Hoy quiero compartir acerca de la importancia de arraigar en nuestro corazón la concientización de nuestro destino. Creo que Dios nos equipó para vivir en victoria,
Por Valerio Mejía Araujo
“Porque cuáles son sus pensamientos íntimos, tal es él… ” Proverbios 23:7
Hoy quiero compartir acerca de la importancia de arraigar en nuestro corazón la concientización de nuestro destino. Creo que Dios nos equipó para vivir en victoria, no simplemente para abrirnos paso entre las marañas de la vida, sino para ser libres y establecer el dominio de Dios a nuestro alrededor.
Sin embargo, es nuestra responsabilidad usar aquellas herramientas que Dios nos ha confiado para poder mantenernos en pie ante las circunstancias de la vida. La mejor opción de vida, está frente a nosotros: Caminar hacia un destino promisorio y lleno de buenos frutos. Caminar en un lugar de favor. Trabajar lado a lado con Dios y ayudar a escribir la historia con la valentía y gallardía propia de los hijos de Dios.
En estas épocas de disolución y conflictos, es menester ser fuertes y tener mucho coraje. Es un momento donde el coraje y la fe se hacen muy necesarios, y no solamente porque sea una época oscura, sino por las promesas del dominio de Dios que están suspendidas sobre su pueblo, a la espera de que alguien las vea, las crea y pueda decir: ¡Sí, las recibo para mí!
Vivir en victoria requiere de aliento. Y a veces el único que puede alentarnos somos nosotros mismos. No saber cómo fortalecernos a nosotros mismos, es una gran debilidad. Aprender a fortalecernos a nosotros mismos, a levantarnos de las cenizas, a recuperarnos de los fracaso, a comenzar siempre de nuevo, son la clave del ascenso y la victoria permanente.
Cuando aprendamos a fortalecernos a nosotros mismos y a convertir nuestros peores momentos, en oportunidades de superación y en motivos para la búsqueda de Dios, alcanzaremos nuestro destino, cumpliremos nuestros sueños y nos transformaremos en el tipo de personas que Dios quiere que seamos.
La habilidad de fortalecernos a nosotros mismos es una aptitud vital que debemos aprender si vamos a desarrollar el carácter necesario para desempeñar nuestro potencial como personas exitosas.
Cada uno de nosotros tiene un destino que cumplir en una posición desde la cual influenciamos a los que nos rodean.
Tendremos tamaños y esferas de influencia diferentes, pero somos llamados a dejar huellas de nuestro liderazgo en la sociedad, sirviendo a los demás con efectividad y ofreciendo seguridad y bendición a todos los que estén a nuestro alrededor.
Amados lectores: Tal vez la cualidad que más debe distinguir a un líder es la iniciativa. Les animo a tener la iniciativa de buscar a Dios en el lugar secreto. Quienes buscan el rostro de Dios, cuando no hay nadie cerca y ninguna amenaza alrededor, serán personas que posean la iniciativa de fortalecerse a sí mismas. Si aprendemos a mantener la iniciativa de procurar a Dios fortaleciéndonos durante las pruebas, experimentaremos logros personales y liberaremos bendición a los que nos rodean.
Debemos aprender a fortalecernos a nosotros mismos por medio de Dios para desarrollar nuestras habilidades espirituales y promover la longevidad espiritual, porque nuestro destino y nuestro potencial no pueden lograrse en unos pocos años, sino que se extiende hasta el fin de nuestros días aquí en la tierra. Esto implica que nuestros estilos de vida estén enfocados en servir, amar y apoyar a otros, pero habrá ocasiones en las que por el bien de madurar y aumentar en el favor para poder bendecir a otros, tengamos que atravesar dificultades solos. La manera cómo enfrentemos esos momentos, mostrará la fortaleza de nuestro interior. ¡Así que ánimo, la victoria es nuestra!
Oremos juntos: “Querido Dios, gracias por la victoria que Jesús compró para mí en la cruz. Ayúdame a fortalecerme cada día en ti. Amén”.
