Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 27 septiembre, 2013

El terror de los cantantes

Premonitoriamente así lo sentenció el grandioso Leandro Díaz en su merengue titulado “El Bozal”, argumentando que los músicos de hoy, no quieren grabar merengue, dicen que eso no se vende, para mí eso es un error.

Boton Wpp

Por julio Oñate Martínez

Premonitoriamente así lo sentenció el grandioso Leandro Díaz en su merengue titulado “El Bozal”, argumentando que los músicos de hoy, no quieren grabar merengue, dicen que eso no se vende, para mí eso es un error.

Claro que es un tremendo error  de los intérpretes de ahora, porque los de ayer si lo grababan  y en forma copiosa; normalmente en un L.P de Luis Enrique Martínez o Alejandro Durán se incluían por lo menos cuatro merengues ejecutados magistralmente.

Pero a partir de los años noventa cuando hizo erupción el volcán de la canción, triste y plañidera, el paseo fue privilegiado y como dice Leandro: “echando a un lado el ritmo alegre del Valle”, formándose entonces un círculo vicioso entre la gente del disco, con el cuento que eso no era comercial y los cantantes haciendo el juego, supuestamente porque el merengue no vendía, lo cual desestimuló a los compositores que ya se proyectaban en el panorama, para componer en ese ritmo festivo, parrandero y bailable.

Si es cierto el merengue no vende, cómo se explica que algunos de factura reciente no hayan dejado de sonar como son “Parranda en el Cafetal” (Jorgito Celedón), “La Bola e’ Candela”(Nando Marín), “Gallo Bueno” (Adolfo Pacheco), “Nativo del Valle” (Beto Murgas), “El Pechiche” (Camilo Namén), “Lo Mejor de mi Vida” (Felipe Peláez), solo por citar algunos. Sencillamente los jóvenes compositores se aterran ante el merengue y no han querido descifrar su composición.

Mientras en nuestro catálogo folclórico del ayer encontramos un espléndido repertorio merenguero con supremacía de Leandro y Escalona también destacamos por calidad y abundancia a “El Viejo Mile”, Chente Munive, Camilo Namén, Armando Zabaleta, Emilianito Zuleta, Tavo Gutiérrez, Moralito y muchos más, es realmente preocupante que en lo que va corrido del presente año, en las producciones musicales de los cantantes modernos sea el merengue la víctima del destierro, como lo observamos en los álbumes “Pura Adrenalina”de Churo Díaz, “Bendecido “de Peter Manjarrez, “La Fórmula” del Mono Zabaleta, “El Boom del Momento” de Martin Elías, “La Novena Batalla “de Silvestre, quien siempre lo tenía en cuenta  y participando de este boom antimerengue, artistas de mayor trayectoria como Beto Zabaleta, Villazón y Fabián Corrales también se nos escurrieron.

Vergüenza debería darles pues resulta verdaderamente irónico que solamente Daniel Calderón, un mozalbete cantante de los antioqueñisimos Gigantes del Vallenato, sí incluyó en su reciente C.D. el merengue “El Libre “del gran Camilo Namén.

Es indudable entonces que el merengue es el bozal de los cantantes modernos, por eso se está perdiendo, la costumbre regional. (Maestro Leandro Díaz).

 

Columnista
27 septiembre, 2013

El terror de los cantantes

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio C. Oñate M.

Premonitoriamente así lo sentenció el grandioso Leandro Díaz en su merengue titulado “El Bozal”, argumentando que los músicos de hoy, no quieren grabar merengue, dicen que eso no se vende, para mí eso es un error.


Por julio Oñate Martínez

Premonitoriamente así lo sentenció el grandioso Leandro Díaz en su merengue titulado “El Bozal”, argumentando que los músicos de hoy, no quieren grabar merengue, dicen que eso no se vende, para mí eso es un error.

Claro que es un tremendo error  de los intérpretes de ahora, porque los de ayer si lo grababan  y en forma copiosa; normalmente en un L.P de Luis Enrique Martínez o Alejandro Durán se incluían por lo menos cuatro merengues ejecutados magistralmente.

Pero a partir de los años noventa cuando hizo erupción el volcán de la canción, triste y plañidera, el paseo fue privilegiado y como dice Leandro: “echando a un lado el ritmo alegre del Valle”, formándose entonces un círculo vicioso entre la gente del disco, con el cuento que eso no era comercial y los cantantes haciendo el juego, supuestamente porque el merengue no vendía, lo cual desestimuló a los compositores que ya se proyectaban en el panorama, para componer en ese ritmo festivo, parrandero y bailable.

Si es cierto el merengue no vende, cómo se explica que algunos de factura reciente no hayan dejado de sonar como son “Parranda en el Cafetal” (Jorgito Celedón), “La Bola e’ Candela”(Nando Marín), “Gallo Bueno” (Adolfo Pacheco), “Nativo del Valle” (Beto Murgas), “El Pechiche” (Camilo Namén), “Lo Mejor de mi Vida” (Felipe Peláez), solo por citar algunos. Sencillamente los jóvenes compositores se aterran ante el merengue y no han querido descifrar su composición.

Mientras en nuestro catálogo folclórico del ayer encontramos un espléndido repertorio merenguero con supremacía de Leandro y Escalona también destacamos por calidad y abundancia a “El Viejo Mile”, Chente Munive, Camilo Namén, Armando Zabaleta, Emilianito Zuleta, Tavo Gutiérrez, Moralito y muchos más, es realmente preocupante que en lo que va corrido del presente año, en las producciones musicales de los cantantes modernos sea el merengue la víctima del destierro, como lo observamos en los álbumes “Pura Adrenalina”de Churo Díaz, “Bendecido “de Peter Manjarrez, “La Fórmula” del Mono Zabaleta, “El Boom del Momento” de Martin Elías, “La Novena Batalla “de Silvestre, quien siempre lo tenía en cuenta  y participando de este boom antimerengue, artistas de mayor trayectoria como Beto Zabaleta, Villazón y Fabián Corrales también se nos escurrieron.

Vergüenza debería darles pues resulta verdaderamente irónico que solamente Daniel Calderón, un mozalbete cantante de los antioqueñisimos Gigantes del Vallenato, sí incluyó en su reciente C.D. el merengue “El Libre “del gran Camilo Namén.

Es indudable entonces que el merengue es el bozal de los cantantes modernos, por eso se está perdiendo, la costumbre regional. (Maestro Leandro Díaz).