Por Imelda Daza Cotes

La Cumbre europea de Jefes de Estado y de Gobierno acaba de aprobar el nuevo marco para el Presupuesto de la Unión Europea 2014-2020 con una baja del 3% con respecto al vigente 2007-2013 e inferior al proyectado inicialmente. Es un presupuesto que aunque aceptado por todos, no garantiza la estabilidad, no facilita la superación de la crisis ni del paro juvenil porque está diseñado sobre una reducción gradual anual, con fondos centralizados y  menos transferencias fiscales entre países y eso va en contravía de la necesaria cohesión territorial y económica

Para compensar la “desunión” se ajustaron algunas partidas para promover la competitividad, el crecimiento económico y el empleo. La estrategia ha sido denominada crecimiento inteligente e inclusivo y aunque comprende el incremento de recursos para la investigación los condiciona a los planes macroeconómicos. Es decir, la destinación de estos fondos estará ligada a los intereses de los países fuertes, Alemania y Reino Unido. Un fondo muy castigado es el ligado al crecimiento sostenible y recursos naturales pese a lo acordado y prometido en Foros Internacionales y en acuerdos entre países como el reciente entre CELAC-UE. Esto último significa una menor influencia de Francia y afecta a los países mediterráneos que han padecido la crisis con mayor rigor

En las negociaciones presupuestarias hay ganadores y perdedores, no tanto en terminos económicos como políticos. Merkel partidaria de la austeridad y de los recortes se muestra complacida, sin mirar la bomba de tiempo que representan 26 millones de desempleados en Europa; Camerún caracterizado euroesceptico ahora aliado con los daneses, suecos y holandeses se mostró satisfecho en la creencia de que es posible tener “más Europa” con “menos euros” . Nada jubiloso está Hollande partidario de un presupuesto ambicioso que favoreciera el crecimiento y la generación de empleo

Todo lo anterior está generando un clima de desconcierto e inestabilidad en la UE por cuanto una menor presión por la cohesión territorial puede traducirse en inestabilidad política, mayor desgobierno en Italia y Grecia y quizás estimule ciertos independentismos(Cataluña en España)

Lo que sigue es la discusión de este Presupuesto en el Parlamento Europeo donde debe ser aprobado por mayoría absoluta. Desde ya socialistas, verdes y algunos liberales advierten su rechazo al Acuerdo, no tanto por las cifras, que pesan poco en los presupuestos de cada país, sino por las implicaciones políticas. Han primado los egoismos nacionalistas y ha flaqueado la unión política, argumentan. Tambien se escuchan voces contra el “deficit democrático” en las instituciones europeas y de “golpe de Estado tecnocrático” cuando el Banco Central Europeo asumió el control de países en crisis sin que la situación haya mejorado, por el contrario la pobreza y los males asociados a ella crecen sin cesar  

Pero los europeos se disponen a reemprender la lucha por una nueva primavera. Circula una convocatoria a una Cumbre popular en Bruselas, en marzo. Algunas consignas son: exigir una auditoría popular a la deuda, eliminar los acuerdos de austeridad y los recortes, desconocer la Troika, recuperar empleos para los despedidos, reglamentar los mercados financieros y promover una transición ecológica

Mientras tanto en España continúan las protestas y las manifestaciones en muchas ciudades; son marchas constantes y multitudinarias contra el gobierno. Es el país donde el pueblo ha desarrollado los más eficaces mecanismos de convocatoria; la gente acude masivamente. Despues de casi dos años de constantes protestas incluidas dos huelgas generales, nada ha cambiado y el gobierno persiste en las medidas de austeridad que castigan a los de abajo. Sin embargo, la gente insiste y persiste en sus demandas. No se cansan. A la crisis económica se agregan graves escándalos de corrupción que implican al partido de gobierno por un lado y a la casa real por otro. Y hasta ahora ningún organismo internacional, ni la UE, ni la OEA,  ni ningún otro país le ha pedido a Rajoy que dimita, nadie ha hablado de apoyar a los rebeldes que protestan ni han propuesto intervenir el país. Cabe la pregunta: ¿Cómo reaccionarían esos organismos si estas protestas se dieran en Argentina o Bolivia? Seguramente ya los “demócratas” hubieran propuesto apoyar a los rebeldes o preparar una intervención armada para obligar al presidente a dimitir. Lejos estamos de un orden justo