Luis Fernando paga una condena de seis años en la cárcel por porte ilegal de armas, es víctima del conflicto armado y espera salir pronto de la prisión para ayudar a su familia.
Edelmira Arrieta Zúñiga es madre cabeza de hogar y sobreviviente del conflicto armado, tiene dos hijos, Grey Carolina que es una niña con discapacidad cognitiva y Luis Fernando, quien cumple una condena de seis años por porte ilegal de armas.
Luis Fernando tiene 31 años y cuando era joven vio como masacraron a su padre quien era indígena wayú, a raíz de eso se tuvo que desplazar a Valledupar con su madre y su hermana.
“Para protegerme y proteger a mi familia decidí comprar un arma y un día en una requisa que estaban haciendo unos policías me encontraron la pistola y me detuvieron”, aseguró Luis Fernando quien no sabía que en el Código Penal Colombiano está tipificado que la persona que porte un arma sin salvoconducto podría pagar una condena en establecimiento carcelario.
Luis Fernando fue condenado a seis años de prisión en una cárcel de Casanare y por motivos económicos su madre no podía visitarlo, además que ella no tenía con quién dejar a su hija de 19 años que padece una rara enfermedad.
Esta situación hizo que Mara Nieto, quien es la representante de la Fundación Amor empezara a gestionar para traer a una cárcel de Valledupar a Luis Fernando para que terminara de pagar su condena cerca de sus seres queridos.
Según Nieto, quien lidera la Fundación Amor, “se ha logrado algo importante y es el traslado de Luis Fernando de la penitenciaría de Yopal en el Casanare a la Judicial de Valledupar, ha sido luchado porque hemos tocado puertas y no ha sido posible encontrar la colaboración que se necesitaba para hacer el traslado, pero lo logramos”.
“Estuve en el conflicto y cometí el error de comprar esa arma para defenderme, para que no me hicieran daño, estoy pagando mi condena y he tenido un buen comportamiento y estoy saliendo delante de esta situación con la ayuda de mi madre hemos luchado para ver si me dan la libertad condicional o la casa por cárcel, pero ha sido imposible porque no me han asignado un abogado de oficio en la Defensoría del Pueblo”, explicó Luis Fernando.
De los seis años que ha pagado de condena por porte ilegal de armas ya ha pagado tres y aún sigue esperando que la Defensoría del Pueblo le asigne un abogado, de acuerdo a lo que mencionó Nieto, de la Fundación Amor, se ha insistido en más de una ocasión para que se determine quién será el profesional que lleve el caso, pero en la entidad de derechos humanos no se ha pronunciado al respecto.
“En la Defensoría aseguraron que iban a hacerle una visita a Luis Fernando y a su familia y no lo han hecho, ellos siguen esperando esa visita, la Personería no se ha pronunciado tampoco respecto a este tema ni la Unidad de Víctimas, teniendo en cuenta que estamos hablando de una familia que es víctima del conflicto armado colombiano”, explicó Mara Nieto.
Mientras consigue un abogado que se encargue de su situación y que apele ante primera instancia la condena que se dictó en su contra, Luis Fernando sueña con salir de la cárcel, para colaborarle a su madre económicamente. “Quiero ayudarle a ella y a mi hermana que está con su problema de discapacidad, yo soy un apoyo para ellas y quiero colaborarles, quiero salir adelante, quiero estudiar para compensar las cosas que ella ha hecho por mí”, dijo con la voz entrecortada.
Edelmira comentó también que “ninguna entidad del Estado nos ha apoyado, todo lo hizo la Fundación amor, porque tocamos puertas y no nos abrieron ninguna, pero ya él está aquí en Valledupar y va a ser más fácil visitarlo”.
Cabe decir que Luis Fernando, además de la condena que cumple por porte ilegal de armas, no tiene más antecedentes. Él sabe que ha causado mucho dolor a su familia por lo que hizo “por un arma que compré por defenderme, porque estaba desesperado por haber visto como mataron a mi padre en frente mío, pero sé que eso no justifica nada. Hoy en día mi meta es salir de la cárcel y ayudarle a mi familia en lo que más pueda, tengo muchos proyectos en la cabeza como estudiar para darle lo mejor económicamente a mi mamá y mi hermana, es lo único que tengo en este momento”.
