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Editorial - 14 febrero, 2015

Animales sin dolientes

Hace más de un año, con el Decreto 0010 de enero de 2014, la Alcaldía de Valledupar anunció que castigaría severamente los actos de maltrato animal y las especies víctimas junto con los que deambulan por la ciudad, serían llevados al coso municipal que pronto adecuarían. Pasaron doce meses y Valledupar sigue sin coso municipal, […]

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Hace más de un año, con el Decreto 0010 de enero de 2014, la Alcaldía de Valledupar anunció que castigaría severamente los actos de maltrato animal y las especies víctimas junto con los que deambulan por la ciudad, serían llevados al coso municipal que pronto adecuarían.

Pasaron doce meses y Valledupar sigue sin coso municipal, sin las sanciones que se les aplicarían a las personas que castigan animales, que son frecuentes en los diferentes sectores de la capital del Cesar.
En enero del año pasado había un problema. No se contaba con el terreno para adecuar las instalaciones donde funcionaría el coso (albergue para animales). Hoy persiste el mismo problema, no han encontrado el lote (o no lo han buscado) y además no hay recursos para invertir en este.

Este Decreto es letra muerta. En Valledupar no cumplen las directrices que establece la Ley 84 de 1989, con la cual se adoptó el Estatuto Nacional de Protección de los Animales y crearon las contravenciones, para que los animales en todo el territorio nacional tengan especial protección contra el sufrimiento y el dolor, causados directa o indirectamente por el hombre.
El proceso de consecución del lote inició desde 2013, pero los terrenos del municipio parece que se los tragó la tierra. Ni siquiera el vivero municipal se ha podido rescatar. La Secretaría de Salud de Valledupar es la encargada de este tema, pero su papel ha sido ineficaz. Primero estuvo Holmer Dita Jiménez y ahora Jhon Gil, y ninguno de los dos le ha puesto interés en sacar adelante este proyecto.

La ciudad necesita un sitio para llevar a los animales callejeros, los que son víctima de maltrato. ¿Cómo queremos ser una ciudad sostenible, si ni siquiera tenemos un coso municipal? Los discursos del alcalde Fredys Socarrás deben ser coherentes con la realidad, mientras habla de expansión urbana como la tabla de salvación para la ciudad, no se cuenta con otros espacios fundamentales para el crecimiento urbanístico.
La Personería Municipal, la Policía de Protección Animal, la Defensoría del Pueblo y la URI quedaron, hace un año, en apoyar las labores de protección, vigilancia y control de las especies maltratados o en peligro. ¿Qué ha pasado?

Editorial
14 febrero, 2015

Animales sin dolientes

Hace más de un año, con el Decreto 0010 de enero de 2014, la Alcaldía de Valledupar anunció que castigaría severamente los actos de maltrato animal y las especies víctimas junto con los que deambulan por la ciudad, serían llevados al coso municipal que pronto adecuarían. Pasaron doce meses y Valledupar sigue sin coso municipal, […]


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Hace más de un año, con el Decreto 0010 de enero de 2014, la Alcaldía de Valledupar anunció que castigaría severamente los actos de maltrato animal y las especies víctimas junto con los que deambulan por la ciudad, serían llevados al coso municipal que pronto adecuarían.

Pasaron doce meses y Valledupar sigue sin coso municipal, sin las sanciones que se les aplicarían a las personas que castigan animales, que son frecuentes en los diferentes sectores de la capital del Cesar.
En enero del año pasado había un problema. No se contaba con el terreno para adecuar las instalaciones donde funcionaría el coso (albergue para animales). Hoy persiste el mismo problema, no han encontrado el lote (o no lo han buscado) y además no hay recursos para invertir en este.

Este Decreto es letra muerta. En Valledupar no cumplen las directrices que establece la Ley 84 de 1989, con la cual se adoptó el Estatuto Nacional de Protección de los Animales y crearon las contravenciones, para que los animales en todo el territorio nacional tengan especial protección contra el sufrimiento y el dolor, causados directa o indirectamente por el hombre.
El proceso de consecución del lote inició desde 2013, pero los terrenos del municipio parece que se los tragó la tierra. Ni siquiera el vivero municipal se ha podido rescatar. La Secretaría de Salud de Valledupar es la encargada de este tema, pero su papel ha sido ineficaz. Primero estuvo Holmer Dita Jiménez y ahora Jhon Gil, y ninguno de los dos le ha puesto interés en sacar adelante este proyecto.

La ciudad necesita un sitio para llevar a los animales callejeros, los que son víctima de maltrato. ¿Cómo queremos ser una ciudad sostenible, si ni siquiera tenemos un coso municipal? Los discursos del alcalde Fredys Socarrás deben ser coherentes con la realidad, mientras habla de expansión urbana como la tabla de salvación para la ciudad, no se cuenta con otros espacios fundamentales para el crecimiento urbanístico.
La Personería Municipal, la Policía de Protección Animal, la Defensoría del Pueblo y la URI quedaron, hace un año, en apoyar las labores de protección, vigilancia y control de las especies maltratados o en peligro. ¿Qué ha pasado?