Atletismo, natación, baloncesto, ciclismo, patinaje, fútbol y tenis de campo hicieron parte de la primera jornada de los Juegos Fides del Caribe.
Su rostro refleja alegría cada vez que gana en una gambeta: una zurda prodigiosa brilla en sus remates, una dinamita explota a la hora de sacar un disparo con sello de gol.
Pero con lo que más se divierte Martín Correa Padilla para satisfacer una sensación arraigada a los efectos de una celebración es imitando a su ídolo, su héroe y jugador favorito: Pablo Armero.
El ras tas tas no sólo lo impuso en el mundial el defensa tumaqueño, también Martín, quien hace parte del equipo de fútbol de Bolívar que compite en los Primeros Juegos Fides del Caribe que se realizan en Valledupar.
El barrio ‘Nelson Mandela’ de Cartagena no sólo es sinónimo de violencia, también irradia la alegría de un joven con discapacidad cognitiva que se goza cada gol al compás de un ritmo que contagió a Colombia y que él exterioriza cada vez que infla la red.
Su fisionomía se asemeja a la del mulato lateral izquierdo de la selección Colombia; por eso trata de imitar sus movimientos, también sus celebraciones, con las que contagia a sus demás compañeros de equipo.
Martín Correa encuentra su pasión en el fútbol, el mismo que sigue paso a paso como una manera de envolverse en un mundo real que él sólo comprende.
Sin embargo, en éste encuentra su espacio para vivir más alegre; un abrazo o un aplauso es su principal trofeo, por eso vive en carne propia cada momento en la cancha en busca de una satisfacción y sacar una sonrisa especial.
Reñidas estuvieron las pruebas de ciclismo. Joaquín Ramírez
En las pistas, los atletas mostraron sus habilidades. Joaquín Ramírez
El fútbol arrancó aplausos en La Pedregosa. Joaquín Ramírez
Atletismo, natación, baloncesto, ciclismo, patinaje, fútbol y tenis de campo hicieron parte de la primera jornada de los Juegos Fides del Caribe.
Su rostro refleja alegría cada vez que gana en una gambeta: una zurda prodigiosa brilla en sus remates, una dinamita explota a la hora de sacar un disparo con sello de gol.
Pero con lo que más se divierte Martín Correa Padilla para satisfacer una sensación arraigada a los efectos de una celebración es imitando a su ídolo, su héroe y jugador favorito: Pablo Armero.
El ras tas tas no sólo lo impuso en el mundial el defensa tumaqueño, también Martín, quien hace parte del equipo de fútbol de Bolívar que compite en los Primeros Juegos Fides del Caribe que se realizan en Valledupar.
El barrio ‘Nelson Mandela’ de Cartagena no sólo es sinónimo de violencia, también irradia la alegría de un joven con discapacidad cognitiva que se goza cada gol al compás de un ritmo que contagió a Colombia y que él exterioriza cada vez que infla la red.
Su fisionomía se asemeja a la del mulato lateral izquierdo de la selección Colombia; por eso trata de imitar sus movimientos, también sus celebraciones, con las que contagia a sus demás compañeros de equipo.
Martín Correa encuentra su pasión en el fútbol, el mismo que sigue paso a paso como una manera de envolverse en un mundo real que él sólo comprende.
Sin embargo, en éste encuentra su espacio para vivir más alegre; un abrazo o un aplauso es su principal trofeo, por eso vive en carne propia cada momento en la cancha en busca de una satisfacción y sacar una sonrisa especial.
Reñidas estuvieron las pruebas de ciclismo. Joaquín Ramírez
En las pistas, los atletas mostraron sus habilidades. Joaquín Ramírez
El fútbol arrancó aplausos en La Pedregosa. Joaquín Ramírez