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Deportes - 2 febrero, 2015

“No tengo padres, pero estoy bien gracias al baloncesto”

Alex David Morales Padilla abrió su corazón y narró la historia sobre cómo el deporte lo ayudó a superar la idea de quedarse solo en este mundo.

Todas las tardes Alex se divierte jugando y aprendiendo el baloncesto.Joaquín Ramírez/ El Pilón
Todas las tardes Alex se divierte jugando y aprendiendo el baloncesto.Joaquín Ramírez/ El Pilón
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Eran las 4:00 de la tarde del viernes. Dos equipos jugaban la tercera fecha de un torneo municipal de baloncesto, los amarillos llevaban la pizarra a su favor en el Parque Didáctico del barrio Candelaria Norte; en ese mismo escenario un grupo de jóvenes, en su mayoría vestidos de color negro está fuera del plan deportivo, llaman la atención de padres de familia y entrenadores por el mal ejemplo que dan a los menores, se nota por las miradas y el susurro entre los asistentes.

En medio de los dos extremos, apareció un joven, llegó con su morral en el que guardaba el uniforme que se pondría más tarde para jugar, la razón de llegar solo a este escenario en donde la mayoría de niños lo hacen acompañados de sus padres, es que él es huérfano, pese a ello en su rostro siempre hay una sonrisa que borra todas las tristezas de su corazón.

Se trata de Alex David Morales Padilla, que a sus 13 años asume con mucha naturalidad haber sido abandonado por su madre cuando apenas tenía 2 años y haber perdido a su padre el año pasado debido a una infección en sus pulmones.

El 5 de febrero de 2014, es una fecha que este deportista nunca olvidará, ese día su papá Alexander Morales soltó su mano en una clínica de Valledupar y cerró sus ojos para siempre. –Él venía sufriendo por una infección en los pulmones que primero inició como una gripa, luego dijeron que era bronquitis y después neumonía, duró un mes en estado de coma y luego falleció- como si fuera ayer, recordó Alex el momento en que cerca de la camilla le preguntó si lo escuchaba y sintió un apretón de manos en señal de respuesta, “le dije: te quiero mucho papi, espero que te mejores para empezar una nueva vida juntos y murió”, afirmó el muchacho con mucha seguridad y tranquilidad.

Pese a que fue dolorosa la despedida, Alex se aferró al estudio y al baloncesto, desde entonces práctica con más tesón. Su entrenadora Biunis Moscote y los compañeros del Club Revelación 2000 se han portado como su familia. Llegó a esa escuela hace cuatro años, gracias a su papá quien antes de irse lo inscribió para que se divirtiera sanamente haciendo deporte, como no le gustaba el fútbol se decidió por la ‘pelota naranja’ que hasta ahora ha cambiado su modo de pensar.

“Nosotros lo conocemos hace cuatro años, desde entonces se esfuerza por ser mejor cada día, lo sentimos nuestro y tiene mucho talento”, afirmó Biunis Moscote, entrenadora del Club Revelación 2000.

Alex se levanta temprano todas las mañanas para ir al colegio Personitas donde cursa octavo grado, su tío Edgar Santos Aguilar (con quien vive) está al pendiente de sus cosas. En las tardes entrena con el club y en los ratos libres dibuja. Trata de mantenerse ocupado, porque cuando no lo está mira la única fotografía que tiene de su mamá y se pone a pensar en ella, sabe que está en Venezuela y tiene otra familia. Después de la muerte de su padre, la mamá se comunicó con él vía telefónica y le insistió en que se fuera con ella, propuesta que rechazó porque no quiere abandonar el país.
Taparse los ojos no es el camino, pero la sicóloga le recomendó hacerlo para no ver lo malo y pensar que todo está bien porque lo que vivió es para ser mejor persona.

“El deporte me ayuda mucho porque se me olvidan los problemas, me alejo del peligro, de caer en vicios o en ser vago, estoy bien”, aseguró.
Uno de sus grandes sueños es llegar a ser jugador profesional de baloncesto, su ídolo es el estadounidense LeBron James, ‘The King’ un medallista olímpico que ha sobresalido en el mundo de la pelota naranja. Al igual que LeBron, Alex es alero. Cuando está frente a un computador lo primero que busca son videos sobre su ídolo para aprender de su técnica y fantasear con llegar a hacerlo igual algún día.

Mientras alimenta la esperanza de debutar profesionalmente en un quinteto reconocido, Alex Morales también piensa en una carrera que estudiar cuando salga del bachillerato. El derecho le llama la atención porque conociendo las leyes tendrá muchas herramientas para ayudar a las demás personas a solucionar los problemas y sobre todo beneficiar a los niños.

Así como este pequeño, muchos jóvenes encuentran en el deporte una nueva esperanza para surgir en sus vidas, es un camino difícil pero cómodamente trae sus frutos. La principal lección que Alex le da a sus compañeros y a las demás personas que conocen su historia es que no hay excusas para caer en el abismo de las drogas y la perdición, por el contrario, hay muchas razones para querer tener una mejor vida y ser ejemplo a la sociedad.

