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Columnista - 9 junio, 2014

El voto castigo

Como van las encuestas, al presidente Juan Manuel Santos le puede suceder lo mismo que al expresidente Jimmy Carter en 1980, que siendo presidente, no logró obtener un segundo mandato por los malos resultados en su política exterior y la sobrerregulación del gobierno en todos los sectores. Los americanos lo castigaron con el voto y […]

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Como van las encuestas, al presidente Juan Manuel Santos le puede suceder lo mismo que al expresidente Jimmy Carter en 1980, que siendo presidente, no logró obtener un segundo mandato por los malos resultados en su política exterior y la sobrerregulación del gobierno en todos los sectores. Los americanos lo castigaron con el voto y eligieron a Ronald Reagan.

El castigo que le van dar los colombianos al presidente Santos en las urnas el próximo 15 de junio, obedece al incumplimiento de sus promesas de Gobierno, al oportunismo político electorero con quienes hasta hace unos días eran sus peores detractores, a la descarada mermelada repartida a políticos corruptos para la compra de votos y al oculto proceso de negociación de paz en La Habana.

En todas las encuestas hemos visto que más del 70% de los colombianos están en desacuerdo con las políticas llevadas a cabo durante el mandato del presidente Juan Manuel Santos. En sus cuatro años de gobierno se le hundió (a buena hora) la vergonzosa reforma a la Justicia (la que Simoncito Gaviria ni siquiera ojeó), fracasó con la reforma a la Educación, nos hizo conejo con la reforma Agraria y la Ley de tierras está siendo redactada en La Habana. Para rematar, esta semana se le hundió la reforma ordinaria a la Salud en la Cámara de Representantes. Peor no podría estar su credibilidad ante los colombianos.

Ni que hablar del fracaso de sus locomotoras y los programas banderas de su gobierno. De 100 mil viviendas gratis que prometió en el 2013, solo alcanzaron a escriturar 12.197, es decir, tan solo un 7% de lo ofrecido. El programa de restitución de tierras ha sido un fiasco, de 160 mil familias solo les han restituido los predios a unas 900 familias campesinas que fueron expulsadas por la violencia. Las tan anunciadas autopistas de la prosperidad terminaron siendo unos interrumpidos trayectos de doble calzadas, nuestra industria crece a tasas negativas y los TLC lograron que pasáramos a ser el tercer país importador de productos agrícolas en Sur América.

Si revisamos los proyectos de inversión en las regiones del país, la cosa es peor. El la Región Caribe por ejemplo, los guajiros se quedaron esperando el acueducto regional que les llevaría agua a más de 500 mil habitantes. En el Magdalena se quedaron viendo un tierrero con la vía de la prosperidad y en el Sur del Atlántico como en la Mojana, los damnificados de la ola invernal fueron engañados con las ayudas prometidas. Las concesiones para la puesta en marcha de la línea férrea del tren del Carare y la navegabilidad del río Magdalena se quedaron en vanas promesas.

Seguramente el voto castigo contra el presidente Santos se verá reflejado en el incremento del voto en blanco, la abstención y en el aumento de la votación del candidato Óscar Iván Zuluaga. Ya lo había advertido en una de mis columnas, que al presidente Santos le iba a quedar difícil recuperar en seis meses, la confianza de los colombianos.

En el tintero: Advertencia a los mermelados políticos costeños. El artículo 390 del Código Penal, castiga con prisión de hasta 7.5 años de cárcel a quien compre votos. Las cámaras de los celulares ya andan activadas.

 

 

Columnista
9 junio, 2014

El voto castigo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Indalecio Dangond Baquero

Como van las encuestas, al presidente Juan Manuel Santos le puede suceder lo mismo que al expresidente Jimmy Carter en 1980, que siendo presidente, no logró obtener un segundo mandato por los malos resultados en su política exterior y la sobrerregulación del gobierno en todos los sectores. Los americanos lo castigaron con el voto y […]


Como van las encuestas, al presidente Juan Manuel Santos le puede suceder lo mismo que al expresidente Jimmy Carter en 1980, que siendo presidente, no logró obtener un segundo mandato por los malos resultados en su política exterior y la sobrerregulación del gobierno en todos los sectores. Los americanos lo castigaron con el voto y eligieron a Ronald Reagan.

El castigo que le van dar los colombianos al presidente Santos en las urnas el próximo 15 de junio, obedece al incumplimiento de sus promesas de Gobierno, al oportunismo político electorero con quienes hasta hace unos días eran sus peores detractores, a la descarada mermelada repartida a políticos corruptos para la compra de votos y al oculto proceso de negociación de paz en La Habana.

En todas las encuestas hemos visto que más del 70% de los colombianos están en desacuerdo con las políticas llevadas a cabo durante el mandato del presidente Juan Manuel Santos. En sus cuatro años de gobierno se le hundió (a buena hora) la vergonzosa reforma a la Justicia (la que Simoncito Gaviria ni siquiera ojeó), fracasó con la reforma a la Educación, nos hizo conejo con la reforma Agraria y la Ley de tierras está siendo redactada en La Habana. Para rematar, esta semana se le hundió la reforma ordinaria a la Salud en la Cámara de Representantes. Peor no podría estar su credibilidad ante los colombianos.

Ni que hablar del fracaso de sus locomotoras y los programas banderas de su gobierno. De 100 mil viviendas gratis que prometió en el 2013, solo alcanzaron a escriturar 12.197, es decir, tan solo un 7% de lo ofrecido. El programa de restitución de tierras ha sido un fiasco, de 160 mil familias solo les han restituido los predios a unas 900 familias campesinas que fueron expulsadas por la violencia. Las tan anunciadas autopistas de la prosperidad terminaron siendo unos interrumpidos trayectos de doble calzadas, nuestra industria crece a tasas negativas y los TLC lograron que pasáramos a ser el tercer país importador de productos agrícolas en Sur América.

Si revisamos los proyectos de inversión en las regiones del país, la cosa es peor. El la Región Caribe por ejemplo, los guajiros se quedaron esperando el acueducto regional que les llevaría agua a más de 500 mil habitantes. En el Magdalena se quedaron viendo un tierrero con la vía de la prosperidad y en el Sur del Atlántico como en la Mojana, los damnificados de la ola invernal fueron engañados con las ayudas prometidas. Las concesiones para la puesta en marcha de la línea férrea del tren del Carare y la navegabilidad del río Magdalena se quedaron en vanas promesas.

Seguramente el voto castigo contra el presidente Santos se verá reflejado en el incremento del voto en blanco, la abstención y en el aumento de la votación del candidato Óscar Iván Zuluaga. Ya lo había advertido en una de mis columnas, que al presidente Santos le iba a quedar difícil recuperar en seis meses, la confianza de los colombianos.

En el tintero: Advertencia a los mermelados políticos costeños. El artículo 390 del Código Penal, castiga con prisión de hasta 7.5 años de cárcel a quien compre votos. Las cámaras de los celulares ya andan activadas.