Que no la entreguen, ni que la inauguren, !qué la terminen! Es lo que pedimos guajiros y cesarenses, sanjuaneros, fonsequeros, barranqueros… y vallenatos, de la carretera Valledupar-San Juan después de tanto esperar. Mientras el Gobierno Nacional ha contratado recientemente $3.3 billones, así, “billones”, para las vías de la Prosperidad, ninguna de las cuales pasa por […]
Que no la entreguen, ni que la inauguren, !qué la terminen! Es lo que pedimos guajiros y cesarenses, sanjuaneros, fonsequeros, barranqueros… y vallenatos, de la carretera Valledupar-San Juan después de tanto esperar.
Mientras el Gobierno Nacional ha contratado recientemente $3.3 billones, así, “billones”, para las vías de la Prosperidad, ninguna de las cuales pasa por el Cesar o La Guajira; se aseguran más de 16 billones para las cuatro Autopistas de la Montaña en Antioquia, que incluyen 90 kilómetros de túneles; la Agencia Nacional de Infraestructura –ANI- en su programa de nuevas concesiones que denomina de nueva generación porque, entre otros elementos, minimiza los riesgos ambientales, prediales y estatales, incorpora en sus modelos una inversión privada de $44 billones en 8.000 kilómetros, de los que hay pocos por estos territorios: la troncal del carbón, San Roque -La Paz-San Juan y la variante a Valledupar (calzada de la nueva vía a La Paz); el Instituto Nacional de Vías –INVIAS- destinará en el 2013 a inversión, $6 billones, al parecer con estos se terminará la vía con una suma del orden de $20.000 millones después del pedido del alcalde de Valledupar, secundado por el gobernador y algunos congresistas del Cesar y La Guajira.
Dejamos de presente entonces, que a pesar de que la territorial del INVIAS saca razonable pecho, porque esa vía avanza y anuncia que la inaugurará o la entregará de forma simbólica, seguramente acompañada de políticos oportunistas, no importa, en realidad tendremos una participación residual en las inversiones nacionales de la gran década de la infraestructura vial, férrea y fluvial que se viene con $80 billones de aquí al 2020, principalmente en carreteras. ¿Cuánto quedará en nuestro territorio? Solo esperamos que lo poco que llegue, se maneje con transparencia. Este es el debate que hay que dar y evaluar así a nuestros representantes en las esferas del poder, para que no sigan creciendo las inequidades regionales. Recordemos cómo se benefició Córdoba y su capital Montería, tan afecta al ex presidente Uribe, con obras de todo tipo. Hay que ir para ver.
Un elemento más preocupante aún: toda esa inversión conduce, en lo institucional, a que el instituto de las concesiones, la ANI, irá desplazando al de las obras públicas, el INVIAS, aquella, supervisando las vías nacionales con mayor participación privada; y esta, concentrando en las vías remanentes de la Nación y en las terciarias en acuerdos con los municipios, los recursos del presupuesto nacional; las secundarias bajo responsabilidad departamental. Y el sector privado tiende a invertir donde hay más peajes, más carros, mayor desarrollo económico y mayor concentración de la población, en las zonas andinas, donde terminarán comercializando, al paso que van las cosas, desde vallas hasta estaciones de servicio. Y en ese círculo de riqueza que se alimenta a sí mismo, con perversos incentivos de mercado capitalista, solo quedarán a estas zonas de frontera las migajas, aunque pensemos, al no comparar y por desconocimiento, que son muchas.
¿Por qué para Valledupar es fundamental esa vía? Porque la acercará aún más a la hermana Guajira, al Cerrejón y a Venezuela. Preocupa entonces el impacto en la movilidad y en el ordenamiento territorial de Hurtado para allá y para acá; demandas de todo tipo de servicios que se generarán, pues el progreso viene acompañado de sus males también. ¿Transitarán, y bajo qué regulación, tractomulas por la ciudad?