Recuerda: Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Saludos y muchas bendiciones…
Hoy quiero compartir acerca de la importancia de arraigar en nuestro corazón la concientización de nuestro destino. Creo que Dios nos equipó para vivir en victoria,
Por Valerio Mejía Araujo
“Porque cuáles son sus pensamientos íntimos, tal es él… ” Proverbios 23:7
Hoy quiero compartir acerca de la importancia de arraigar en nuestro corazón la concientización de nuestro destino. Creo que Dios nos equipó para vivir en victoria, no simplemente para abrirnos paso entre las marañas de la vida, sino para ser libres y establecer el dominio de Dios a nuestro alrededor.
Sin embargo, es nuestra responsabilidad usar aquellas herramientas que Dios nos ha confiado para poder mantenernos en pie ante las circunstancias de la vida. La mejor opción de vida, está frente a nosotros: Caminar hacia un destino promisorio y lleno de buenos frutos. Caminar en un lugar de favor. Trabajar lado a lado con Dios y ayudar a escribir la historia con la valentía y gallardía propia de los hijos de Dios.
En estas épocas de disolución y conflictos, es menester ser fuertes y tener mucho coraje. Es un momento donde el coraje y la fe se hacen muy necesarios, y no solamente porque sea una época oscura, sino por las promesas del dominio de Dios que están suspendidas sobre su pueblo, a la espera de que alguien las vea, las crea y pueda decir: ¡Sí, las recibo para mí!
Vivir en victoria requiere de aliento. Y a veces el único que puede alentarnos somos nosotros mismos. No saber cómo fortalecernos a nosotros mismos, es una gran debilidad. Aprender a fortalecernos a nosotros mismos, a levantarnos de las cenizas, a recuperarnos de los fracaso, a comenzar siempre de nuevo, son la clave del ascenso y la victoria permanente.
Cuando aprendamos a fortalecernos a nosotros mismos y a convertir nuestros peores momentos, en oportunidades de superación y en motivos para la búsqueda de Dios, alcanzaremos nuestro destino, cumpliremos nuestros sueños y nos transformaremos en el tipo de personas que Dios quiere que seamos.
La habilidad de fortalecernos a nosotros mismos es una aptitud vital que debemos aprender si vamos a desarrollar el carácter necesario para desempeñar nuestro potencial como personas exitosas.
Cada uno de nosotros tiene un destino que cumplir en una posición desde la cual influenciamos a los que nos rodean.
Tendremos tamaños y esferas de influencia diferentes, pero somos llamados a dejar huellas de nuestro liderazgo en la sociedad, sirviendo a los demás con efectividad y ofreciendo seguridad y bendición a todos los que estén a nuestro alrededor.
Amados lectores: Tal vez la cualidad que más debe distinguir a un líder es la iniciativa. Les animo a tener la iniciativa de buscar a Dios en el lugar secreto. Quienes buscan el rostro de Dios, cuando no hay nadie cerca y ninguna amenaza alrededor, serán personas que posean la iniciativa de fortalecerse a sí mismas. Si aprendemos a mantener la iniciativa de procurar a Dios fortaleciéndonos durante las pruebas, experimentaremos logros personales y liberaremos bendición a los que nos rodean.
Debemos aprender a fortalecernos a nosotros mismos por medio de Dios para desarrollar nuestras habilidades espirituales y promover la longevidad espiritual, porque nuestro destino y nuestro potencial no pueden lograrse en unos pocos años, sino que se extiende hasta el fin de nuestros días aquí en la tierra. Esto implica que nuestros estilos de vida estén enfocados en servir, amar y apoyar a otros, pero habrá ocasiones en las que por el bien de madurar y aumentar en el favor para poder bendecir a otros, tengamos que atravesar dificultades solos. La manera cómo enfrentemos esos momentos, mostrará la fortaleza de nuestro interior. ¡Así que ánimo, la victoria es nuestra!
Oremos juntos: “Querido Dios, gracias por la victoria que Jesús compró para mí en la cruz. Ayúdame a fortalecerme cada día en ti. Amén”.
Recuerda: Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Saludos y muchas bendiciones…