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Editorial - 12 enero, 2013

La eterna 44

Más de tres años ha tenido que esperar la comunidad de la famosa calle 44 de Valledupar para que su recuperación sea total. Luego de superar diferencias políticas entre gobernantes, fue reconstruida con recursos de regalías por el orden de los $15.458 millones

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Más de tres años ha tenido que esperar la comunidad de la famosa calle 44 de Valledupar para que su recuperación sea total. Luego de superar diferencias políticas entre gobernantes, fue reconstruida con recursos de regalías por el orden de los $15.458 millones, cuya obra fue adjudicada al Consorcio Vías Valledupar, conformado por Mejía Villegas Constructores y Eduardo Cayón Márquez, a través de un contrato que inició el 27 de diciembre de 2010, que debía culminar en diciembre del 2011.

Desde un inició la misma comunidad, incluso los contratistas, hicieron observaciones por la no planeación de obras complementarias, como andenes, ciclorutas, iluminación, bancas, entre otras.

Los $15 mil millones con los que se construyó la 44 fueron aportados en su totalidad por la Gobernación del Cesar, y más adelante la Alcaldía de Valledupar solicitó al gobierno departamental adicionar recursos a este contrato para culminar con las obras que faltaban. Sin embargo, esto no pasó y hoy, dos años después de su inicio (este contrato permaneció suspendido durante el 2012), anuncia la misma administración departamental la terminación de estas obras, con la adición al mismo contrato de $5.600 millones, incluyendo la interventoría, para construir andenes  y separadores revestidos en adoquín, bordillos, ciclorrutas, iluminación y señalización en los 2.200 metros de longitud de la avenida.

Es una buena noticia. Primero porque se termina una obra de tanto impacto para la ciudad, y segundo, porque reduce el peligro de accidentes en esta vía, por donde transitan principalmente vehículos de carga y pasajeros.

Sin embargo, EL PILÓN llama la atención urgentemente sobre el manejo de aguas lluvias en esta vía, que ya en inviernos anteriores demostró  que es un verdadero problema, mientras no se construya el colector número ocho, que tiene una capacidad para recoger o transportar nueve metros cúbicos de agua por segundo, que serían evacuados a través de este canal en construcción y luego depositados en el canal abierto del barrio San Fernando.

 Al Obelisco del Terminal de Transportes llegan en invierno 42 metros cúbicos por segundo de agua, lo que significa que quedarán 33 metros cúbicos sin atender, desbordándose la capacidad del canal y convirtiendo la vía a La Paz en el canal de aguas lluvias exterior, lo que ha venido generando múltiples problemas de acceso a la ciudad cuando llueve y de inundación en los barrios Los Milagros y Panamá.

Por lo pronto, ojalá que las obras faltantes se construyan sin escatimar esfuerzos ni recursos para que ésta sea una vía digna de mostrar, y la comunidad aledaña a la 44 asuma nuevamente su rol de veedores naturales de las obras, como lo hicieron desde un inicio, pues finalmente serán los habitantes de esta zona los primeros beneficiados con éstas.

 

Editorial
12 enero, 2013

La eterna 44

Más de tres años ha tenido que esperar la comunidad de la famosa calle 44 de Valledupar para que su recuperación sea total. Luego de superar diferencias políticas entre gobernantes, fue reconstruida con recursos de regalías por el orden de los $15.458 millones


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Más de tres años ha tenido que esperar la comunidad de la famosa calle 44 de Valledupar para que su recuperación sea total. Luego de superar diferencias políticas entre gobernantes, fue reconstruida con recursos de regalías por el orden de los $15.458 millones, cuya obra fue adjudicada al Consorcio Vías Valledupar, conformado por Mejía Villegas Constructores y Eduardo Cayón Márquez, a través de un contrato que inició el 27 de diciembre de 2010, que debía culminar en diciembre del 2011.

Desde un inició la misma comunidad, incluso los contratistas, hicieron observaciones por la no planeación de obras complementarias, como andenes, ciclorutas, iluminación, bancas, entre otras.

Los $15 mil millones con los que se construyó la 44 fueron aportados en su totalidad por la Gobernación del Cesar, y más adelante la Alcaldía de Valledupar solicitó al gobierno departamental adicionar recursos a este contrato para culminar con las obras que faltaban. Sin embargo, esto no pasó y hoy, dos años después de su inicio (este contrato permaneció suspendido durante el 2012), anuncia la misma administración departamental la terminación de estas obras, con la adición al mismo contrato de $5.600 millones, incluyendo la interventoría, para construir andenes  y separadores revestidos en adoquín, bordillos, ciclorrutas, iluminación y señalización en los 2.200 metros de longitud de la avenida.

Es una buena noticia. Primero porque se termina una obra de tanto impacto para la ciudad, y segundo, porque reduce el peligro de accidentes en esta vía, por donde transitan principalmente vehículos de carga y pasajeros.

Sin embargo, EL PILÓN llama la atención urgentemente sobre el manejo de aguas lluvias en esta vía, que ya en inviernos anteriores demostró  que es un verdadero problema, mientras no se construya el colector número ocho, que tiene una capacidad para recoger o transportar nueve metros cúbicos de agua por segundo, que serían evacuados a través de este canal en construcción y luego depositados en el canal abierto del barrio San Fernando.

 Al Obelisco del Terminal de Transportes llegan en invierno 42 metros cúbicos por segundo de agua, lo que significa que quedarán 33 metros cúbicos sin atender, desbordándose la capacidad del canal y convirtiendo la vía a La Paz en el canal de aguas lluvias exterior, lo que ha venido generando múltiples problemas de acceso a la ciudad cuando llueve y de inundación en los barrios Los Milagros y Panamá.

Por lo pronto, ojalá que las obras faltantes se construyan sin escatimar esfuerzos ni recursos para que ésta sea una vía digna de mostrar, y la comunidad aledaña a la 44 asuma nuevamente su rol de veedores naturales de las obras, como lo hicieron desde un inicio, pues finalmente serán los habitantes de esta zona los primeros beneficiados con éstas.