Iraima, es una indígena Wayúu que hace parte de losdesplazados que intentan recuperar el territorio ancestral Houluy, ubicado en inmediaciones de Maicao,
Iraima, es una indígena Wayúu que hace parte de losdesplazados que intentan recuperar el territorio ancestral Houluy, ubicado en inmediaciones de Maicao, La Guajira, luego de ser despojados de 776 hectáreas de tierras, que dejó como saldo 14 muertos y más de 150 indígenas desplazados pertenecientes a las familias de los clanes Uriana e Ipuana.
La líder indígena quien participó en un encuentro de víctimas en Valledupar, habló en exclusiva con El Pilón sobre el proceso de restitución de tierras, las amenazas que han recibido y el despojo del que fueron víctimas.
“Nosotros estamos amenazados, las autoridades naturales del territorio están amenazadas y las lideresas también estamos enfrentando esa situación, pero el temor no es solo por los grupos armados, sino por los intereses que hay detrás de esos grupos”, asegura.
Pese a que hay muchos motivos para que nos despojaran de estas tierras que son de gran valor espiritual para nosotros porque son territorios ancestrales, creemos que las verdaderas motivaciones se ciernen en el hecho de que estas tierras son actas para la explotación minera, dice.
Según la líder indígena, la situación es preocupante porque la invasión aumenta cada día, y quienes lo invaden son supuestamente campesinos y se ha presentado venta sobre venta, una pirámide sobre el territorio y de escritura sobre escritura.
Según el INCODER, a nivel nacional, las escrituras legales son unas que datan de 1995, hay otras que son del año 2005, 2006 y 2007 anterior a la invasión que se produjo en el año 2008. Ahora quieren sacar otras escrituras supuestamente paraunos campesinos que nunca han pertenecido a ese territorio, explicó.
Denunció que han sido revictimizados por parte de funcionarios del Estado que han venido participando en la comisión de delitos porque les han negado de manera sistemática el derecho al acceso a la justicia, a la salud y a la educación entre otros.
A parte del despojo material del que fueron víctimas en el que perdieron sus tierras y bienes, aseguran que fueron despojados de su cultura y sus costumbres al ser desplazados a diversos lugares del país y al exterior.
“Por seguridad no quiero revelar adónde nos hemos tenido que ir, pero nos hemos expandido, hemos tenido una división total y ya existen nuevas generaciones que son influenciadas por la cultura occidental. Cultural y socialmente se está exterminando una cultura, esa es la gravedad del caso de la comunidad de Houluy”.
Según la líder Wayúu, aunque están inscritos en el proceso de restitución de tierras, no guardan ningún tipo de esperanza, debido a que no ha habido ninguna atención oficial a las víctimas referente a la restitución de tierras en La Guajira.
Sin embargo, afirma que hay otros procesos paralelos que pueden llegar a esa restitución de tierras como el Decreto Ley 4633 de 2011. “El proceso de restitución, se ha enfocado más que todo para posicionar a esos campesinos, pero es una posesión aparente, porque detrás de esos campesinos hay unos “dueños poderosos” que tienen vínculo con el narcotráfico y que manejan la política y el tráfico de influencia dentro de la misma institucionalidad. Es bastante crítico y triste para nosotros como comunidades indígenas”, asegura.
*El nombre fue cambiado a solicitud de la entrevistada
El decreto Ley 4633 de 2011
A partir del 2012 entró en vigencia una nueva pieza jurídica que busca generar un marco legal e institucional de la política pública de atención integral, protección, reparación integral y restitución de derechos territoriales para los pueblos y comunidades indígenas como sujetos colectivos y a sus integrantes individualmente considerados.
El decreto Ley 4633 de 2011 reconoce la Ley de Origen, el Derecho Mayor y el Derecho Propio, que repara daños culturales y al territorio, y se compromete con medidas integrales y colectivas para la pervivencia de los pueblos indígenas. Esta es la herramienta en la que muchos pueblos indígenas como el Wayyú, tienen centradas sus esperanzas.
