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Columnista - 14 marzo, 2015

Por la Paz crece el optimismo

El próximo 17 de marzo se reanuda en La Habana el Proceso de Paz, es muy probable que esta cita cuente con un ambiente favorable, como dicen los especialistas en el futbol, negociadores de cada bando llegaran con aire en la camiseta. Tres aspectos importantes se destacan en la previa del nuevo ciclo: el anuncio […]

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El próximo 17 de marzo se reanuda en La Habana el Proceso de Paz, es muy probable que esta cita cuente con un ambiente favorable, como dicen los especialistas en el futbol, negociadores de cada bando llegaran con aire en la camiseta. Tres aspectos importantes se destacan en la previa del nuevo ciclo: el anuncio histórico del desminado que contará con la veeduría de la organización civil Ayuda Popular Noruega (APN), el impacto de la marcha por la vida y el cese de los bombardeos durante un mes a las FARC ordenado por el presidente Juan Manuel Santos a nuestras gloriosas Fuerzas Militares.

En repetidas ocasiones he manifestado que el fin del conflicto es una etapa de una extenuante maratón, en el mismo sentido comparto y entiendo que el desminado, la marcha y el cese del bombardeo son factores que explican el desescalamiento del conflicto. Contradecir el proceso de paz y desvirtuar sus avances es comprensible en los que todavía no han entendido que nuestro país necesita terminar el conflicto; continuar vociferando que vamos rumbo hacia el Castrochavismo, entrega de curules en el Congreso de la República sin someterse al escrutinio democrático o que el presidente Santos está arrodillado ante las Farc, es simplemente insensato, alimento para los incautos y una clara demostración de desconocimiento de nuestra historia; desinformar en un país polarizado y descalificar a los que creemos en la necesidad de ponerle fin al conflicto solo favorece el apetito de los que usufructúan políticamente con el dolor del pueblo colombiano.

Aunque el proceso se robustece en optimismo, contradictores y áulicos del expresidente Álvaro Uribe solo ven el lado negativo de las decisiones, los colombianos debemos entender que el país no puede seguir sometido a la conveniencia de Santos ni de Uribe, sino en lo que es conveniente para la nación, porque de nada serviría que el Estado y la ilegalidad acuerden caminos pacíficos, si la ciudadanía no se comporta a la altura de las circunstancias.
Nadie dijo que dialogar para acabar el conflicto sería sencillo, por eso son pertinentes las decisiones unilaterales en aras de cuantificar y medir los acuerdos porque coadyuvan en la generación de confianza y sirven para evaluar el avance del proceso.

Es momento de cambiar el enfoque, está triunfando el dialogo, criticar al gobierno tipifica el ejercicio político en nombre del conflicto, es mejor actuar con gallardía, Marta Lucia Ramírez y el expresidente Andrés Pastrana decidieron aceptar la convocatoria de Santos, tendrán la oportunidad de verificar y juzgar con veracidad, asimismo, parafraseando a Antanas Mockus: La certeza de equivocarse intentando la paz en vez de acertar por mantener vigente el conflicto. La puerta sigue abierta.
@LuchoDiaz12

Columnista
14 marzo, 2015

Por la Paz crece el optimismo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

El próximo 17 de marzo se reanuda en La Habana el Proceso de Paz, es muy probable que esta cita cuente con un ambiente favorable, como dicen los especialistas en el futbol, negociadores de cada bando llegaran con aire en la camiseta. Tres aspectos importantes se destacan en la previa del nuevo ciclo: el anuncio […]


El próximo 17 de marzo se reanuda en La Habana el Proceso de Paz, es muy probable que esta cita cuente con un ambiente favorable, como dicen los especialistas en el futbol, negociadores de cada bando llegaran con aire en la camiseta. Tres aspectos importantes se destacan en la previa del nuevo ciclo: el anuncio histórico del desminado que contará con la veeduría de la organización civil Ayuda Popular Noruega (APN), el impacto de la marcha por la vida y el cese de los bombardeos durante un mes a las FARC ordenado por el presidente Juan Manuel Santos a nuestras gloriosas Fuerzas Militares.

En repetidas ocasiones he manifestado que el fin del conflicto es una etapa de una extenuante maratón, en el mismo sentido comparto y entiendo que el desminado, la marcha y el cese del bombardeo son factores que explican el desescalamiento del conflicto. Contradecir el proceso de paz y desvirtuar sus avances es comprensible en los que todavía no han entendido que nuestro país necesita terminar el conflicto; continuar vociferando que vamos rumbo hacia el Castrochavismo, entrega de curules en el Congreso de la República sin someterse al escrutinio democrático o que el presidente Santos está arrodillado ante las Farc, es simplemente insensato, alimento para los incautos y una clara demostración de desconocimiento de nuestra historia; desinformar en un país polarizado y descalificar a los que creemos en la necesidad de ponerle fin al conflicto solo favorece el apetito de los que usufructúan políticamente con el dolor del pueblo colombiano.

Aunque el proceso se robustece en optimismo, contradictores y áulicos del expresidente Álvaro Uribe solo ven el lado negativo de las decisiones, los colombianos debemos entender que el país no puede seguir sometido a la conveniencia de Santos ni de Uribe, sino en lo que es conveniente para la nación, porque de nada serviría que el Estado y la ilegalidad acuerden caminos pacíficos, si la ciudadanía no se comporta a la altura de las circunstancias.
Nadie dijo que dialogar para acabar el conflicto sería sencillo, por eso son pertinentes las decisiones unilaterales en aras de cuantificar y medir los acuerdos porque coadyuvan en la generación de confianza y sirven para evaluar el avance del proceso.

Es momento de cambiar el enfoque, está triunfando el dialogo, criticar al gobierno tipifica el ejercicio político en nombre del conflicto, es mejor actuar con gallardía, Marta Lucia Ramírez y el expresidente Andrés Pastrana decidieron aceptar la convocatoria de Santos, tendrán la oportunidad de verificar y juzgar con veracidad, asimismo, parafraseando a Antanas Mockus: La certeza de equivocarse intentando la paz en vez de acertar por mantener vigente el conflicto. La puerta sigue abierta.
@LuchoDiaz12