Que no la entreguen, ni que la inauguren, !qué la terminen! Es lo que pedimos guajiros y cesarenses, sanjuaneros, fonsequeros, barranqueros… y vallenatos, de la carretera Valledupar-San Juan después de tanto esperar. Mientras el Gobierno Nacional ha contratado recientemente $3.3 billones, así, “billones”, para las vías de la Prosperidad, ninguna de las cuales pasa por […]
Que no la entreguen, ni que la inauguren, !qué la terminen! Es lo que pedimos guajiros y cesarenses, sanjuaneros, fonsequeros, barranqueros… y vallenatos, de la carretera Valledupar-San Juan después de tanto esperar.
Mientras el Gobierno Nacional ha contratado recientemente $3.3 billones, así, “billones”, para las vías de la Prosperidad, ninguna de las cuales pasa por el Cesar o La Guajira; se aseguran más de 16 billones para las cuatro Autopistas de la Montaña en Antioquia, que incluyen 90 kilómetros de túneles; la Agencia Nacional de Infraestructura –ANI- en su programa de nuevas concesiones que denomina de nueva generación porque, entre otros elementos, minimiza los riesgos ambientales, prediales y estatales, incorpora en sus modelos una inversión privada de $44 billones en 8.000 kilómetros, de los que hay pocos por estos territorios: la troncal del carbón, San Roque -La Paz-San Juan y la variante a Valledupar (calzada de la nueva vía a La Paz); el Instituto Nacional de Vías –INVIAS- destinará en el 2013 a inversión, $6 billones, al parecer con estos se terminará la vía con una suma del orden de $20.000 millones después del pedido del alcalde de Valledupar, secundado por el gobernador y algunos congresistas del Cesar y La Guajira.
Dejamos de presente entonces, que a pesar de que la territorial del INVIAS saca razonable pecho, porque esa vía avanza y anuncia que la inaugurará o la entregará de forma simbólica, seguramente acompañada de políticos oportunistas, no importa, en realidad tendremos una participación residual en las inversiones nacionales de la gran década de la infraestructura vial, férrea y fluvial que se viene con $80 billones de aquí al 2020, principalmente en carreteras. ¿Cuánto quedará en nuestro territorio? Solo esperamos que lo poco que llegue, se maneje con transparencia. Este es el debate que hay que dar y evaluar así a nuestros representantes en las esferas del poder, para que no sigan creciendo las inequidades regionales. Recordemos cómo se benefició Córdoba y su capital Montería, tan afecta al ex presidente Uribe, con obras de todo tipo. Hay que ir para ver.
Un elemento más preocupante aún: toda esa inversión conduce, en lo institucional, a que el instituto de las concesiones, la ANI, irá desplazando al de las obras públicas, el INVIAS, aquella, supervisando las vías nacionales con mayor participación privada; y esta, concentrando en las vías remanentes de la Nación y en las terciarias en acuerdos con los municipios, los recursos del presupuesto nacional; las secundarias bajo responsabilidad departamental. Y el sector privado tiende a invertir donde hay más peajes, más carros, mayor desarrollo económico y mayor concentración de la población, en las zonas andinas, donde terminarán comercializando, al paso que van las cosas, desde vallas hasta estaciones de servicio. Y en ese círculo de riqueza que se alimenta a sí mismo, con perversos incentivos de mercado capitalista, solo quedarán a estas zonas de frontera las migajas, aunque pensemos, al no comparar y por desconocimiento, que son muchas.
¿Por qué para Valledupar es fundamental esa vía? Porque la acercará aún más a la hermana Guajira, al Cerrejón y a Venezuela. Preocupa entonces el impacto en la movilidad y en el ordenamiento territorial de Hurtado para allá y para acá; demandas de todo tipo de servicios que se generarán, pues el progreso viene acompañado de sus males también. ¿Transitarán, y bajo qué regulación, tractomulas por la ciudad?