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Editorial - 9 mayo, 2014

Tatequieto a despilfarradores de agua

Mientras en Valledupar los usuarios de la empresa Emdupar deben padecer las suspensiones del servicio por las crecientes súbitas del río Guatapurí, comunes en esta época invernal, el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio anuncia medidas severas para enfrentar la temporada de sequía que traerá el Fenómeno del Niño que se estima para el mes […]

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Mientras en Valledupar los usuarios de la empresa Emdupar deben padecer las suspensiones del servicio por las crecientes súbitas del río Guatapurí, comunes en esta época invernal, el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio anuncia medidas severas para enfrentar la temporada de sequía que traerá el Fenómeno del Niño que se estima para el mes de agosto, según lo ha documentado el Ideam.

El tema de ahorro de agua no es nuevo y es el único argumento válido para controlar a los despilfarradores del líquido vital. Solo en Valledupar, con sequía o sin ella, el desperdicio de agua es alarmante, no en vano en el 2010 la Comisión de Regulación de Agua (CRA) calificó a la ciudad como la más derrochadora del país, al dar a conocer indicadores sobre el gasto mensual por habitante que en ese momento era de 24,6 metros cúbicos (24.600 litros), cuando el promedio en clima cálido es de 17,5 metros cúbicos (17.500 litros).

El tatequieto consiste en aplicar la Resolución 493 de 2010 que reglamenta el desincentivo para los usuarios que tengan consumos excesivos y que se hará efectiva en las zonas donde el Ideam determine que existen riesgos de sequía y deterioro de los afluentes por bajas precipitaciones. De pronto no sea el caso de Valledupar, pero la última experiencia con el Guatapurí y todos los datos conocidos y difundidos ampliamente en nuestras páginas apuntan a un panorama nada alentador.

El asunto es que los hogares donde las empresas de servicios públicos registren mayor consumo (es decir, más metros cúbicos mensuales de lo establecido para cada piso térmico), tendrán su castigo, que consistirá en el pago de una tarifa más alta a la acostumbrada.

El Ministerio indicó que “para el caso de Bogotá, ubicada a 2.600 metros sobre el nivel del mar, se considera como consumo excesivo, los que superen los 28 metros cúbicos mensuales, para el caso de ciudades como Santa Marta que se encuentran sobre el nivel del mar, los consumos excesivos se generarían cuando se sobrepasen los 35 metros cúbicos mensuales”. Esta medida aplica para Valledupar y solo Emdupar si así lo determina el Ideam y la CRA, podrá detectar cuáles son los hogares donde más consumen agua.

Solo así se dejará de desperdiciar el agua y podría ser la única solución para no ver más las frecuentes escenas en las puertas de las viviendas donde lavan vehículos, riegan los jardines más de una vez al día y hasta echan agua a la calle para que no levante polvo. Solo la escasez generará una verdadera reflexión y consciencia.

En Valledupar entre la infraestructura que se ha quedado pequeña para la ciudad, las crecientes del Guatapurí, el desperdicio de agua, las conexiones fraudulentas y los carteles del agua que se la llevan a otros municipios, tienen en jaque el servicio de acueducto.

Editorial
9 mayo, 2014

Tatequieto a despilfarradores de agua

Mientras en Valledupar los usuarios de la empresa Emdupar deben padecer las suspensiones del servicio por las crecientes súbitas del río Guatapurí, comunes en esta época invernal, el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio anuncia medidas severas para enfrentar la temporada de sequía que traerá el Fenómeno del Niño que se estima para el mes […]


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Mientras en Valledupar los usuarios de la empresa Emdupar deben padecer las suspensiones del servicio por las crecientes súbitas del río Guatapurí, comunes en esta época invernal, el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio anuncia medidas severas para enfrentar la temporada de sequía que traerá el Fenómeno del Niño que se estima para el mes de agosto, según lo ha documentado el Ideam.

El tema de ahorro de agua no es nuevo y es el único argumento válido para controlar a los despilfarradores del líquido vital. Solo en Valledupar, con sequía o sin ella, el desperdicio de agua es alarmante, no en vano en el 2010 la Comisión de Regulación de Agua (CRA) calificó a la ciudad como la más derrochadora del país, al dar a conocer indicadores sobre el gasto mensual por habitante que en ese momento era de 24,6 metros cúbicos (24.600 litros), cuando el promedio en clima cálido es de 17,5 metros cúbicos (17.500 litros).

El tatequieto consiste en aplicar la Resolución 493 de 2010 que reglamenta el desincentivo para los usuarios que tengan consumos excesivos y que se hará efectiva en las zonas donde el Ideam determine que existen riesgos de sequía y deterioro de los afluentes por bajas precipitaciones. De pronto no sea el caso de Valledupar, pero la última experiencia con el Guatapurí y todos los datos conocidos y difundidos ampliamente en nuestras páginas apuntan a un panorama nada alentador.

El asunto es que los hogares donde las empresas de servicios públicos registren mayor consumo (es decir, más metros cúbicos mensuales de lo establecido para cada piso térmico), tendrán su castigo, que consistirá en el pago de una tarifa más alta a la acostumbrada.

El Ministerio indicó que “para el caso de Bogotá, ubicada a 2.600 metros sobre el nivel del mar, se considera como consumo excesivo, los que superen los 28 metros cúbicos mensuales, para el caso de ciudades como Santa Marta que se encuentran sobre el nivel del mar, los consumos excesivos se generarían cuando se sobrepasen los 35 metros cúbicos mensuales”. Esta medida aplica para Valledupar y solo Emdupar si así lo determina el Ideam y la CRA, podrá detectar cuáles son los hogares donde más consumen agua.

Solo así se dejará de desperdiciar el agua y podría ser la única solución para no ver más las frecuentes escenas en las puertas de las viviendas donde lavan vehículos, riegan los jardines más de una vez al día y hasta echan agua a la calle para que no levante polvo. Solo la escasez generará una verdadera reflexión y consciencia.

En Valledupar entre la infraestructura que se ha quedado pequeña para la ciudad, las crecientes del Guatapurí, el desperdicio de agua, las conexiones fraudulentas y los carteles del agua que se la llevan a otros municipios, tienen en jaque el servicio de acueducto.