Por: Rodrigo López Barros ¡Qué buen programa televisivo!.Pone de presente a uno que la televisión no es un sistema de comunicación social de por sí malo, y que, por el contrario, puede ser usado para la sana diversión, información veraz y no tendenciosa, sin sensacionalismo ni afán sólo de lucro, educación y formación humana buena.La […]
Por: Rodrigo López Barros
¡Qué buen programa televisivo!.Pone de presente a uno que la televisión no es un sistema de comunicación social de por sí malo, y que, por el contrario, puede ser usado para la sana diversión, información veraz y no tendenciosa, sin sensacionalismo ni afán sólo de lucro, educación y formación humana buena.
La televisión es un medio de comunicación social que como todos los demás medios, debería estar permanentemente al servicio de todos los conciudadanos del mundo, precisamente para ayudar a hacer un mundo mejor, pues muchas veces aparenta lo contrario, siendo, por la imagen y la forma, tan persuasivo como es.
El programa “La Voz Colombia” es una excepción afortunada, alegre y feliz, ante tantas otras programaciones que escandalizan y hacen daño social, especialmente a la niñez y a la juventud limbal. Es un entretenimiento noble y verdaderamente encomiable, económico de disfrutar, pues basta ser cumplidos cada noche a las 20 horas y ponerse de frente a la pantalla, es apto para todo mundo, desde los niños que aún se encuentran disfrutando de la dicha del claustro materno,a través de su genitora, hasta el más cándido de los ancianos y ancianas.
Otros programas buenos al respecto han sido “Yo me llamo” y “Colombia tiene Talento”, que probablemente hayan sido el almacigo y el estímulo de donde han brotado los participantes de “La Voz Colombia”. Es una forma maravillosa y quizá fácil de encontrar auténticos talentos colombianos al respecto, cosecha silvestre, que pareciera ser inacabable, de jóvenes y no tan jóvenes colombianos dedicados al canto, a las variadas y hermosas formas del canto.
El elenco de los participantes es supremamente rico, integrado por magnificas y magníficos artistas en ciernes, el repertorio del cancionero es grato al oyente, tanto en composiciones de corte clásico como aquellas de letras y tonos perfectamente modernos. El alegre público asistente los impulsa.
La selección, por el sistema de eliminación de los participantes, está lleno de emociones inefables, con sabores de tristezas cuando no se logra el deseo y de alegría cuando se triunfa, y es visible, notorio y digno de los mejores elogios la fraternidad de los abrazos entre los participantes que aceptan satisfechos los veredictos de los entrenadores.
Aplausos a éstos,Carlos Vives, formidable divulgador de los aires musicales del vallenato clásico, Fanny Lu, bella y encantadora caleña, el jocoso hermano venezolano Ricardo Montaner y el más bien comedido Andrés Cepeda, se nota que son personas relevantes en lo que hacen y, sobre todo, impregnan el ambiente de una tal calidez humana que estoy convencido que el pueblo colombiano es fiel a todas las citas por las noche, permaneciendo arrobado y distencionado, y agradecido con las personas que tuvieron la feliz idea de concebir el programa, con los artistas y entrenadores, que lo han hecho posible.
De todos modos“La Voz Colombia”, noble espectáculo al que he querido dedicar estos pocos comentarios, está generando mucha energía positiva a Colombia.
Moraleja: Sí se puede mejorar la calidad de los programas televisivos, habiendo imaginación y buena voluntad para hacerlo, siempre y cuando no prime, por cualquier motivo, el egoísmo del empresario y del programador, sino el sano interés general de la comunidad receptora del invento.
Insinuación al Tránsito Municipal: El tráfico de Valledupar está volviéndose complicado, y no sólo es indispensable que mejore, ampliando y construyendo nuevas vías. Por el momento, a esto contribuiría colocar semáforos en varias intercepciones que se congestionan. Bien ha estado cerrar ciertos espacios en la vía del norte desde Pedazo de Acordeón hasta El Centro Comercial Guatapuri. A la salida de éste podría hacerse un pase cruzando el separador de la avenida y colocando allí un semáforo. Esto permitiría el retorno hacía el río y sus contornos, conectando con el Parque Lineal y con la carrera cuarta y otras vías adyacentes.
