Todo sistema tributario debe ser siempre un mecanismo de redistribución de la riqueza, por lo tanto su diseño tiene que basarse en criterios de justicia y equidad social. En Valledupar parece que prevalecen puntos de vista muy diferentes sobre el impuesto predial porque además de los abrumadores fraudes que todos conocen y a los que […]
Todo sistema tributario debe ser siempre un mecanismo de redistribución de la riqueza, por lo tanto su diseño tiene que basarse en criterios de justicia y equidad social.
En Valledupar parece que prevalecen puntos de vista muy diferentes sobre el impuesto predial porque además de los abrumadores fraudes que todos conocen y a los que parece que ninguna autoridad presta atención, se suman las alzas confiscatorias en los avalúos que algunos contribuyentes denunciaron recientemente ante el Concejo municipal.
Todo indica que el mayor recaudo por predial proviene de las viviendas por cuanto muchos predios/edificaciones con otras destinaciones, se “disfrazan” a menudo de uso habitacional y estrato bajo para reducir el monto del impuesto. Es decir, en Valledupar parece que no hay comercio, ni industria y ni siquiera bancos( la tarifa por este uso no la paga nadie). Es inevitable cuestionar los procedimientos del IGAC que necesariamente debe intervenir en las modificaciones de destinación o estrato. Cualquiera se pregunta además qué control ejerce al respecto la Secretaría de Hacienda Municipal.
Lo alarmante ahora, según los reclamos ciudadanos, es la actualización catastral que ha hecho el IGAC con base en un Acuerdo del Concejo de 2012, de donde resultaron unas alzas exageradas del predial y surgieron las justas protestas ciudadanas. Algo anda mal con los impuestos municipales.
Una democracia sin pueblo
Al examinar los resultados electorales recientes, muchos analistas destacan como triunfadores a quienes lograron mayor votación cuando la verdad es que el país entero perdió, porque la legitimidad de la democracia y del sistema electoral como soporte de la misma quedaron seriamente cuestionados. De un total de 32.835.856 de ciudadanos habilitados para votar sólo un 43.58%(14.310.367) se acercó a las urnas a votar, pero no todos lo hicieron para escoger una opción. Las cifras dicen que 3.074.841 personas no respaldaron a ningún candidato porque, o votaron en blanco(746.659) o no marcaron a nadie en el tarjetón (842.615) o voluntaria/involuntariamente(no se sabe) diligenciaron mal el voto(1.485.567) que fue anulado
El nuevo Senado que dice representar a todos, fue elegido por apenas el 34.2%(11.235.526) de las personas aptas para votar. Es decir, el 65.8% de los posibles votantes se negó a escoger. Es un hecho que amerita análisis y discusión. El fracaso electoral no se puede banalizar al calor de los festejos por parte de los que se sienten “ganadores ni destacando solamente la abstención que fue del 57%
La democracia formal está en “peringuetas”, le falta respaldo popular. Habrá que optar por las movilizaciones sociales para fortalecerla.
Todo sistema tributario debe ser siempre un mecanismo de redistribución de la riqueza, por lo tanto su diseño tiene que basarse en criterios de justicia y equidad social. En Valledupar parece que prevalecen puntos de vista muy diferentes sobre el impuesto predial porque además de los abrumadores fraudes que todos conocen y a los que […]
Todo sistema tributario debe ser siempre un mecanismo de redistribución de la riqueza, por lo tanto su diseño tiene que basarse en criterios de justicia y equidad social.
En Valledupar parece que prevalecen puntos de vista muy diferentes sobre el impuesto predial porque además de los abrumadores fraudes que todos conocen y a los que parece que ninguna autoridad presta atención, se suman las alzas confiscatorias en los avalúos que algunos contribuyentes denunciaron recientemente ante el Concejo municipal.
Todo indica que el mayor recaudo por predial proviene de las viviendas por cuanto muchos predios/edificaciones con otras destinaciones, se “disfrazan” a menudo de uso habitacional y estrato bajo para reducir el monto del impuesto. Es decir, en Valledupar parece que no hay comercio, ni industria y ni siquiera bancos( la tarifa por este uso no la paga nadie). Es inevitable cuestionar los procedimientos del IGAC que necesariamente debe intervenir en las modificaciones de destinación o estrato. Cualquiera se pregunta además qué control ejerce al respecto la Secretaría de Hacienda Municipal.
Lo alarmante ahora, según los reclamos ciudadanos, es la actualización catastral que ha hecho el IGAC con base en un Acuerdo del Concejo de 2012, de donde resultaron unas alzas exageradas del predial y surgieron las justas protestas ciudadanas. Algo anda mal con los impuestos municipales.
Una democracia sin pueblo
Al examinar los resultados electorales recientes, muchos analistas destacan como triunfadores a quienes lograron mayor votación cuando la verdad es que el país entero perdió, porque la legitimidad de la democracia y del sistema electoral como soporte de la misma quedaron seriamente cuestionados. De un total de 32.835.856 de ciudadanos habilitados para votar sólo un 43.58%(14.310.367) se acercó a las urnas a votar, pero no todos lo hicieron para escoger una opción. Las cifras dicen que 3.074.841 personas no respaldaron a ningún candidato porque, o votaron en blanco(746.659) o no marcaron a nadie en el tarjetón (842.615) o voluntaria/involuntariamente(no se sabe) diligenciaron mal el voto(1.485.567) que fue anulado
El nuevo Senado que dice representar a todos, fue elegido por apenas el 34.2%(11.235.526) de las personas aptas para votar. Es decir, el 65.8% de los posibles votantes se negó a escoger. Es un hecho que amerita análisis y discusión. El fracaso electoral no se puede banalizar al calor de los festejos por parte de los que se sienten “ganadores ni destacando solamente la abstención que fue del 57%
La democracia formal está en “peringuetas”, le falta respaldo popular. Habrá que optar por las movilizaciones sociales para fortalecerla.