Por Freddy Oñate Acevedo / EL PILÓN
Luis Fernando paga una condena de seis años en la cárcel por porte ilegal de armas, es víctima del conflicto armado y espera salir pronto de la prisión para ayudar a su familia.
Edelmira Arrieta Zúñiga es madre cabeza de hogar y sobreviviente del conflicto armado, tiene dos hijos, Grey Carolina que es una niña con discapacidad cognitiva y Luis Fernando, quien cumple una condena de seis años por porte ilegal de armas.
Luis Fernando tiene 31 años y cuando era joven vio como masacraron a su padre quien era indígena wayú, a raíz de eso se tuvo que desplazar a Valledupar con su madre y su hermana.
“Para protegerme y proteger a mi familia decidí comprar un arma y un día en una requisa que estaban haciendo unos policías me encontraron la pistola y me detuvieron”, aseguró Luis Fernando quien no sabía que en el Código Penal Colombiano está tipificado que la persona que porte un arma sin salvoconducto podría pagar una condena en establecimiento carcelario.
Luis Fernando fue condenado a seis años de prisión en una cárcel de Casanare y por motivos económicos su madre no podía visitarlo, además que ella no tenía con quién dejar a su hija de 19 años que padece una rara enfermedad.
Esta situación hizo que Mara Nieto, quien es la representante de la Fundación Amor empezara a gestionar para traer a una cárcel de Valledupar a Luis Fernando para que terminara de pagar su condena cerca de sus seres queridos.
Según Nieto, quien lidera la Fundación Amor, “se ha logrado algo importante y es el traslado de Luis Fernando de la penitenciaría de Yopal en el Casanare a la Judicial de Valledupar, ha sido luchado porque hemos tocado puertas y no ha sido posible encontrar la colaboración que se necesitaba para hacer el traslado, pero lo logramos”.
“Estuve en el conflicto y cometí el error de comprar esa arma para defenderme, para que no me hicieran daño, estoy pagando mi condena y he tenido un buen comportamiento y estoy saliendo delante de esta situación con la ayuda de mi madre hemos luchado para ver si me dan la libertad condicional o la casa por cárcel, pero ha sido imposible porque no me han asignado un abogado de oficio en la Defensoría del Pueblo”, explicó Luis Fernando.
De los seis años que ha pagado de condena por porte ilegal de armas ya ha pagado tres y aún sigue esperando que la Defensoría del Pueblo le asigne un abogado, de acuerdo a lo que mencionó Nieto, de la Fundación Amor, se ha insistido en más de una ocasión para que se determine quién será el profesional que lleve el caso, pero en la entidad de derechos humanos no se ha pronunciado al respecto.
“En la Defensoría aseguraron que iban a hacerle una visita a Luis Fernando y a su familia y no lo han hecho, ellos siguen esperando esa visita, la Personería no se ha pronunciado tampoco respecto a este tema ni la Unidad de Víctimas, teniendo en cuenta que estamos hablando de una familia que es víctima del conflicto armado colombiano”, explicó Mara Nieto.
Mientras consigue un abogado que se encargue de su situación y que apele ante primera instancia la condena que se dictó en su contra, Luis Fernando sueña con salir de la cárcel, para colaborarle a su madre económicamente. “Quiero ayudarle a ella y a mi hermana que está con su problema de discapacidad, yo soy un apoyo para ellas y quiero colaborarles, quiero salir adelante, quiero estudiar para compensar las cosas que ella ha hecho por mí”, dijo con la voz entrecortada.
Edelmira comentó también que “ninguna entidad del Estado nos ha apoyado, todo lo hizo la Fundación amor, porque tocamos puertas y no nos abrieron ninguna, pero ya él está aquí en Valledupar y va a ser más fácil visitarlo”.
Cabe decir que Luis Fernando, además de la condena que cumple por porte ilegal de armas, no tiene más antecedentes. Él sabe que ha causado mucho dolor a su familia por lo que hizo “por un arma que compré por defenderme, porque estaba desesperado por haber visto como mataron a mi padre en frente mío, pero sé que eso no justifica nada. Hoy en día mi meta es salir de la cárcel y ayudarle a mi familia en lo que más pueda, tengo muchos proyectos en la cabeza como estudiar para darle lo mejor económicamente a mi mamá y mi hermana, es lo único que tengo en este momento”.
Por Freddy Oñate Acevedo / EL PILÓN