Por Tatiana Orozco Mazzilli
[email protected]

Deportes
2 febrero, 2015

“No tengo padres, pero estoy bien gracias al baloncesto”

Alex David Morales Padilla abrió su corazón y narró la historia sobre cómo el deporte lo ayudó a superar la idea de quedarse solo en este mundo.


Todas las tardes Alex se divierte jugando y aprendiendo el baloncesto.Joaquín Ramírez/ El Pilón
Todas las tardes Alex se divierte jugando y aprendiendo el baloncesto.Joaquín Ramírez/ El Pilón
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Eran las 4:00 de la tarde del viernes. Dos equipos jugaban la tercera fecha de un torneo municipal de baloncesto, los amarillos llevaban la pizarra a su favor en el Parque Didáctico del barrio Candelaria Norte; en ese mismo escenario un grupo de jóvenes, en su mayoría vestidos de color negro está fuera del plan deportivo, llaman la atención de padres de familia y entrenadores por el mal ejemplo que dan a los menores, se nota por las miradas y el susurro entre los asistentes.

En medio de los dos extremos, apareció un joven, llegó con su morral en el que guardaba el uniforme que se pondría más tarde para jugar, la razón de llegar solo a este escenario en donde la mayoría de niños lo hacen acompañados de sus padres, es que él es huérfano, pese a ello en su rostro siempre hay una sonrisa que borra todas las tristezas de su corazón.

Se trata de Alex David Morales Padilla, que a sus 13 años asume con mucha naturalidad haber sido abandonado por su madre cuando apenas tenía 2 años y haber perdido a su padre el año pasado debido a una infección en sus pulmones.

El 5 de febrero de 2014, es una fecha que este deportista nunca olvidará, ese día su papá Alexander Morales soltó su mano en una clínica de Valledupar y cerró sus ojos para siempre. –Él venía sufriendo por una infección en los pulmones que primero inició como una gripa, luego dijeron que era bronquitis y después neumonía, duró un mes en estado de coma y luego falleció- como si fuera ayer, recordó Alex el momento en que cerca de la camilla le preguntó si lo escuchaba y sintió un apretón de manos en señal de respuesta, “le dije: te quiero mucho papi, espero que te mejores para empezar una nueva vida juntos y murió”, afirmó el muchacho con mucha seguridad y tranquilidad.

Pese a que fue dolorosa la despedida, Alex se aferró al estudio y al baloncesto, desde entonces práctica con más tesón. Su entrenadora Biunis Moscote y los compañeros del Club Revelación 2000 se han portado como su familia. Llegó a esa escuela hace cuatro años, gracias a su papá quien antes de irse lo inscribió para que se divirtiera sanamente haciendo deporte, como no le gustaba el fútbol se decidió por la ‘pelota naranja’ que hasta ahora ha cambiado su modo de pensar.

“Nosotros lo conocemos hace cuatro años, desde entonces se esfuerza por ser mejor cada día, lo sentimos nuestro y tiene mucho talento”, afirmó Biunis Moscote, entrenadora del Club Revelación 2000.

Alex se levanta temprano todas las mañanas para ir al colegio Personitas donde cursa octavo grado, su tío Edgar Santos Aguilar (con quien vive) está al pendiente de sus cosas. En las tardes entrena con el club y en los ratos libres dibuja. Trata de mantenerse ocupado, porque cuando no lo está mira la única fotografía que tiene de su mamá y se pone a pensar en ella, sabe que está en Venezuela y tiene otra familia. Después de la muerte de su padre, la mamá se comunicó con él vía telefónica y le insistió en que se fuera con ella, propuesta que rechazó porque no quiere abandonar el país.
Taparse los ojos no es el camino, pero la sicóloga le recomendó hacerlo para no ver lo malo y pensar que todo está bien porque lo que vivió es para ser mejor persona.

“El deporte me ayuda mucho porque se me olvidan los problemas, me alejo del peligro, de caer en vicios o en ser vago, estoy bien”, aseguró.
Uno de sus grandes sueños es llegar a ser jugador profesional de baloncesto, su ídolo es el estadounidense LeBron James, ‘The King’ un medallista olímpico que ha sobresalido en el mundo de la pelota naranja. Al igual que LeBron, Alex es alero. Cuando está frente a un computador lo primero que busca son videos sobre su ídolo para aprender de su técnica y fantasear con llegar a hacerlo igual algún día.

Mientras alimenta la esperanza de debutar profesionalmente en un quinteto reconocido, Alex Morales también piensa en una carrera que estudiar cuando salga del bachillerato. El derecho le llama la atención porque conociendo las leyes tendrá muchas herramientas para ayudar a las demás personas a solucionar los problemas y sobre todo beneficiar a los niños.

Así como este pequeño, muchos jóvenes encuentran en el deporte una nueva esperanza para surgir en sus vidas, es un camino difícil pero cómodamente trae sus frutos. La principal lección que Alex le da a sus compañeros y a las demás personas que conocen su historia es que no hay excusas para caer en el abismo de las drogas y la perdición, por el contrario, hay muchas razones para querer tener una mejor vida y ser ejemplo a la sociedad.

Por Tatiana Orozco Mazzilli
[email protected]