Es lo que enfáticamente asegura Poncho Zuleta cuando recuerda que por lo menos treinta años atrás se tropezaba a su compadre Joaco Guillen los fines de semana, llegando de tardecita desde Guacoche con su flamante pinta de encendidos colores, pero siempre con un toque de buen gusto, pues lo cierto es que Joaco es un […]
Es lo que enfáticamente asegura Poncho Zuleta cuando recuerda que por lo menos treinta años atrás se tropezaba a su compadre Joaco Guillen los fines de semana, llegando de tardecita desde Guacoche con su flamante pinta de encendidos colores, pero siempre con un toque de buen gusto, pues lo cierto es que Joaco es un hombre de vestir coqueto y originales atuendos de marcas reconocidas.
Inicialmente vestía de un solo tono (camiseta y pantalón) combinando elegantemente el turquí con cinturón y zapatos rojos o vestido de amarillo, con mocasines y cinturón blanco y cuando se engringolaba de rojo, el remate era negro, destacándose siempre en el ambiente farandulero, su natural escenario.
En la medida que pasaba el tiempo y los franceses comenzaron a introducir en la pintura el concepto del Pop-Art al combinar con desparpajo y altanería los colores naturales en su interpretación de arte contemporáneo, a Guillen se le fue ampliando el espectro multicolor que venía manejando y hoy suelto e’ madrina con su habitual policromía al vestir, ha puesto en jaque a los que van y vienen de “la extranja” pendientes constantemente de los últimos aullidos de la moda.
Con la camiseta morada, pantalón verde, zapatos naranja, cinturón fucsia, cachucha roja y fina bocelería, vemos a Joaco como el más auténtico exponente del Pop-Art textilero, despertando gran admiración entre jóvenes y algunos mayores de avanzada, como yo.
El libro “Diomedes el Ídolo” de Jacobo Solano es una preciosa muestra de la nueva dimensión que toma el colosal Cacique, encarando el futuro con esta nueva expresión artística, propia de la cultura que hoy seduce a la humanidad siempre ávida de la belleza en todo su esplendor.
Poncho Zuleta anda feliz al pensar que en un futuro muy, pero muy lejano, Jacobo con sus colorinches logrará desarrollar una obra similar a la de Diomedes; pero con su natural jocosidad comenta: yo creo que voy a tener que esperar bastante porque por cuestiones de la edad, creo que el segundo en viajar seria Oñate y además de eso yo tengo todavía una larga tarea que aún no he podido terminar.
Vivo rogándole a Dios que me cuide a Emilianito y por nada en el mundo permita que se me adelante, pues si me llega a indisponer allá arriba y eso que ya le pagué, a lo mejor me tocara tumbar el portón pa’ no quedarme por fuera.
Es lo que enfáticamente asegura Poncho Zuleta cuando recuerda que por lo menos treinta años atrás se tropezaba a su compadre Joaco Guillen los fines de semana, llegando de tardecita desde Guacoche con su flamante pinta de encendidos colores, pero siempre con un toque de buen gusto, pues lo cierto es que Joaco es un […]
Es lo que enfáticamente asegura Poncho Zuleta cuando recuerda que por lo menos treinta años atrás se tropezaba a su compadre Joaco Guillen los fines de semana, llegando de tardecita desde Guacoche con su flamante pinta de encendidos colores, pero siempre con un toque de buen gusto, pues lo cierto es que Joaco es un hombre de vestir coqueto y originales atuendos de marcas reconocidas.
Inicialmente vestía de un solo tono (camiseta y pantalón) combinando elegantemente el turquí con cinturón y zapatos rojos o vestido de amarillo, con mocasines y cinturón blanco y cuando se engringolaba de rojo, el remate era negro, destacándose siempre en el ambiente farandulero, su natural escenario.
En la medida que pasaba el tiempo y los franceses comenzaron a introducir en la pintura el concepto del Pop-Art al combinar con desparpajo y altanería los colores naturales en su interpretación de arte contemporáneo, a Guillen se le fue ampliando el espectro multicolor que venía manejando y hoy suelto e’ madrina con su habitual policromía al vestir, ha puesto en jaque a los que van y vienen de “la extranja” pendientes constantemente de los últimos aullidos de la moda.
Con la camiseta morada, pantalón verde, zapatos naranja, cinturón fucsia, cachucha roja y fina bocelería, vemos a Joaco como el más auténtico exponente del Pop-Art textilero, despertando gran admiración entre jóvenes y algunos mayores de avanzada, como yo.
El libro “Diomedes el Ídolo” de Jacobo Solano es una preciosa muestra de la nueva dimensión que toma el colosal Cacique, encarando el futuro con esta nueva expresión artística, propia de la cultura que hoy seduce a la humanidad siempre ávida de la belleza en todo su esplendor.
Poncho Zuleta anda feliz al pensar que en un futuro muy, pero muy lejano, Jacobo con sus colorinches logrará desarrollar una obra similar a la de Diomedes; pero con su natural jocosidad comenta: yo creo que voy a tener que esperar bastante porque por cuestiones de la edad, creo que el segundo en viajar seria Oñate y además de eso yo tengo todavía una larga tarea que aún no he podido terminar.
Vivo rogándole a Dios que me cuide a Emilianito y por nada en el mundo permita que se me adelante, pues si me llega a indisponer allá arriba y eso que ya le pagué, a lo mejor me tocara tumbar el portón pa’ no quedarme por fuera.