Por Hernán Maestre Martínez Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego. Como quiera que nos mantenga preocupados el tema de la provisión […]
Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego.
Como quiera que nos mantenga preocupados el tema de la provisión del agua, continuamos en esta columna hablando del líquido de la vida.
Ya conocemos de muchos conflictos por el acceso al agua y una de las situaciones críticas por ejemplo, se presenta y se presentará en la franja de Gaza y Cisjordania, donde algunas cifras nos indican que hay solo 145 m3 de agua por persona anualmente frente a los mil m3 que calculan los expertos se necesitan para mantener un buen estándar de vida.
De hecho algunos expertos vaticinan que la escasez del líquido será la causa de batallas y guerras entre los países en un futuro. En el noreste de África ya se han dado feroces competencias por las aguas del Nilo. De acuerdo con el Instituto de Manejo de Irrigación Internacional, si los índices de escasez de agua siguen aumentando al ritmo actual muy pronto se registrará también una disminución de un 10% de la producción de alimentos a nivel mundial. Más del 40% de los cultivos del Planeta necesitan irrigación, lo que lleva a pensar que nuestro mundo no sólo estará sediento para el 2025 sino también hambriento sin descartar las consecuencias en la salud humana y el ecosistema natural.
La cantidad de agua que hay en la Tierra alcanza los 1385 millones de Km3. Sin embargo, menos del 3% de esta cantidad es de agua dulce y la mayor parte de esta última es difícil de aprovechar por encontrarse en los casquetes polares y a grandes profundidades.
El agua dulce superficial apenas alcanza el 0,3% del agua dulce total. La dotación renovable de agua dulce en el mundo se estima en 47 mil Km3al año, cifra que representaba en 1992 una dotación cercana a los 7.400 M3por habitante al año. Estos 47 mil Km3forman escurrimientos y únicamente quedan cerca de 14 mil por año como fuente de abastecimiento relativamente estable.
Es indudable que estas cifras dejan ver que la situación del agua dulce superficial en el mundo corresponde a un panorama de escasez. Se está llegando a un punto tal que el agua está constituyéndose en un factor limitante del desarrollo sustentable de muchas naciones.
Colombia por su ubicación geográfica y sus condiciones de relieve, tiene una precipitación media anual de 3.000 milímetros, lo que representa una abundancia significativa de recursos hídricos, si se compara con el promedio mundial de precipitación que se encuentra alrededor de los 900 milímetros y en el de Sudamérica que está cerca de los 1.600 milímetros.
En Colombia en el manejo integral del agua nos afecta muchísimo es el cambio negativo del régimen hídrico ya que la población ubicada mayoritariamente en zonas de alta y media montaña genera cambios negativos en el comportamiento del régimen hídrico natural, debido a los sistemas hídricos no sostenibles. Además de las condiciones naturales, la población, los sistemas de producción / consumo y la tecnología en uso son factores que, en su conjunto, propician las condiciones de alteración de la calidad del recurso hídrico.
La calidad del recurso hídrico en nuestro país, se afecta en particular, por la modificación de la cobertura vegetal y la explotación minera, al generar mayores volúmenes de sedimentos que se integran al flujo del agua. También son factores importantes los sistemas de producción agropecuaria e industrial que incorporan contaminantes a los cuerpos de agua y las aguas servidas de la población.
* Especialista en Gestión Ambiental
Los puntos de vista aquí expresados son del autor y no representan ni pueden atribuirse a la entidad para la cual trabaja.
Por Hernán Maestre Martínez Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego. Como quiera que nos mantenga preocupados el tema de la provisión […]
Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego.
Como quiera que nos mantenga preocupados el tema de la provisión del agua, continuamos en esta columna hablando del líquido de la vida.
Ya conocemos de muchos conflictos por el acceso al agua y una de las situaciones críticas por ejemplo, se presenta y se presentará en la franja de Gaza y Cisjordania, donde algunas cifras nos indican que hay solo 145 m3 de agua por persona anualmente frente a los mil m3 que calculan los expertos se necesitan para mantener un buen estándar de vida.
De hecho algunos expertos vaticinan que la escasez del líquido será la causa de batallas y guerras entre los países en un futuro. En el noreste de África ya se han dado feroces competencias por las aguas del Nilo. De acuerdo con el Instituto de Manejo de Irrigación Internacional, si los índices de escasez de agua siguen aumentando al ritmo actual muy pronto se registrará también una disminución de un 10% de la producción de alimentos a nivel mundial. Más del 40% de los cultivos del Planeta necesitan irrigación, lo que lleva a pensar que nuestro mundo no sólo estará sediento para el 2025 sino también hambriento sin descartar las consecuencias en la salud humana y el ecosistema natural.
La cantidad de agua que hay en la Tierra alcanza los 1385 millones de Km3. Sin embargo, menos del 3% de esta cantidad es de agua dulce y la mayor parte de esta última es difícil de aprovechar por encontrarse en los casquetes polares y a grandes profundidades.
El agua dulce superficial apenas alcanza el 0,3% del agua dulce total. La dotación renovable de agua dulce en el mundo se estima en 47 mil Km3al año, cifra que representaba en 1992 una dotación cercana a los 7.400 M3por habitante al año. Estos 47 mil Km3forman escurrimientos y únicamente quedan cerca de 14 mil por año como fuente de abastecimiento relativamente estable.
Es indudable que estas cifras dejan ver que la situación del agua dulce superficial en el mundo corresponde a un panorama de escasez. Se está llegando a un punto tal que el agua está constituyéndose en un factor limitante del desarrollo sustentable de muchas naciones.
Colombia por su ubicación geográfica y sus condiciones de relieve, tiene una precipitación media anual de 3.000 milímetros, lo que representa una abundancia significativa de recursos hídricos, si se compara con el promedio mundial de precipitación que se encuentra alrededor de los 900 milímetros y en el de Sudamérica que está cerca de los 1.600 milímetros.
En Colombia en el manejo integral del agua nos afecta muchísimo es el cambio negativo del régimen hídrico ya que la población ubicada mayoritariamente en zonas de alta y media montaña genera cambios negativos en el comportamiento del régimen hídrico natural, debido a los sistemas hídricos no sostenibles. Además de las condiciones naturales, la población, los sistemas de producción / consumo y la tecnología en uso son factores que, en su conjunto, propician las condiciones de alteración de la calidad del recurso hídrico.
La calidad del recurso hídrico en nuestro país, se afecta en particular, por la modificación de la cobertura vegetal y la explotación minera, al generar mayores volúmenes de sedimentos que se integran al flujo del agua. También son factores importantes los sistemas de producción agropecuaria e industrial que incorporan contaminantes a los cuerpos de agua y las aguas servidas de la población.
* Especialista en Gestión Ambiental
Los puntos de vista aquí expresados son del autor y no representan ni pueden atribuirse a la entidad para la cual trabaja.