Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 2 junio, 2014

Ampliación del período presidencial

El actual periodo presidencial, es otro de los controles constitucionales que delimita a cuatro años, la permanencia de un mandatario, propiciando de esta forma el pluralismo político y la alternancia en el ejercicio del poder. Históricamente el periodo Presidencial en las diferentes Cartas Políticas, ha oscilado entre dos y los seis años, obedeciendo a situaciones […]

Boton Wpp

El actual periodo presidencial, es otro de los controles constitucionales que delimita a cuatro años, la permanencia de un mandatario, propiciando de esta forma el pluralismo político y la alternancia en el ejercicio del poder. Históricamente el periodo Presidencial en las diferentes Cartas Políticas, ha oscilado entre dos y los seis años, obedeciendo a situaciones políticas coyunturales.

Hace 10 años sostuve en este mismo espacio, que entre la reelección y la corrupción solo hay un paso, lo que hoy reafirmo con toda entereza, pues el ejercicio del poder, sumado a desmedidas ambiciones personales y a la ineficacia de los organismos de control, puede generar desbordamientos que rebasen la línea de lo permitido. De otra parte, cualquier candidatura, enfrentada a la del candidato Presidente, rompe con el principio de igualdad, que se hace evidente en el uso de los medios de comunicación, pues cuesta distinguir, entre un acto de Gobierno y un acto proselitista, por parte del candidato presidente.

Tampoco es igual enfrentar a quien funge como Jefe de Estado, con las facultades nominadoras que la Constitución le otorga, entre otras, la de elaborar ternas para la elección del Procurador General de la Nación, Defensor del Pueblo, Fiscal General de la Nación. Considero que tal situación rompe con el sistema de pesos y contrapesos propio de toda democracia.

Ahora bien, nunca he podido entender porque razón se aprobó constitucionalmente, la reelección presidencial, pero no así la de gobernadores y alcaldes.

En este sentido, sí un cuatrienio resulta insuficiente para dar cumplimiento al proyecto político, entonces por qué no ampliarlo a cinco o seis años, sin derecho a la reelección y procurando que los periodos de los altos dignatarios, coincidan con el del Presidente, a fin de evitar indebidas injerencias por parte del Ejecutivo, haciendo inane la posibilidad de efectuar más de unapostulación a organismos pertenecientes a otras ramas, en menoscabo del principio de la separación de poderes.

No sobra recordar la naturaleza espuria de la reelección, surgida del cambio de “un articulito de la Constitución” con la grosera intención de favorecer al mandatario de turno.

Desde luego que esta propuesta, polariza la opinión, pero honestamente creo que sería un freno ala corrupción y evitaría el derroche inoficioso de los recursos del Estadoen la realización de justas electorales cada cuatro años.

Columnista
2 junio, 2014

Ampliación del período presidencial

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dario Arregoces

El actual periodo presidencial, es otro de los controles constitucionales que delimita a cuatro años, la permanencia de un mandatario, propiciando de esta forma el pluralismo político y la alternancia en el ejercicio del poder. Históricamente el periodo Presidencial en las diferentes Cartas Políticas, ha oscilado entre dos y los seis años, obedeciendo a situaciones […]


El actual periodo presidencial, es otro de los controles constitucionales que delimita a cuatro años, la permanencia de un mandatario, propiciando de esta forma el pluralismo político y la alternancia en el ejercicio del poder. Históricamente el periodo Presidencial en las diferentes Cartas Políticas, ha oscilado entre dos y los seis años, obedeciendo a situaciones políticas coyunturales.

Hace 10 años sostuve en este mismo espacio, que entre la reelección y la corrupción solo hay un paso, lo que hoy reafirmo con toda entereza, pues el ejercicio del poder, sumado a desmedidas ambiciones personales y a la ineficacia de los organismos de control, puede generar desbordamientos que rebasen la línea de lo permitido. De otra parte, cualquier candidatura, enfrentada a la del candidato Presidente, rompe con el principio de igualdad, que se hace evidente en el uso de los medios de comunicación, pues cuesta distinguir, entre un acto de Gobierno y un acto proselitista, por parte del candidato presidente.

Tampoco es igual enfrentar a quien funge como Jefe de Estado, con las facultades nominadoras que la Constitución le otorga, entre otras, la de elaborar ternas para la elección del Procurador General de la Nación, Defensor del Pueblo, Fiscal General de la Nación. Considero que tal situación rompe con el sistema de pesos y contrapesos propio de toda democracia.

Ahora bien, nunca he podido entender porque razón se aprobó constitucionalmente, la reelección presidencial, pero no así la de gobernadores y alcaldes.

En este sentido, sí un cuatrienio resulta insuficiente para dar cumplimiento al proyecto político, entonces por qué no ampliarlo a cinco o seis años, sin derecho a la reelección y procurando que los periodos de los altos dignatarios, coincidan con el del Presidente, a fin de evitar indebidas injerencias por parte del Ejecutivo, haciendo inane la posibilidad de efectuar más de unapostulación a organismos pertenecientes a otras ramas, en menoscabo del principio de la separación de poderes.

No sobra recordar la naturaleza espuria de la reelección, surgida del cambio de “un articulito de la Constitución” con la grosera intención de favorecer al mandatario de turno.

Desde luego que esta propuesta, polariza la opinión, pero honestamente creo que sería un freno ala corrupción y evitaría el derroche inoficioso de los recursos del Estadoen la realización de justas electorales cada cuatro años.