P E R I S C O P I O Por: Jaime Gnecco Hernandez Bueno, como diría mi padre, “ ya llegó el corte a la orilla.” En Colombia, hoy es día de definiciones, de tomar determinaciones y de fijarle un rumbo nuevo al país y se supone que eso lo conseguiremos a través del […]
P E R I S C O P I O
Por: Jaime Gnecco Hernandez
Bueno, como diría mi padre, “ ya llegó el corte a la orilla.” En Colombia, hoy es día de definiciones, de tomar determinaciones y de fijarle un rumbo nuevo al país y se supone que eso lo conseguiremos a través del voto, si es que éste interpreta y representa el deseo auténtico de los electores y electoras, porque si de nuevo volvemos a las andadas del fraude electoral o el trasvaceo de unos votos por otros, no habremos avanzado nada. Queremos confiar en la imparcialidad y transparencia de los funcionarios electorales, pero como siempre, el diablo puede meter la cola y dar al traste con las mejores intenciones; hemos sido testigos y víctimas de tropelías que nos llevan a desconfiar.
El país debe decidir hoy si quiere seguir con el endiosamiento de los poderosos como clímax del culto a la personalidad o con la austeridad e imparcialidad republicanas que premia y reconoce lo bueno o benéfico y que condena y castiga lo malo o perjudicial para la mayoría, ya que privilegia a los poderosos y circundantes del gobierno en detrimento de los que verdaderamente necesitan de la ayuda estatal que son la gran mayoría. En suma, hoy se trata de escoger entre un gobierno elitista que cínicamente se apodera de todo para sus familiares y obsecuentes mientras deja en la orfandad y convertidos en parias a los que no comparten su egoísmo y arbitrariedad. Adoran al becerro de oro y desprecian al pueblo de Moisés, igual como en la Biblia.
Lo que más anhela y necesita el país es la Paz,y está ya demostrado que los que hoy día gobiernan no la quieren, por lo que sería antipatriótico seguir respaldándolos después de habernos salvado todos ahí sí de una verdadera hecatombe si la Corte Constitucional no hubiera fallado en estricto derecho y pensando en la tranquilidad del país y sus moradores el adefesio que significaban las paparruchadas y demostraciones de mala fe que contenía el malhadado referendo en buena hora sepultado. Estaban listos para darle el zarpazo traicionero al país, pero la Corte demostró que hay “luz en la poterna y guardián de la heredad”. El país, emocionado, agradece.
Claro que nunca falta el “lambón mayor” que aún, a última hora, quiere demostrar su incondicionalidad abyecta, y lo hace proponiendo como vicepresidente de Santos, a Uribe Vélez, convencido que Santos será presidente, deseándole a éste, por supuesto, algún “accidente” en sus primeros seis meses de gobierno. Por qué los uribistas quieren saltarse todas las leyes a la torera? Por qué siempre quieren irse por la trocha habiendo camino legal y expedito? Ya constitucionalistas han expresado que Uribe no puede volver jamás a ser presidente. Palabra de Dios; te alabamos, Señor.
Claro que hoy no votaremos para presidente, sino para escoger los congresistas que respaldarán o se opondrán al nuevo jefe del gobierno, por lo que hay que tener mucho tino para saber a quién se vota: a aquellos mercachifles que como Judas entregan a su pueblo por unas monedas, ni pensar en ellos, a los que tienen antecedentes penales o mantuvieron relaciones estrechas con la corrupción, o con los prefijos “narco” y “para” y son investigados por alguna de las “ías”, déjelos de lado pues seguro reincidirán, a los que sin preparación quieren solucionar su “modus vivendi”, olvidándose de quienes los alzaron hasta allá, olvidémoslos desde ya, a los mudos que creen que el silencio es más elocuente que la palabra y que además carecen del coraje para afrontar situaciones adversas, absténgase, a los que sabemos que no tienen ideas para presentar un proyecto de ley ni cómo sustentarlo, rádielo, busque en sus candidatos las virtudes, no los defectos, lo positivo, no lo negativo, piense que nadie es completamente negativo y escoja el menos malo, pero vote, hágase sentir, si lo irrespetan ofreciéndole dinero, acéptelo y vote por quien quiera, sólo así, gastando la plata y no obteniendo el voto, aprenderán que Ud. es un hombre libre y que pierden el tiempo y la plata, porque los hombres libres no se dejan avasallar.
Y una vez más, y ésta es la última, lo que ya sabemos: votaremos para el Senado y Ud, ya sabe por qué, por Piedad Córdoba con el logo del Partido Liberal y el número 100, el último; para la Cámara, sólo donde dice Voto en Blanco, que también es el último, por la Región Caribe, un Sí con satisfacción y cariño, y por primera vez, se escogerán nuestros representantes ante el Parlamento Andino con voto popular directo ,ya que antes era digitado por el Congreso, la más opcionada para el cargo por su dedicación y preparación en el tema es Jenny Torres, con el número 501.Ella es.
