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Editorial - 28 abril, 2013

La responsabilidad de los jurados del Festival

La esencia del Festival Vallenato son los concursos de las diferentes modalidades de acordeoneros, canción inédita, piquería y piloneras, que desde sus inicios hace 46 años han sido el eje fundamental del certamen que anualmente renueva ganadores, que son los eslabones que mantienen la vigencia cultural del folclor vallenato. La Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, órgano rector del certamen, tiene entre sus funciones la de garantizar un cuerpo de jurados idóneos, con alto nivel ético y moral que permita analizar, evaluar y dictaminar los resultados que califican a los mejores en el orden de los puntajes que resultaren luego de agotarse las diferentes jornadas que se cumplen durante los días de las contiendas, que exige interpretación, creatividad y armonía de la puya, el son, el paseo y el merengue; así como la canción inédita, la piqueria y el concurso de piloneras y piloneritos. Los jurados del Festival tienen una gran responsabilidad, porque finalmente son los que realzan o hacen coronar a los mejores (reyes) acordeoneros en las categorías infantil, juvenil, aficionado y profesional, y también en escogen la mejor canción inédita y al mejor en la piquería. Y es aquí donde entran en juego elementos distractores, como la ambición, el dinero y poder, que les impide decidir en algunas ocasiones por sí mismos, y por el contrario obedecen a vicios, ordenes, malas costumbres e intereses particulares. Muchas veces acompañada de presiones desde los mismos concursantes, sus familiares o amigos, ignorancia, conformismo y dependencia, que los lleva a dictar fallos que no corresponden con la realidad cualitativa de los concursantes. Este año la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata reunió, como lo hace todos los años, a su grupo de jurados para darle algunas instrucciones con maestros de la música vallenata y le agregó el componente ético, con el propósito de hacer énfasis en los valores básicos de los jurados que deben estar enmarcados en la responsabilidad, la honestidad, el respeto, la libertad y la lealtad, que son los derroteros para que exista una actitud clara y transparente en la realización de su papel como tal, al igual que la debida fidelidad, el trato con los concursantes, el desempeño con honor, amor y gratitud, compromiso y palabra. Las directivas de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata también deben obedecer el contenido de dichos valores morales y cumplir y hacer cumplir el reglamento que rige el concurso en cada una de sus categorías para corresponder a la confianza y la transparencia que la cultura universal observa de unos y otros desde cualquier lugar del mundo, y lo que está de por medio es la imagen moral del folclor que identifica al País Vallenato.

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La esencia del Festival Vallenato son los concursos de las diferentes modalidades de acordeoneros, canción inédita, piquería y piloneras, que desde sus inicios hace 46 años han sido el eje fundamental del certamen que anualmente renueva ganadores, que son los eslabones que mantienen la vigencia cultural del folclor vallenato.

La Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, órgano rector del certamen, tiene entre sus funciones la de garantizar un cuerpo de jurados idóneos, con alto nivel ético y moral que permita analizar, evaluar y dictaminar los resultados que califican a los mejores en el orden de los puntajes que resultaren luego de agotarse las diferentes jornadas que se cumplen durante los días de las contiendas, que exige interpretación, creatividad y armonía de la puya, el son, el paseo y el merengue; así como la canción inédita, la piqueria y el concurso de piloneras y piloneritos.

Los jurados del Festival tienen una gran responsabilidad, porque finalmente son los que realzan o hacen coronar a los mejores (reyes) acordeoneros en las categorías infantil, juvenil, aficionado y profesional, y también en escoger la mejor canción inédita y al mejor en la piquería. Y es aquí donde entran en juego elementos distractores, como la ambición, el dinero y poder, que les impide decidir en algunas ocasiones por sí mismos, y por el contrario obedecen a vicios, ordenes, malas costumbres e intereses particulares. Muchas veces acompañada de presiones desde los mismos concursantes, sus familiares o amigos, ignorancia, conformismo y dependencia, que los lleva a dictar fallos que no corresponden con la realidad cualitativa de los concursantes.

Este año la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata reunió, como lo hace todos los años, a su grupo de jurados para darle algunas instrucciones con maestros de la música vallenata y le agregó el componente ético, con el propósito de hacer énfasis en los valores básicos de los jurados que deben estar enmarcados en la responsabilidad, la honestidad, el respeto, la libertad y la lealtad, que son los derroteros para que exista una actitud clara y transparente en la realización de su papel como tal, al igual que la debida fidelidad, el trato con los concursantes, el desempeño con honor, amor y gratitud, compromiso y palabra.

Las directivas de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata también deben obedecer el contenido de dichos valores morales y cumplir y hacer cumplir el reglamento que rige el concurso en cada una de sus categorías para corresponder a la confianza y la transparencia que la cultura universal observa de unos y otros desde cualquier lugar del mundo, y lo que está de por medio es la imagen moral del folclor que identifica al País Vallenato.

