Tras sus presentaciones en Valledupar, que dejaron extasiados de música culta a muchas personas, el director de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de Colombia, UNAL, habló con EL PILÓN.
Llegar con instrumentos de viento, percusión y cuerda, a una tierra donde prima la caja, guacharaca y acordeón, no era tarea fácil, puesto que se corría el riesgo de desilusionar y truncar un proceso formativo. Pero ocurrió todo lo contrario, los conciertos ofrecidos por la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Música de la Universidad Nacional de Colombia despertaron los mejores comentarios.
La persona que está detrás de esta orquesta es Guerassim Voronkov, propio de Moscú, quien inició como violinista para consagrarse en la dirección de orquestas. En el año 1992 se radicó en Barcelona a trabajar en teatros de ópera; y desde agosto del 2012 funge como profesor de la Universidad Nacional, donde lidera la maestría en dirección de orquestas.
Voronkov visiblemente emocionado por el hecho que los vallenatos recibieran con agrado el repertorio escogido con cuidado dialogó con EL PILÓN.
EL PILÓN: ¿Cuál fue el objetivo de llegar a la Capital Mundial del Vallenato con esta Sinfónica?
Guerassim Voronkov: Quisimos rememorar las obras del compositor, director de orquesta, poeta, ensayista, dramaturgo y teórico musical alemán del romanticismo Richard Wagner, a través de la presentación de sus piezas. Evocar este personaje es un acontecimiento que se celebra en todo el mundo; nos pareció muy adecuado, pese a ser la primera vez, porque significaba gran riqueza musical. Es música seria, buena y revolucionaría, que logra conectar con la parte emocional de las personas.
EP: ¿Por qué es tan importante el papel de director en una Orquesta Sinfónica?
GV: Cada músico tiene su instrumento para expresar sentimientos. Pero hay otro instrumento valioso, que no es mecánico, la del director, que tiene la labor que todo salga de manera óptima. Es un músico que en lugar de violines, arpas u otro instrumento, tiene una orquesta a su disposición.
Hay dos aspectos diferentes que se manejan: Lo musical, que es durante el concierto, haciendo la música y organizando a todos los integrantes, para que todo el mundo sepa qué es lo que tiene que hacer y cuándo, y no convertir el acto en una serie de gente tocando, sino interpretando una idea musical de una sola persona; y lo administrativo, con una estrategia de orquesta como cualquier empresa, escogiendo qué ofrecer a la gente.
EP: ¿Cuál es el impacto de las Orquestas Sinfónicas en el país y el mundo?
GV: Hay un gran cambio desde hace 10 o 15 años atrás. Antes el centro de atención de música sinfónica u orquestal era en Europa. Aunque este continente sigue siendo el epicentro, más adelante la explosión de interés en América Latina ha dado un impulso enorme, con la aparición de orquestas en Venezuela, Colombia o Chile.
EP: Y, ¿cuál es el impacto que generan en las personas?
GV: Todo lo cultural es muy difícil de tocar, no es tangible. La persona que le dedica cinco o 10 años a estudiar algún instrumento, asistiendo con constancia a conciertos, es una persona más culta que un joven que vive de parranda en parranda. Mientras que los espectadores, o quien escuchan las presentaciones, llega a tocar las fibras de sus sentimientos.
Por Annelise Barriga Ramírez
[email protected]
Tras sus presentaciones en Valledupar, que dejaron extasiados de música culta a muchas personas, el director de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de Colombia, UNAL, habló con EL PILÓN.
Llegar con instrumentos de viento, percusión y cuerda, a una tierra donde prima la caja, guacharaca y acordeón, no era tarea fácil, puesto que se corría el riesgo de desilusionar y truncar un proceso formativo. Pero ocurrió todo lo contrario, los conciertos ofrecidos por la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Música de la Universidad Nacional de Colombia despertaron los mejores comentarios.
La persona que está detrás de esta orquesta es Guerassim Voronkov, propio de Moscú, quien inició como violinista para consagrarse en la dirección de orquestas. En el año 1992 se radicó en Barcelona a trabajar en teatros de ópera; y desde agosto del 2012 funge como profesor de la Universidad Nacional, donde lidera la maestría en dirección de orquestas.
Voronkov visiblemente emocionado por el hecho que los vallenatos recibieran con agrado el repertorio escogido con cuidado dialogó con EL PILÓN.
EL PILÓN: ¿Cuál fue el objetivo de llegar a la Capital Mundial del Vallenato con esta Sinfónica?
Guerassim Voronkov: Quisimos rememorar las obras del compositor, director de orquesta, poeta, ensayista, dramaturgo y teórico musical alemán del romanticismo Richard Wagner, a través de la presentación de sus piezas. Evocar este personaje es un acontecimiento que se celebra en todo el mundo; nos pareció muy adecuado, pese a ser la primera vez, porque significaba gran riqueza musical. Es música seria, buena y revolucionaría, que logra conectar con la parte emocional de las personas.
EP: ¿Por qué es tan importante el papel de director en una Orquesta Sinfónica?
GV: Cada músico tiene su instrumento para expresar sentimientos. Pero hay otro instrumento valioso, que no es mecánico, la del director, que tiene la labor que todo salga de manera óptima. Es un músico que en lugar de violines, arpas u otro instrumento, tiene una orquesta a su disposición.
Hay dos aspectos diferentes que se manejan: Lo musical, que es durante el concierto, haciendo la música y organizando a todos los integrantes, para que todo el mundo sepa qué es lo que tiene que hacer y cuándo, y no convertir el acto en una serie de gente tocando, sino interpretando una idea musical de una sola persona; y lo administrativo, con una estrategia de orquesta como cualquier empresa, escogiendo qué ofrecer a la gente.
EP: ¿Cuál es el impacto de las Orquestas Sinfónicas en el país y el mundo?
GV: Hay un gran cambio desde hace 10 o 15 años atrás. Antes el centro de atención de música sinfónica u orquestal era en Europa. Aunque este continente sigue siendo el epicentro, más adelante la explosión de interés en América Latina ha dado un impulso enorme, con la aparición de orquestas en Venezuela, Colombia o Chile.
EP: Y, ¿cuál es el impacto que generan en las personas?
GV: Todo lo cultural es muy difícil de tocar, no es tangible. La persona que le dedica cinco o 10 años a estudiar algún instrumento, asistiendo con constancia a conciertos, es una persona más culta que un joven que vive de parranda en parranda. Mientras que los espectadores, o quien escuchan las presentaciones, llega a tocar las fibras de sus sentimientos.
Por Annelise Barriga Ramírez
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