Iraima, es una indígena Wayúu que hace parte de losdesplazados que intentan recuperar el territorio ancestral Houluy, ubicado en inmediaciones de Maicao,
Iraima, es una indígena Wayúu que hace parte de losdesplazados que intentan recuperar el territorio ancestral Houluy, ubicado en inmediaciones de Maicao, La Guajira, luego de ser despojados de 776 hectáreas de tierras, que dejó como saldo 14 muertos y más de 150 indígenas desplazados pertenecientes a las familias de los clanes Uriana e Ipuana.
La líder indígena quien participó en un encuentro de víctimas en Valledupar, habló en exclusiva con El Pilón sobre el proceso de restitución de tierras, las amenazas que han recibido y el despojo del que fueron víctimas.
“Nosotros estamos amenazados, las autoridades naturales del territorio están amenazadas y las lideresas también estamos enfrentando esa situación, pero el temor no es solo por los grupos armados, sino por los intereses que hay detrás de esos grupos”, asegura.
Pese a que hay muchos motivos para que nos despojaran de estas tierras que son de gran valor espiritual para nosotros porque son territorios ancestrales, creemos que las verdaderas motivaciones se ciernen en el hecho de que estas tierras son actas para la explotación minera, dice.
Según la líder indígena, la situación es preocupante porque la invasión aumenta cada día, y quienes lo invaden son supuestamente campesinos y se ha presentado venta sobre venta, una pirámide sobre el territorio y de escritura sobre escritura.
Según el INCODER, a nivel nacional, las escrituras legales son unas que datan de 1995, hay otras que son del año 2005, 2006 y 2007 anterior a la invasión que se produjo en el año 2008. Ahora quieren sacar otras escrituras supuestamente paraunos campesinos que nunca han pertenecido a ese territorio, explicó.
Denunció que han sido revictimizados por parte de funcionarios del Estado que han venido participando en la comisión de delitos porque les han negado de manera sistemática el derecho al acceso a la justicia, a la salud y a la educación entre otros.
A parte del despojo material del que fueron víctimas en el que perdieron sus tierras y bienes, aseguran que fueron despojados de su cultura y sus costumbres al ser desplazados a diversos lugares del país y al exterior.
“Por seguridad no quiero revelar adónde nos hemos tenido que ir, pero nos hemos expandido, hemos tenido una división total y ya existen nuevas generaciones que son influenciadas por la cultura occidental. Cultural y socialmente se está exterminando una cultura, esa es la gravedad del caso de la comunidad de Houluy”.
Según la líder Wayúu, aunque están inscritos en el proceso de restitución de tierras, no guardan ningún tipo de esperanza, debido a que no ha habido ninguna atención oficial a las víctimas referente a la restitución de tierras en La Guajira.
Sin embargo, afirma que hay otros procesos paralelos que pueden llegar a esa restitución de tierras como el Decreto Ley 4633 de 2011. “El proceso de restitución, se ha enfocado más que todo para posicionar a esos campesinos, pero es una posesión aparente, porque detrás de esos campesinos hay unos “dueños poderosos” que tienen vínculo con el narcotráfico y que manejan la política y el tráfico de influencia dentro de la misma institucionalidad. Es bastante crítico y triste para nosotros como comunidades indígenas”, asegura.
*El nombre fue cambiado a solicitud de la entrevistada
El decreto Ley 4633 de 2011
A partir del 2012 entró en vigencia una nueva pieza jurídica que busca generar un marco legal e institucional de la política pública de atención integral, protección, reparación integral y restitución de derechos territoriales para los pueblos y comunidades indígenas como sujetos colectivos y a sus integrantes individualmente considerados.
El decreto Ley 4633 de 2011 reconoce la Ley de Origen, el Derecho Mayor y el Derecho Propio, que repara daños culturales y al territorio, y se compromete con medidas integrales y colectivas para la pervivencia de los pueblos indígenas. Esta es la herramienta en la que muchos pueblos indígenas como el Wayyú, tienen centradas sus esperanzas.