Por Alberto Herazo Termina el año para el departamento del Cesar y especialmente para Valledupar, con positivos registros en varios campos y empieza el 2014 con múltiples esperanzas e incógnitas de diverso índole. Para el nuevo año se espera un buen desempeño y grandes obras marcarán el camino. Por ejemplo, de gobernantes estamos bien y […]
Por Alberto Herazo
Termina el año para el departamento del Cesar y especialmente para Valledupar, con positivos registros en varios campos y empieza el 2014 con múltiples esperanzas e incógnitas de diverso índole. Para el nuevo año se espera un buen desempeño y grandes obras marcarán el camino.
Por ejemplo, de gobernantes estamos bien y esperamos mucho más de la dupla del actual gobernador Luis Alberto Monsalvo y de nuestro Alcalde Fredys Socarrás, quienes son considerados administradores particularmente capaces y de una gestión de alta calidad.
Nuestra mirada puesta en el 2014 es de optimismo. Hacer, entonces, coincidir expectativas y realizaciones, debe ser el gran reto que enfrentarán las autoridades locales. Las expectativas son elevadas, lo cual exige a los actuales mandatarios entender que su principal obligación consiste en comandar administraciones capaces y exigirles más a sus secretarios y mandos medios, muchos de ellos mediocres funcionarios. Casos que me despiertan mayor expectativa, al tiempo que llega el nuevo almanaque es la movilidad, seguridad y espacio público que están en crisis. Y aprovecho solicitarle al Alcalde que les insinué a sus funcionarios que sean humildes a la hora de escuchar los consejos de quienes saben más que ellos del tema urbano, movilidad y seguridad. En esta última área no menos importantes son los esfuerzos de mejorar la seguridad ciudadana, que aparece dentro de las principales preocupaciones de los vallenatos.
Aquí debemos tener en cuenta que la paciencia de los vallenatos es corta y que muchos anhelamos soluciones prontas a necesidades que llevan años sin resolverse y que no son de las actuales administraciones. Quiero anotar el buen remate de este año en la puesta en vigor las nuevas sanciones sobre la nueva Ley del consumo del alcohol y luego conducir borracho que nos evitará miles de dolores de cabeza.
Diosito que los entes de control sigan vigilantes, pues las amenazas y la corrupción siguen patentes.
Pasando a otros terrenos tenemos que manifestar que el año que nace estará asignado por las conversaciones para la búsqueda de la Paz. Ojalá no se caiga en la trampa de la retórica, en la cual es fácil entrar pero muy difícil de salir. En lo que hace a la política hay expectativas en torno a las nuevas elecciones parlamentarias y a propósito me duele el retiro de Juan Manuel Campo y de Franco Ovalle de la contienda política. En fin se nos fue el 2013 trágico para el folclor con la muerte de uno de su grande Diomedes Díaz.
POSDATA: Esta columna fue escrita antes del 31 de diciembre, día que fui sometido a una delicada operación en el Hospital Rosario Pumarejo de López, ente al que le dedicare la próxima columna.
Por Alberto Herazo Termina el año para el departamento del Cesar y especialmente para Valledupar, con positivos registros en varios campos y empieza el 2014 con múltiples esperanzas e incógnitas de diverso índole. Para el nuevo año se espera un buen desempeño y grandes obras marcarán el camino. Por ejemplo, de gobernantes estamos bien y […]
Por Alberto Herazo
Termina el año para el departamento del Cesar y especialmente para Valledupar, con positivos registros en varios campos y empieza el 2014 con múltiples esperanzas e incógnitas de diverso índole. Para el nuevo año se espera un buen desempeño y grandes obras marcarán el camino.
Por ejemplo, de gobernantes estamos bien y esperamos mucho más de la dupla del actual gobernador Luis Alberto Monsalvo y de nuestro Alcalde Fredys Socarrás, quienes son considerados administradores particularmente capaces y de una gestión de alta calidad.
Nuestra mirada puesta en el 2014 es de optimismo. Hacer, entonces, coincidir expectativas y realizaciones, debe ser el gran reto que enfrentarán las autoridades locales. Las expectativas son elevadas, lo cual exige a los actuales mandatarios entender que su principal obligación consiste en comandar administraciones capaces y exigirles más a sus secretarios y mandos medios, muchos de ellos mediocres funcionarios. Casos que me despiertan mayor expectativa, al tiempo que llega el nuevo almanaque es la movilidad, seguridad y espacio público que están en crisis. Y aprovecho solicitarle al Alcalde que les insinué a sus funcionarios que sean humildes a la hora de escuchar los consejos de quienes saben más que ellos del tema urbano, movilidad y seguridad. En esta última área no menos importantes son los esfuerzos de mejorar la seguridad ciudadana, que aparece dentro de las principales preocupaciones de los vallenatos.
Aquí debemos tener en cuenta que la paciencia de los vallenatos es corta y que muchos anhelamos soluciones prontas a necesidades que llevan años sin resolverse y que no son de las actuales administraciones. Quiero anotar el buen remate de este año en la puesta en vigor las nuevas sanciones sobre la nueva Ley del consumo del alcohol y luego conducir borracho que nos evitará miles de dolores de cabeza.
Diosito que los entes de control sigan vigilantes, pues las amenazas y la corrupción siguen patentes.
Pasando a otros terrenos tenemos que manifestar que el año que nace estará asignado por las conversaciones para la búsqueda de la Paz. Ojalá no se caiga en la trampa de la retórica, en la cual es fácil entrar pero muy difícil de salir. En lo que hace a la política hay expectativas en torno a las nuevas elecciones parlamentarias y a propósito me duele el retiro de Juan Manuel Campo y de Franco Ovalle de la contienda política. En fin se nos fue el 2013 trágico para el folclor con la muerte de uno de su grande Diomedes Díaz.
POSDATA: Esta columna fue escrita antes del 31 de diciembre, día que fui sometido a una delicada operación en el Hospital Rosario Pumarejo de López, ente al que le dedicare la próxima columna.