En nuestro país, cada día es mayor la competencia entre los políticos, que radica en quién de ellos es más mentiroso en engatusar a la gente con falsas promesas, lo peor es que no faltan los incautos que siempre tienen la esperanza de que las cumplan.
Un ejemplo es el enfrentamiento del Fiscal General de la Nación, Luis Eduardo Montealegre Lynett, con la Contralora General de la República, Sandra Morelli Rico, que entre otras cosas, ambos hacen gala a sus apellidos, pues el primero debe estar muy alegre porque Fue elegido Fiscal General de la Nación por la Corte Suprema de Justicia, CSJ (cofradía poco confiable), después de trabajar como abogado asesor en la EPS SaludCoop, gran defraudadora del dinero del sistema de salud, cuyo último pago recibido por tal asesoría fue de 300 millones de pesos, segúnpruebas que aportó, Luis Felipe Vergara, su abogado defensor por su enredo con esta EPS. Y la ahora excontralora Morelli, se fue rica a Italia, donde se encuentra dando declaraciones contra el Fiscal. En esta pelea, lo vergonzante no es quién miente o dice más mentiras, sino que no pasará nada y en el futuro seguiremos viendo episodios similares o más vergonzosos.
En Valledupar, en la sede de la Fundación Universitaria del Área Andina, el expresidente Uribe, expuso el proyecto de su partido Centro Democrático, sobre la reforma del sistema de salud, esta es una mentira tan o más grande que la hamaca del compositor Adolfo Pacheco Anillo, fantasía de la música vallenata. Quién le va a creer que va a cambiar el modelo de salud que impulsó para mayor enriquecimiento de los políticos y empresarios codiciosos, quienes son los que mandan y para engañar a menudo le hacen modificaciones de forma y no de fondo.
Que decir de la reforma a la justicia, rechazada por el Consejo de Estado (otra corte con menos credibilidad que la CSJ) o del proyecto legislativo sobre equilibrios de poderes, si son contubernios entre políticos para seguir mandando según sus caprichos, entre los cuales el favorito es la aplicación de impuestos para tener más que usurpar.
Los debates electorales encabezan la lista de los ejemplos en que los políticos riñen en quién es el más mentiroso, el pasado por la presidencia del país no tiene parangón, por tanto, se lleva el premio de mentiras, porque en este debate mintieron los dirigentes de los partidos políticos, los candidatos, los asesores de campañas y los hacker.