 

Editorial
28 abril, 2013

La responsabilidad de los jurados del Festival

La esencia del Festival Vallenato son los concursos de las diferentes modalidades de acordeoneros, canción inédita, piquería y piloneras, que desde sus inicios hace 46 años han sido el eje fundamental del certamen que anualmente renueva ganadores, que son los eslabones que mantienen la vigencia cultural del folclor vallenato. La Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, órgano rector del certamen, tiene entre sus funciones la de garantizar un cuerpo de jurados idóneos, con alto nivel ético y moral que permita analizar, evaluar y dictaminar los resultados que califican a los mejores en el orden de los puntajes que resultaren luego de agotarse las diferentes jornadas que se cumplen durante los días de las contiendas, que exige interpretación, creatividad y armonía de la puya, el son, el paseo y el merengue; así como la canción inédita, la piqueria y el concurso de piloneras y piloneritos. Los jurados del Festival tienen una gran responsabilidad, porque finalmente son los que realzan o hacen coronar a los mejores (reyes) acordeoneros en las categorías infantil, juvenil, aficionado y profesional, y también en escogen la mejor canción inédita y al mejor en la piquería. Y es aquí donde entran en juego elementos distractores, como la ambición, el dinero y poder, que les impide decidir en algunas ocasiones por sí mismos, y por el contrario obedecen a vicios, ordenes, malas costumbres e intereses particulares. Muchas veces acompañada de presiones desde los mismos concursantes, sus familiares o amigos, ignorancia, conformismo y dependencia, que los lleva a dictar fallos que no corresponden con la realidad cualitativa de los concursantes. Este año la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata reunió, como lo hace todos los años, a su grupo de jurados para darle algunas instrucciones con maestros de la música vallenata y le agregó el componente ético, con el propósito de hacer énfasis en los valores básicos de los jurados que deben estar enmarcados en la responsabilidad, la honestidad, el respeto, la libertad y la lealtad, que son los derroteros para que exista una actitud clara y transparente en la realización de su papel como tal, al igual que la debida fidelidad, el trato con los concursantes, el desempeño con honor, amor y gratitud, compromiso y palabra. Las directivas de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata también deben obedecer el contenido de dichos valores morales y cumplir y hacer cumplir el reglamento que rige el concurso en cada una de sus categorías para corresponder a la confianza y la transparencia que la cultura universal observa de unos y otros desde cualquier lugar del mundo, y lo que está de por medio es la imagen moral del folclor que identifica al País Vallenato.


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La esencia del Festival Vallenato son los concursos de las diferentes modalidades de acordeoneros, canción inédita, piquería y piloneras, que desde sus inicios hace 46 años han sido el eje fundamental del certamen que anualmente renueva ganadores, que son los eslabones que mantienen la vigencia cultural del folclor vallenato.

La Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, órgano rector del certamen, tiene entre sus funciones la de garantizar un cuerpo de jurados idóneos, con alto nivel ético y moral que permita analizar, evaluar y dictaminar los resultados que califican a los mejores en el orden de los puntajes que resultaren luego de agotarse las diferentes jornadas que se cumplen durante los días de las contiendas, que exige interpretación, creatividad y armonía de la puya, el son, el paseo y el merengue; así como la canción inédita, la piqueria y el concurso de piloneras y piloneritos.

Los jurados del Festival tienen una gran responsabilidad, porque finalmente son los que realzan o hacen coronar a los mejores (reyes) acordeoneros en las categorías infantil, juvenil, aficionado y profesional, y también en escoger la mejor canción inédita y al mejor en la piquería. Y es aquí donde entran en juego elementos distractores, como la ambición, el dinero y poder, que les impide decidir en algunas ocasiones por sí mismos, y por el contrario obedecen a vicios, ordenes, malas costumbres e intereses particulares. Muchas veces acompañada de presiones desde los mismos concursantes, sus familiares o amigos, ignorancia, conformismo y dependencia, que los lleva a dictar fallos que no corresponden con la realidad cualitativa de los concursantes.

Este año la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata reunió, como lo hace todos los años, a su grupo de jurados para darle algunas instrucciones con maestros de la música vallenata y le agregó el componente ético, con el propósito de hacer énfasis en los valores básicos de los jurados que deben estar enmarcados en la responsabilidad, la honestidad, el respeto, la libertad y la lealtad, que son los derroteros para que exista una actitud clara y transparente en la realización de su papel como tal, al igual que la debida fidelidad, el trato con los concursantes, el desempeño con honor, amor y gratitud, compromiso y palabra.

Las directivas de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata también deben obedecer el contenido de dichos valores morales y cumplir y hacer cumplir el reglamento que rige el concurso en cada una de sus categorías para corresponder a la confianza y la transparencia que la cultura universal observa de unos y otros desde cualquier lugar del mundo, y lo que está de por medio es la imagen moral del folclor que identifica al País Vallenato.