Por: Rodrigo López Barros ¡Qué buen programa televisivo!.Pone de presente a uno que la televisión no es un sistema de comunicación social de por sí malo, y que, por el contrario, puede ser usado para la sana diversión, información veraz y no tendenciosa, sin sensacionalismo ni afán sólo de lucro, educación y formación humana buena.La […]
Por: Rodrigo López Barros
¡Qué buen programa televisivo!.Pone de presente a uno que la televisión no es un sistema de comunicación social de por sí malo, y que, por el contrario, puede ser usado para la sana diversión, información veraz y no tendenciosa, sin sensacionalismo ni afán sólo de lucro, educación y formación humana buena.
La televisión es un medio de comunicación social que como todos los demás medios, debería estar permanentemente al servicio de todos los conciudadanos del mundo, precisamente para ayudar a hacer un mundo mejor, pues muchas veces aparenta lo contrario, siendo, por la imagen y la forma, tan persuasivo como es.
El programa “La Voz Colombia” es una excepción afortunada, alegre y feliz, ante tantas otras programaciones que escandalizan y hacen daño social, especialmente a la niñez y a la juventud limbal. Es un entretenimiento noble y verdaderamente encomiable, económico de disfrutar, pues basta ser cumplidos cada noche a las 20 horas y ponerse de frente a la pantalla, es apto para todo mundo, desde los niños que aún se encuentran disfrutando de la dicha del claustro materno,a través de su genitora, hasta el más cándido de los ancianos y ancianas.
Otros programas buenos al respecto han sido “Yo me llamo” y “Colombia tiene Talento”, que probablemente hayan sido el almacigo y el estímulo de donde han brotado los participantes de “La Voz Colombia”. Es una forma maravillosa y quizá fácil de encontrar auténticos talentos colombianos al respecto, cosecha silvestre, que pareciera ser inacabable, de jóvenes y no tan jóvenes colombianos dedicados al canto, a las variadas y hermosas formas del canto.
El elenco de los participantes es supremamente rico, integrado por magnificas y magníficos artistas en ciernes, el repertorio del cancionero es grato al oyente, tanto en composiciones de corte clásico como aquellas de letras y tonos perfectamente modernos. El alegre público asistente los impulsa.
La selección, por el sistema de eliminación de los participantes, está lleno de emociones inefables, con sabores de tristezas cuando no se logra el deseo y de alegría cuando se triunfa, y es visible, notorio y digno de los mejores elogios la fraternidad de los abrazos entre los participantes que aceptan satisfechos los veredictos de los entrenadores.
Aplausos a éstos,Carlos Vives, formidable divulgador de los aires musicales del vallenato clásico, Fanny Lu, bella y encantadora caleña, el jocoso hermano venezolano Ricardo Montaner y el más bien comedido Andrés Cepeda, se nota que son personas relevantes en lo que hacen y, sobre todo, impregnan el ambiente de una tal calidez humana que estoy convencido que el pueblo colombiano es fiel a todas las citas por las noche, permaneciendo arrobado y distencionado, y agradecido con las personas que tuvieron la feliz idea de concebir el programa, con los artistas y entrenadores, que lo han hecho posible.
De todos modos“La Voz Colombia”, noble espectáculo al que he querido dedicar estos pocos comentarios, está generando mucha energía positiva a Colombia.
Moraleja: Sí se puede mejorar la calidad de los programas televisivos, habiendo imaginación y buena voluntad para hacerlo, siempre y cuando no prime, por cualquier motivo, el egoísmo del empresario y del programador, sino el sano interés general de la comunidad receptora del invento.
Insinuación al Tránsito Municipal: El tráfico de Valledupar está volviéndose complicado, y no sólo es indispensable que mejore, ampliando y construyendo nuevas vías. Por el momento, a esto contribuiría colocar semáforos en varias intercepciones que se congestionan. Bien ha estado cerrar ciertos espacios en la vía del norte desde Pedazo de Acordeón hasta El Centro Comercial Guatapuri. A la salida de éste podría hacerse un pase cruzando el separador de la avenida y colocando allí un semáforo. Esto permitiría el retorno hacía el río y sus contornos, conectando con el Parque Lineal y con la carrera cuarta y otras vías adyacentes.