La situación tocó fondo. La delincuencia desenfrenada que azota a Valledupar parece no tener fin, tanto que hasta los mismos agentes de la Policía Nacional han sido víctimas de ella en función de su labor.
La situación tocó fondo. La delincuencia desenfrenada que azota a Valledupar parece no tener fin, tanto que hasta los mismos agentes de la Policía Nacional han sido víctimas de ella en función de su labor. EL PILÓN en su momento, cuando la Policía Nacional junto con la Administración Municipal presentaron el pasado mes de febrero el plan de seguridad en el cuadrante cinco de la ciudad, en el marco del Programa de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes, fue el primero en aplaudir esta iniciativa que según los anuncios sería extendida a los otros 13 cuadrantes de la ciudad.
Sin embargo, ya han pasado cuatro meses y no se ha conocido la expansión de este programa a otros sectores de la ciudad. La realidad muestra un panorama más preocupante, pues los atracos, hurtos y vandalismo parecen aumentar. Los vallenatos se sienten cada vez más inseguros. La tradición de sentarse en las puertas de las casas a dialogar con los vecinos se ha ido perdiendo, pues si lo hacen, son presas fáciles para los delincuentes motorizados, que atracan bien sea a plena luz o a cualquier hora de la noche, incluso en fiestas y parrandas. Para las bandas delincuenciales no existen horarios, ni fecha en el calendario, y así mismo debería ser la labor de las autoridades –Policía Nacional en especial-, que deben estar prestos a cualquier hora a atender los llamados de la ciudadanía.
Ante esta situación y luego de haberlo resaltado en sendos editoriales tanto en el mes de febrero como de marzo, EL PILÓN le pregunta al comandante de la Policía en el Cesar: ¿Por qué los cuadrantes no funcionan? ¿Por qué no contestan a los llamados que hace la ciudadanía al 123 o a los números celulares que difundieron ampliamente para que los ciudadanos se comunicaran ante cualquier hecho delictivo? ¿Por qué no se observan a sus agentes patrullando los barrios, que es donde ocurren la mayoría de los hurtos y atracos? ¿Cómo va el Plan Integral de Seguridad para el ciudadano ‘Corazón Verde’ en Valledupar? ¿Sigue vigente el puesto de control en la temida plaza del barrio Primero de Mayo, para tener presencia permanente de la Policía?
Programas, anuncios y promesas de más seguridad se han escuchado cada vez que sucede algo extraordinario. Sin embargo, se quedan en la misma retórica de siempre. Ya es hora de actuar con mayor contundencia para que los vallenatos se sientan seguros en su entorno.
La situación tocó fondo. La delincuencia desenfrenada que azota a Valledupar parece no tener fin, tanto que hasta los mismos agentes de la Policía Nacional han sido víctimas de ella en función de su labor.
La situación tocó fondo. La delincuencia desenfrenada que azota a Valledupar parece no tener fin, tanto que hasta los mismos agentes de la Policía Nacional han sido víctimas de ella en función de su labor. EL PILÓN en su momento, cuando la Policía Nacional junto con la Administración Municipal presentaron el pasado mes de febrero el plan de seguridad en el cuadrante cinco de la ciudad, en el marco del Programa de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes, fue el primero en aplaudir esta iniciativa que según los anuncios sería extendida a los otros 13 cuadrantes de la ciudad.
Sin embargo, ya han pasado cuatro meses y no se ha conocido la expansión de este programa a otros sectores de la ciudad. La realidad muestra un panorama más preocupante, pues los atracos, hurtos y vandalismo parecen aumentar. Los vallenatos se sienten cada vez más inseguros. La tradición de sentarse en las puertas de las casas a dialogar con los vecinos se ha ido perdiendo, pues si lo hacen, son presas fáciles para los delincuentes motorizados, que atracan bien sea a plena luz o a cualquier hora de la noche, incluso en fiestas y parrandas. Para las bandas delincuenciales no existen horarios, ni fecha en el calendario, y así mismo debería ser la labor de las autoridades –Policía Nacional en especial-, que deben estar prestos a cualquier hora a atender los llamados de la ciudadanía.
Ante esta situación y luego de haberlo resaltado en sendos editoriales tanto en el mes de febrero como de marzo, EL PILÓN le pregunta al comandante de la Policía en el Cesar: ¿Por qué los cuadrantes no funcionan? ¿Por qué no contestan a los llamados que hace la ciudadanía al 123 o a los números celulares que difundieron ampliamente para que los ciudadanos se comunicaran ante cualquier hecho delictivo? ¿Por qué no se observan a sus agentes patrullando los barrios, que es donde ocurren la mayoría de los hurtos y atracos? ¿Cómo va el Plan Integral de Seguridad para el ciudadano ‘Corazón Verde’ en Valledupar? ¿Sigue vigente el puesto de control en la temida plaza del barrio Primero de Mayo, para tener presencia permanente de la Policía?
Programas, anuncios y promesas de más seguridad se han escuchado cada vez que sucede algo extraordinario. Sin embargo, se quedan en la misma retórica de siempre. Ya es hora de actuar con mayor contundencia para que los vallenatos se sientan seguros en su entorno.