsillos en deterioro de las arcas municipales.

******************************
Señor Secretario de Obras Públicas, a usted no le molesta que yo moleste sobre los huequitos de la novena y los de la calle 10 y 11 entre carreras novena y sexta. No sea enchollao y colabore para que la buena imagen de su Alcalde crezca.
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Columnista
20 marzo, 2015

La minería, la salvación de La Guajira

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

¡Acho!, como exclaman los europeos (léase urumiteros) cuando se sorprenden con algo. Esa es mucha cáscara la mía que a estas horas de la vida no conociera la famosa Mina del Cerrejón, emporio de riqueza y núcleo definitivo del desarrollo guajiro, pero como ahora me quieren meter a periodista, una profesión tan compleja, por el […]


¡Acho!, como exclaman los europeos (léase urumiteros) cuando se sorprenden con algo. Esa es mucha cáscara la mía que a estas horas de la vida no conociera la famosa Mina del Cerrejón, emporio de riqueza y núcleo definitivo del desarrollo guajiro, pero como ahora me quieren meter a periodista, una profesión tan compleja, por el sólo hecho de escribir una columna en EL PILÓN, fui invitado por sus directivas en días pasados y gustoso asistí en compañía de quince o más, eso sí periodistas a ver a que se debía la gentil e importante invitación.

Querían explicarnos por intermedio de personas profesionales y altamente calificadas con argumentos válidos y convincentes, sobre el propósito de la empresa de construir en línea recta, evitando las curvas, un tramo de 700 metros del arroyo o caño Bruno (¿de donde vendría ese Bruno?) dentro de unos terrenos de su propiedad, en donde no hay asentamiento humano por ninguna parte; la verdad es que fueron claros y precisos en su explicación, confirmadas cuando nos llevaron al terreno donde se van a desarrollar los trabajos y pudimos constatar que el arroyo o caño Bruno es un cauce profundo paralelo al río Ranchería de 24 kilómetros de longitud, que tiene agua en invierno en su mayoría del mismo río cuando se desborda y recoge la de otros arroyos pequeños, pero en verano se tuesta por espacio de casi ocho meses y en los 700 metros que se proponen hacerlo en línea recta, nos informaron que existen tres millones de toneladas de carbón a corto plazo y 13 millones a largo plazo y que con su explotación se generarían 600 buenos empleos a corto plazo y el doble a mediano plazo y si no se ejecuta, se dejarán de recibir un total de 3.5 billones de pesos y finalmente en compras y contratos se dejarían de realizar la bicoca de 600 mil millones. Cantidades nada despreciables que en una u otra forma generan desarrollo para el departamento de La Guajira.

Yo creo que para opinar con certeza y propiedad sobre el tema del arroyo Bruno, hay que ir al terreno y ver lo que se proponen hacer como lo hice yo en compañía de un selecto grupo de periodistas que salimos convencidos de lo que el Cerrejón va a hacer en ese caño con todos los requisitos legales, estudios ambientales, geológicos, sísmicos y cuanto perendengue le hayan exigido, le conviene a La Guajira.

Qué hubiera sido de la suerte de los guajiros si no existiesen las minas carboníferas ¿sería que el whisky, los cigarrillos y alimentos de contrabando los hubiera puesto a vivir con las comodidades que tienen hoy en el norte y el algodón desaparecido, el arroz en vía de extinción y la ganadería golpeada en el sur y centro, harían lo mismo?

Lo dudo, y afirmo con certeza que la minería ha sido la salvación con sus prerrogativas, buenos sueldos y estabilidad laboral que ha permitido que todos los pueblos desde la bella Jagua del Pilar hasta el lejano y también lindo Nazaret se encuentren en óptimas condiciones y si a algunos les hace falta algo, no es por culpa de ellos, sino de administradores inescrupulosos, que aumentaron sus bolsillos en deterioro de las arcas municipales.

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Señor Secretario de Obras Públicas, a usted no le molesta que yo moleste sobre los huequitos de la novena y los de la calle 10 y 11 entre carreras novena y sexta. No sea enchollao y colabore para que la buena imagen de su Alcalde crezca.
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