El destacado músico de orquesta y tambobanda, Armando Castilla Castro, de 78 años, horas antes de suicidarse, le había dicho a algunos vecinos y familiares que él se iba a matar, anticipando lo que tenía en mente.

Ese anuncio no fue tenido en cuenta por las personas que estaban a su alrededor, por lo que Castilla Castro luego de una alegre parranda, fue llevado hasta su vivienda en el barrio Simón Bolívar, en donde residía solo.

De acuerdo a lo que se conoció, Armando en medio de su estado de embriaguez, al parecer se cortó las venas de las manos y luego tomó un revólver calibre 32 corto y se propinó un disparo en la sien, lado derecho.

Castilla Castro, según sus vecinos, se levantaba muy temprano los domingos, porque tenía el compromiso de asistir a culto en la Iglesia Cristo viene pronto, que está ubicada a pocas cuadras de su casa, pero ayer no lo hizo, situación que fue extraña, así que se acercaron a la puerta para ver qué había ocurrido, tocaron la puerta varias veces y ante la negativa, miraron por la ventana  y observaron que había una silla de mimbre volteada y un manto de sangre que salía del baño hacia la puerta de la calle. 

Esa situación alertó a los vecinos, quienes llamaron a sus familiares y a la Policía; minutos después, los uniformados abrieron la puerta y encontraron la macabra escena. 

La despedida 

Durante la tarde del pasado sábado, Armando Castilla había departido al calor de unos tragos con unos vecinos y amigos; en medio de chanzas y la euforia, solicitó que se tomaran varias fotografías porque esas iban a ser las últimas, debido a que se iba a ahorcar; pero esa advertencia sus vecinos la tomaron como juego y le manifestaron que se dejara de hablar tonterías.

Luego en horas de la noche, asistió a una integración familiar en casa de una de sus hijas, en el barrio El Amparo de Valledupar, donde departió con ellos hasta después de la medianoche.

Jesús Ramos Castilla, nieto de Armando, comentó que hacia las 2:00 de la madrugada de ayer domingo, su abuelo estuvo tomando con ellos y su afán era el de tomarse fotos con todos porque iban a ser las últimas, ellos no le prestaron atención porque pensaban que eran cosas de trago. Luego lo llevaron a su vivienda localizada en la carrera 18 con 25 del barrio Simón Bolívar, y se acostó bastante embriagado.

Regaló sus instrumentos

Castilla Castro, un músico versátil que tocaba el clarinete alto y el saxofón, hizo parte de destacadas agrupaciones musicales y parece que desde hacían varias semanas tenía pensado suicidarse, porque comenzó a regalarle a sus nietos, sus instrumentos musicales para que les quedara ese recuerdo, porque él se iba a morir. Hasta un reloj fino que conservaba, se lo regaló a uno de sus 11 hijos.

Según su sobrino, Jorge Maya Castilla, exdiputado del Cesar y exconcejal de Valledupar, su tío era un hombre lleno de salud que, pese a su avanzada edad, aún actuaba en los grupos musicales. Hizo parte de la Banda Departamental y fue fundador del grupo ‘Los Caballeros de la noche', también del Súper Combo y otros grupos musicales de mucho renombre en el Cesar. 

“Seguramente, mi tío habría entrado en un estado depresivo, esto lo pudo haber inducido a tomar esa fatal determinación; es decir, no me explico qué haya pasado, porque a él no se le veía nada raro, estaba muy animado últimamente, era una persona comprometida con su familia. El sábado compartió con sus hijos y la verdad que nos sorprendió a todos y al gremio de músicos, porque se constituyó en un digno representante de ese género musical y del mismo folclor”, argumentó Jorge Maya Castilla.

Lo echamos de menos en la Iglesia

Los hermanos en Cristo, quienes echaron de menos a Armando, en la Iglesia Cristo Viene Pronto, donde asistía todos los domingos a culto, destacaron las virtudes de este hombre, a quien siempre lo veían sentado en los primeros puestos del templo y siempre vestido de blanco, con una camisa guayabera. Él a veces llegaba después que había comenzado la ceremonia; siempre llegaba tarde, pero llegaba, manifestaron algunas de las mujeres cristianas que se acercaron a la vivienda para verificar lo sucedido.

Redacción Judicial /EL PILÓN