Agricultores del sur señalaron que solo lograrán recolectar antes del 30 de octubre un 25 por ciento de sus cosechas.
La escasez de alimentos durante la fuerte sequía que aún azota al sur del Cesar, es el problema que agobia a los habitantes de de los municipios donde a la fecha han perdido el 80 por ciento de los cultivos, debido a la intensidad del verano.
Habitantes de San Roque, Pelaya y parte baja de Aguachica, son los más afectados por el Fenómeno del Niño, ya que las altas temperaturas quemaron las semillas de frijol, yuca, plátano, auyama, entre otros cultivos, por lo que solo lograrán recolectar antes del 30 de octubre un 25 por ciento de la cosecha.
Marlene Vila Narváez, agricultora de Curumaní, señaló que la escasez de alimento se debe a las pérdidas causadas por tanta sequía lo que complica la supervivencia con otros métodos porque el campo ahora no es garantía de producción.
“No tenemos estimaciones exactas de las pérdidas, pero lo que sí es cierto es que tenemos serios problemas, debido a que por no tener cosechas no contamos con semilla para la siembra”, resaltó Marlene Vila.
“Por ahora nos conformamos con dos tiempos de comida, aunque mi esposo salió de la vereda para trabajar en una finca, con el fin, comprar lo necesario porque la esperanza que teníamos en el cultivo de maíz, fue desmembrada por el Fenómeno del Niño”, añadió Vila Narváez.
Agricultores del sur señalaron que solo lograrán recolectar antes del 30 de octubre un 25 por ciento de sus cosechas.
La escasez de alimentos durante la fuerte sequía que aún azota al sur del Cesar, es el problema que agobia a los habitantes de de los municipios donde a la fecha han perdido el 80 por ciento de los cultivos, debido a la intensidad del verano.
Habitantes de San Roque, Pelaya y parte baja de Aguachica, son los más afectados por el Fenómeno del Niño, ya que las altas temperaturas quemaron las semillas de frijol, yuca, plátano, auyama, entre otros cultivos, por lo que solo lograrán recolectar antes del 30 de octubre un 25 por ciento de la cosecha.
Marlene Vila Narváez, agricultora de Curumaní, señaló que la escasez de alimento se debe a las pérdidas causadas por tanta sequía lo que complica la supervivencia con otros métodos porque el campo ahora no es garantía de producción.
“No tenemos estimaciones exactas de las pérdidas, pero lo que sí es cierto es que tenemos serios problemas, debido a que por no tener cosechas no contamos con semilla para la siembra”, resaltó Marlene Vila.
“Por ahora nos conformamos con dos tiempos de comida, aunque mi esposo salió de la vereda para trabajar en una finca, con el fin, comprar lo necesario porque la esperanza que teníamos en el cultivo de maíz, fue desmembrada por el Fenómeno del Niño”, añadió Vila Narváez.