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Deportes - 3 diciembre, 2012

Al América le queda la promoción

En Cali, todavía hay rostros de hinchas desencajados que no entienden cómo un equipo de juveniles, y con un técnico prácticamente desconocido, hizo la fiesta en el Pascual Guerrero. Tras el penalti convertido por Niver Arango el silencio se instaló en el máximo escenario de la capital del Valle del Cauca. El festejo ruidoso de los jugadores de Alianza Petrolera fue lo único que se escuchó en el estadio.

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En Cali, todavía hay rostros de hinchas desencajados que no entienden cómo un equipo de juveniles, y con un técnico prácticamente desconocido, hizo la fiesta en el Pascual Guerrero.
Tras el penalti convertido por Niver Arango el silencio se instaló en el máximo escenario de la capital del Valle del Cauca. El festejo ruidoso de los jugadores de Alianza Petrolera fue lo único que se escuchó en el estadio. Al otro lado, el plantel americano, quedó contrariado por no cumplir el objetivo.

“Hay que levantar la cabeza porque tenemos  compromisos por la promoción que serán determinantes y no podemos bajar los brazos ni dejarnos caer, tenemos que renovar nuestras fuerzas para plantear los próximos partidos”, dijo Hurtado.

El plantel de América fue sacado en una tanqueta de la policía del estadio,  quienes  con  rostros inexpresivos y la  mirada confundida de muchos futbolistas,  era el  signo elocuente de que  lo que pasaba por sus mentes,  era un momento de frustración deportiva. La celebración del ascenso quedó en tristeza.

Deportes
3 diciembre, 2012

Al América le queda la promoción

En Cali, todavía hay rostros de hinchas desencajados que no entienden cómo un equipo de juveniles, y con un técnico prácticamente desconocido, hizo la fiesta en el Pascual Guerrero. Tras el penalti convertido por Niver Arango el silencio se instaló en el máximo escenario de la capital del Valle del Cauca. El festejo ruidoso de los jugadores de Alianza Petrolera fue lo único que se escuchó en el estadio.


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En Cali, todavía hay rostros de hinchas desencajados que no entienden cómo un equipo de juveniles, y con un técnico prácticamente desconocido, hizo la fiesta en el Pascual Guerrero.
Tras el penalti convertido por Niver Arango el silencio se instaló en el máximo escenario de la capital del Valle del Cauca. El festejo ruidoso de los jugadores de Alianza Petrolera fue lo único que se escuchó en el estadio. Al otro lado, el plantel americano, quedó contrariado por no cumplir el objetivo.

“Hay que levantar la cabeza porque tenemos  compromisos por la promoción que serán determinantes y no podemos bajar los brazos ni dejarnos caer, tenemos que renovar nuestras fuerzas para plantear los próximos partidos”, dijo Hurtado.

El plantel de América fue sacado en una tanqueta de la policía del estadio,  quienes  con  rostros inexpresivos y la  mirada confundida de muchos futbolistas,  era el  signo elocuente de que  lo que pasaba por sus mentes,  era un momento de frustración deportiva. La celebración del ascenso quedó en tristeza.