En estos días de festival, lejos de los actos multitudinarios, pero cerca del vallenato en mi intención de analizar y disfrutar esos grandes relatos construidos desde el ejercicio de la cotidianidad y convertidos en piezas magistrales, escuchaba el excelente cuento cantado de Emilianito Zuleta Baquero denominado La Pesca, canción interpretada por Adaníes Díaz y Héctor Zuleta, en la que se plasma la historia jocosa de una invitación a pescar que terminó convertida en frustración.
Por: Óscar Ariza Daza
En estos días de festival, lejos de los actos multitudinarios, pero cerca del vallenato en mi intención de analizar y disfrutar esos grandes relatos construidos desde el ejercicio de la cotidianidad y convertidos en piezas magistrales, escuchaba el excelente cuento cantado de Emilianito Zuleta Baquero denominado La Pesca, canción interpretada por Adaníes Díaz y Héctor Zuleta, en la que se plasma la historia jocosa de una invitación a pescar que terminó convertida en frustración.
Impacta la habilidad de un compositor para hacer de un hecho tan simple como ir a pescar, una gran historia en la que predomina un manejo narrativo perfecto donde ningún detalle queda suelto. Ese es el vallenato que a pesar de los giros modernos seguimos encontrando en las esquinas de los pueblos y en las parrandas que aún se mantienen desconectadas del show mediático para posarse sobre el acto creativo de componer e improvisar.
Todo vallenato parte de la necesidad de contar una circunstancia real, bien sea para magnificarla, criticarla, burlarla o clarificarla. Es así como en diferentes canciones encontramos tragedias, historias románticas o carnavalescas, con una carga picaresca que le proporciona el tinte de cómico-serio.
La pesca, muestra claramente una de las variantes en la canción vallenata “La picaresca”, a través de la presentación humorística de historias personales o populares que a pesar de mostrar en muchos casos hechos funestos, están impregnados de humor, ironía y burla.
Esta forma de narrar desmitifica los hechos cotidianos, mostrando cómo la rigidez y la sobriedad resultan siendo subvertidos por lo informal a través de la burla y la ironía. Así funcionan otras canciones como: La pimientica también de Emiliano Zuleta, La bola ´e candela de Hernando Marín, El Jerrejerre de Rafael Escalona, El hombre de mama de Efraín Barlizay La sal de frutas de Isaac “Tijito” Carrillo entre otras.
En la pesca, se identifican claramente rasgos de la tradición oral como el lamento, reclamo o queja, que mezclado con el tono irónico que le impone quien cuenta la anécdota personal, le da coherencia a la intención de informar desde su experiencia personal lo que le sucedió.La pesca hace parte de un sinnúmero de composiciones que a pesar del tiempo se mantienen vigentes porque su vigor, su calidad narrativa y musical siguen proponiendo un modelo válido a seguir en la composición.
En estos días de festival, lejos de los actos multitudinarios, pero cerca del vallenato en mi intención de analizar y disfrutar esos grandes relatos construidos desde el ejercicio de la cotidianidad y convertidos en piezas magistrales, escuchaba el excelente cuento cantado de Emilianito Zuleta Baquero denominado La Pesca, canción interpretada por Adaníes Díaz y Héctor Zuleta, en la que se plasma la historia jocosa de una invitación a pescar que terminó convertida en frustración.
Por: Óscar Ariza Daza
En estos días de festival, lejos de los actos multitudinarios, pero cerca del vallenato en mi intención de analizar y disfrutar esos grandes relatos construidos desde el ejercicio de la cotidianidad y convertidos en piezas magistrales, escuchaba el excelente cuento cantado de Emilianito Zuleta Baquero denominado La Pesca, canción interpretada por Adaníes Díaz y Héctor Zuleta, en la que se plasma la historia jocosa de una invitación a pescar que terminó convertida en frustración.
Impacta la habilidad de un compositor para hacer de un hecho tan simple como ir a pescar, una gran historia en la que predomina un manejo narrativo perfecto donde ningún detalle queda suelto. Ese es el vallenato que a pesar de los giros modernos seguimos encontrando en las esquinas de los pueblos y en las parrandas que aún se mantienen desconectadas del show mediático para posarse sobre el acto creativo de componer e improvisar.
Todo vallenato parte de la necesidad de contar una circunstancia real, bien sea para magnificarla, criticarla, burlarla o clarificarla. Es así como en diferentes canciones encontramos tragedias, historias románticas o carnavalescas, con una carga picaresca que le proporciona el tinte de cómico-serio.
La pesca, muestra claramente una de las variantes en la canción vallenata “La picaresca”, a través de la presentación humorística de historias personales o populares que a pesar de mostrar en muchos casos hechos funestos, están impregnados de humor, ironía y burla.
Esta forma de narrar desmitifica los hechos cotidianos, mostrando cómo la rigidez y la sobriedad resultan siendo subvertidos por lo informal a través de la burla y la ironía. Así funcionan otras canciones como: La pimientica también de Emiliano Zuleta, La bola ´e candela de Hernando Marín, El Jerrejerre de Rafael Escalona, El hombre de mama de Efraín Barlizay La sal de frutas de Isaac “Tijito” Carrillo entre otras.
En la pesca, se identifican claramente rasgos de la tradición oral como el lamento, reclamo o queja, que mezclado con el tono irónico que le impone quien cuenta la anécdota personal, le da coherencia a la intención de informar desde su experiencia personal lo que le sucedió.La pesca hace parte de un sinnúmero de composiciones que a pesar del tiempo se mantienen vigentes porque su vigor, su calidad narrativa y musical siguen proponiendo un modelo válido a seguir en la composición.