Habitantes del municipio de La Gloria Cesar, se movilizaron con el fin de protestar en contra del alcalde municipal Reinel José Lobo Galvis, quien según los manifestantes pretende ejecutar una obra, que beneficia a la comunidad, pero a la vez va en detrimento de la misma, ya que se debe destruir una edificación considerada patrimonio municipal, construida desde hace muchos años donde se han practicado diferentes disciplinas deportivas en muchas generaciones.

“Nosotros no nos se oponemos a la ejecución de obras de infraestructura en el municipio, si es lo que hemos venido pidiendo a gritos desde hace más de 15 años, pues sus pavimentos urbanos están en un 80 por ciento en mal estado, sus parques carecen de embellecimiento y los servicios públicos son de mala calidad; lo que si pedimos es que estas obras sean concertadas con la comunidad y que provengan de una verdadera planeación”, puntualizó Gabriel Arroyo Meneses, líder comunal del barrio Los Almendros.

Dijo además que el problema actual de los pobladores con la administración del alcalde Reinel Lobo Galvis, es que quieren construir un CDI en las instalaciones de la Escuela la Inmaculada Concepción, primero sin concertación con la comunidad la cual se vio sorprendida con el movimiento por parte del secretario de Planeación municipal, tendiente a demoler la pared de dicha institución educativa, así como su cancha de microfútbol multifuncional.

Según el líder se pretende construir en unos terrenos que no le pertenecen al municipio, sino que son propiedad de los Jesuitas ya que fueron donados por el señor José Lobo a estos religiosos y ellos a su vez dejaron los predios para ser manejados por la curía; la propiedad de estos terrenos está certificada mediante las escrituras 095 del 16 de octubre de 1956 y 013 del 28 de febrero de 1959, pero por arte de magia la administración municipal apareció con una escritura aduciendo su propiedad, la cual tiene como número 008 del seis de febrero de 2014 expedida por la Notaría Única de La Gloria Cesar a cargo de la notaria Bertha Margarita Silva Andrade.

Con el fin de conocer de cerca la problemática y escuchar tanto a la comunidad como al sacerdote y a la administración municipal, el recién posesionado Obispo de la Diócesis de Ocaña, Monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos se desplazó al municipio de La Gloria el 22 de agosto pasado, pero ningún representante de la actual administración se hizo presente, asunto que incomodó más a la comunidad. Al día siguiente hizo presencia el secretario de planeación, la inspectora de Policía y miembros de esa institución, el ingeniero encargado de ejecutar la obra y los obreros después de que se fuera el obispo.

Líderes comunitarios manifestaron que no desean que se destruya un bien para construir otro a sabiendas que la administración municipal posee terrenos en otro lugar de la población para llevar a cabo este proyecto. También solicitaron a las autoridades pertinentes se esclarezca la aparición de la nueva escritura y se explique el por qué se puede hacer un nuevo documento de propiedad cuando no ha habido venta ni expropiación alguna y tradicionalmente se conoce a quién pertenecen estos terrenos.

“Nosotros estamos bastante inquietos con el procedimiento de la administración Lobo Galvis, ya que se puede configurar una falsedad en documento público y fácilmente con este claro irrespeto a la propiedad privada, se corre el riesgo de que hagan escrituras de diferentes propiedades en el municipio para hacer parecer que son propiedad de la administración municipal y por qué no de otros sujetos que hasta no pueden ser oriundos del municipio”, reseñó Lorenzo Mejía Romero, miembro de la comunidad educativa de La Gloria.

El Diario EL PILÓN, en reiteradas ocasiones se comunicó con el mandatario de La Gloria, Reinel Lobo, pero no respondió el teléfono para que explicara la situación que ha levantado la inconformidad de la comunidad.

Lo que si se logró establecer, es que la administración municipal levantó un acta donde certifican la oposición de la comunidad a la ejecución de la obra, pero no consignaron en ella el por qué.

Durante la protesta pacífica se presentó un inconveniente entre dos señoras de avanzada edad quienes fueron objeto de maltratos físicos y verbales, indicando una de ellas que si la administración municipal insiste en construir la obra, la comunidad seguirá oponiéndose.

Por Alvaro Lora García