P E R I S C O P I O Por: Jaime Gnecco Hernandez Bueno, como diría mi padre, “ ya llegó el corte a la orilla.” En Colombia, hoy es día de definiciones, de tomar determinaciones y de fijarle un rumbo nuevo al país y se supone que eso lo conseguiremos a través del […]
P E R I S C O P I O
Por: Jaime Gnecco Hernandez
Bueno, como diría mi padre, “ ya llegó el corte a la orilla.” En Colombia, hoy es día de definiciones, de tomar determinaciones y de fijarle un rumbo nuevo al país y se supone que eso lo conseguiremos a través del voto, si es que éste interpreta y representa el deseo auténtico de los electores y electoras, porque si de nuevo volvemos a las andadas del fraude electoral o el trasvaceo de unos votos por otros, no habremos avanzado nada. Queremos confiar en la imparcialidad y transparencia de los funcionarios electorales, pero como siempre, el diablo puede meter la cola y dar al traste con las mejores intenciones; hemos sido testigos y víctimas de tropelías que nos llevan a desconfiar.
El país debe decidir hoy si quiere seguir con el endiosamiento de los poderosos como clímax del culto a la personalidad o con la austeridad e imparcialidad republicanas que premia y reconoce lo bueno o benéfico y que condena y castiga lo malo o perjudicial para la mayoría, ya que privilegia a los poderosos y circundantes del gobierno en detrimento de los que verdaderamente necesitan de la ayuda estatal que son la gran mayoría. En suma, hoy se trata de escoger entre un gobierno elitista que cínicamente se apodera de todo para sus familiares y obsecuentes mientras deja en la orfandad y convertidos en parias a los que no comparten su egoísmo y arbitrariedad. Adoran al becerro de oro y desprecian al pueblo de Moisés, igual como en la Biblia.
Lo que más anhela y necesita el país es la Paz,y está ya demostrado que los que hoy día gobiernan no la quieren, por lo que sería antipatriótico seguir respaldándolos después de habernos salvado todos ahí sí de una verdadera hecatombe si la Corte Constitucional no hubiera fallado en estricto derecho y pensando en la tranquilidad del país y sus moradores el adefesio que significaban las paparruchadas y demostraciones de mala fe que contenía el malhadado referendo en buena hora sepultado. Estaban listos para darle el zarpazo traicionero al país, pero la Corte demostró que hay “luz en la poterna y guardián de la heredad”. El país, emocionado, agradece.
Claro que nunca falta el “lambón mayor” que aún, a última hora, quiere demostrar su incondicionalidad abyecta, y lo hace proponiendo como vicepresidente de Santos, a Uribe Vélez, convencido que Santos será presidente, deseándole a éste, por supuesto, algún “accidente” en sus primeros seis meses de gobierno. Por qué los uribistas quieren saltarse todas las leyes a la torera? Por qué siempre quieren irse por la trocha habiendo camino legal y expedito? Ya constitucionalistas han expresado que Uribe no puede volver jamás a ser presidente. Palabra de Dios; te alabamos, Señor.
Claro que hoy no votaremos para presidente, sino para escoger los congresistas que respaldarán o se opondrán al nuevo jefe del gobierno, por lo que hay que tener mucho tino para saber a quién se vota: a aquellos mercachifles que como Judas entregan a su pueblo por unas monedas, ni pensar en ellos, a los que tienen antecedentes penales o mantuvieron relaciones estrechas con la corrupción, o con los prefijos “narco” y “para” y son investigados por alguna de las “ías”, déjelos de lado pues seguro reincidirán, a los que sin preparación quieren solucionar su “modus vivendi”, olvidándose de quienes los alzaron hasta allá, olvidémoslos desde ya, a los mudos que creen que el silencio es más elocuente que la palabra y que además carecen del coraje para afrontar situaciones adversas, absténgase, a los que sabemos que no tienen ideas para presentar un proyecto de ley ni cómo sustentarlo, rádielo, busque en sus candidatos las virtudes, no los defectos, lo positivo, no lo negativo, piense que nadie es completamente negativo y escoja el menos malo, pero vote, hágase sentir, si lo irrespetan ofreciéndole dinero, acéptelo y vote por quien quiera, sólo así, gastando la plata y no obteniendo el voto, aprenderán que Ud. es un hombre libre y que pierden el tiempo y la plata, porque los hombres libres no se dejan avasallar.
Y una vez más, y ésta es la última, lo que ya sabemos: votaremos para el Senado y Ud, ya sabe por qué, por Piedad Córdoba con el logo del Partido Liberal y el número 100, el último; para la Cámara, sólo donde dice Voto en Blanco, que también es el último, por la Región Caribe, un Sí con satisfacción y cariño, y por primera vez, se escogerán nuestros representantes ante el Parlamento Andino con voto popular directo ,ya que antes era digitado por el Congreso, la más opcionada para el cargo por su dedicación y preparación en el tema es Jenny Torres, con el número 501.Ella es.